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Mercedes Sánchez Vico, experta en Coeducación e Igualdad de Género

MSV ( Imagen_1_Mercedes_Sanchez )

Águeda Claros Marfil. Consejo de Redacción Libro Abierto

Mercedes Sánchez Vico es licenciada en Filología Hispánica y actualmente trabaja como profesora de Lengua y Literatura en el IES Al-Baytar de Benalmádena, donde coordina el Plan de Igualdad. Anteriormente ha sido directora del Instituto Andaluz de la Mujer y coordinadora del Plan de Igualdad para el profesorado del CEP Marbella-Coín (Málaga).

Hace trece años creó el Proyecto Educativo de Igualdad de Género a través de la imagen, una asignatura pionera en la comunidad autónoma andaluza que ha obtenido múltiples premios y reconocimientos.

Es coordinadora y ponente de numerosos talleres y cursos coeducativos en centros escolares, centros del profesorado y universidades. En su labor como investigadora destaca su publicación Incluidapps para el uso correcto del lenguaje inclusivo. Además, es creadora y organizadora del concurso literario de microrrelatos para la prevención de la violencia de género en la adolescencia, Rompiendo techos de cristal.

Ha dirigido y producido varios cortometrajes coeducativos como Ellas, mujeres que han hecho historia, pero no están en la Historia o documentales como Las Educadoras.

Ella misma se define como “feminista y una convencida ferviente de la importancia de educar en igualdad y de potenciar la coeducación para la mejora del proceso pedagógico y afectivo-emocional de los centros educativos”.

Puedes seguir su trabajo en la página web coeducandoenred.com y en la página de Facebook Coeducando en Igualdad.

"Soy una defensora a ultranza de que la igualdad de género se aprende"

Como especialista en este tema, ¿cuál es la situación actual en materia de Igualdad de Género en educación?

Considero que en Andalucía se han dado pasos muy importantes para la implantación de la coeducación en las aulas gracias al II Plan Estratégico de Igualdad. Estamos a las puertas del tercer Plan, y por desgracia, habrá otros posteriores, ya que todavía queda muchísimo por hacer, como conseguir que la coeducación esté presente en todas las actuaciones de los centros educativos o implicar a toda la comunidad educativa: profesorado, alumnado y familias en dicho proceso.

En todos los centros educativos andaluces es de obligado cumplimiento el llevar a cabo un Plan de Igualdad, pero considero que este Plan debe ser realista y adaptado a cada centro, atendiendo a las necesidades de los mismos y de las familias. Se deben implementar una serie de actuaciones que, aunque no sean muy numerosas, sean útiles y realistas para avanzar a la hora de educar en igualdad.

Soy una defensora a ultranza de la idea de que la igualdad se aprende. Todo el mundo ha sido educado en desigualdad. A partir de un proceso de socialización diferenciada hemos aprendido y adquirido una serie de roles y de estereotipos de género que han propiciado importantes discriminaciones y desigualdades por cuestión de género. Si educáramos en igualdad, indiscutiblemente avanzaríamos y daríamos grandes pasos y quizás, y en ello pongo mi esperanza, en cuestión de veinticinco o treinta años, podría ser posible cerrar todos los juzgados de guardia de violencia de género que existen en nuestro país.

Hace trece años creó la asignatura Proyecto Educativo de Igualdad de Género a través de la imagen, ¿cómo surgió esta idea?

Creé esta asignatura pensando que, aunque fuera una utopía hablar de un mundo sin discriminaciones, podía existir una disciplina en la que se educara en igualdad y que fuera libremente escogida por el alumnado. Es, por tanto, una asignatura optativa en la que las alumnas y alumnos son los grandes protagonistas de la misma y que ayuda a concienciar, desde una pedagogía feminista, a hacer posible el cambio de muchas ideas erróneas que ha adquirido la población adolescente en cuestiones de estereotipos y roles de género, violencia machista, corresponsabilidad, conciliación, diversidad…

Yo había sido profesora durante ocho años de la asignatura de Medios de Comunicación, que se impartía en Bachillerato. Al impartirla durante todos estos años tuve muy claro como docente la importancia de los medios de comunicación para divulgar y educar en igualdad usando la imagen para ello. Esta fue la base que me llevó a configurar mi asignatura en la que la temática de la equidad y de la perspectiva de género fuera el eje esencial de la misma, utilizando la imagen como instrumento pedagógico para conseguir los objetivos esenciales de la materia. Así, siendo la imagen un instrumento muy motivador a nivel didáctico, a través de la asignatura se intenta conseguir la alfabetización del alumnado en la interpretación y uso de la imagen, tanto fija como en movimiento y, por otro, concienciar a dicho alumnado en la importancia de educar en igualdad de género desde una perspectiva feminista.

¿Cuál fue la repercusión de esta asignatura?

Al curso siguiente de ponerla en funcionamiento por primera vez, la asignatura se convirtió en la optativa más elegida del instituto. De hecho, a partir de entonces, en todos los centros en los que he trabajado, ha existido dicha asignatura, siempre con el visto bueno y aprobación de la inspección.

Creo que este éxito se debe a que es una asignatura real y hecha “con los pies en el aula”, que no solo puede integrar y normalizar numerosos conceptos con perspectiva de género en nuestra vida cotidiana, sino que también va a transformar muchos de los parámetros en los que nos movemos dentro de la sociedad, como prevenir y erradicar la violencia machista, o tener una conciencia muy clara de la genealogía de la mujer, que es casi inexistente en el diseño curricular de nuestro país.

Sé que es una asignatura que ha marcado a muchas de mis alumnas y alumnos, que recuerdan la materia en momentos muy específicos, como aquellos en los que me han comentado que esta materia transformó sus vidas. Este alumnado ha ido sembrando su granito de arena para poder transformar el mundo a través de la coeducación en muchísimas otras personas.

Considero que este ha sido uno de los grandes logros, a nivel profesional y vital, en mi trayectoria personal y pienso que asignaturas como la mía o similares deberían ser materias obligatorias en todos los centros educativos y en todos los niveles, sobre todo para aquellos en los que no se imparte ninguna materia que eduque ni forme en igualdad de género y que quedan huérfanos de contenidos coeducativos.

El Plan de Igualdad de su centro también implica a las familias, ¿cómo lo hace?

Desde que empecé a ser coordinadora del Plan de Igualdad de los centros en los que he trabajado he tenido muy presente que las familias tenían que estar involucradas en él. Si uno de los tres sectores educativos (profesorado, alumnado o familias) no participa en dicho Plan, muchas de las actuaciones que queramos hacer en el campo de la coeducación fallarán. Por eso, una de las primeras actuaciones que me gusta llevar a cabo cuando llego a un centro nuevo y conozco la realidad educativa del mismo es configurar las líneas esenciales del Plan de Igualdad adaptado a esa realidad. Para ello, uno de los pasos es contactar con las AMPA y tengo que decir que siempre he recibido su apoyo y colaboración.

Al mismo tiempo, trabajo con las federaciones de madres y padres de diferentes provincias andaluzas (por ejemplo, en Málaga con FDAPA) y con CODAPA. De hecho, fue un honor ser galardonada por las familias con el Premio CODAPA en 2016 por mi trayectoria a favor de la coeducación, siendo un premio que puso y pone de manifiesto la importancia que para mí tiene el hecho de que los centros educativos y las familias tienen que trabajar a la par.

A lo largo de estos años, en los centros en los que he ejercido la docencia, he solicitado, entre el Plan de Igualdad y las AMPA correspondientes, subvenciones a la Junta de Andalucía para proyectos coeducativos comunes. Con estos proyectos se consiguen hacer una serie de actuaciones a lo largo de todo el curso escolar que impliquen a toda la comunidad educativa, en las que se involucran de forma directa a madres y padres en la organización y coordinación de las mismas.

También he llamado a las puertas de federaciones provinciales de madres y padres. Por ejemplo, en mi centro, el IES Al-Baytar, organizamos y celebramos el concurso de microrrelatos contra la violencia de género Rompiendo techos de cristal, que realizamos a nivel provincial con la colaboración de la Delegación Territorial de la Delegación de Málaga y que está subvencionado por FDAPA. Se trata, por tanto, de un concurso literario y coeducativo en el que los tres sectores de la comunidad educativa están implicados: el profesorado porque difunde el concurso, el alumnado porque conciencia contra la violencia de género con sus microrrelatos y las familias, porque colaboran en la organización con la subvención del mismo.

¿En qué consiste exactamente el proyecto audiovisual Las Educadoras?

A raíz de la creación de la asignatura Igualdad de Género a través de la Imagen, donde se le da una especial importancia a la alfabetización en la imagen, comencé a crear exposiciones, concursos, actuaciones y actividades donde la imagen tenía una especial relevancia.

Todo esto me fue llevando a crear mi propia productora con la que empecé a realizar y dirigir una serie de cortometrajes de no ficción sobre temas coeducativos orientados a la reflexión y concienciación.

Mi primer cortometraje fue Ellas, mujeres que han hecho historia, pero no están en la historia y lo realicé con mi alumnado de la asignatura Proyecto Educativo de Igualdad de Género a través de la imagen de 4.º ESO del IES Eduardo Janeiro de Fuengirola, resultando ganador de la X Edición del Certamen Internacional de Cortos por la Igualdad. Se trata de un corto en el que dejo patente la invisibilidad de la genealogía femenina en el diseño curricular de los libros de texto que utilizamos en el aula.

Las educadoras

A raíz de este primer trabajo surgen otros proyectos audiovisuales, entre los que se encuentra Las Educadoras, un documental con el que he pretendido visibilizar a mujeres que han y están realizando una labor extraordinaria a favor de la coeducación, pero que en muchos casos son personas anónimas o desconocidas en su ámbito.

Mi propósito era dar voz a estas mujeres, a las que llamo “las educadoras” porque están directa o indirectamente relacionadas con el ámbito educativo, ya sea porque son docentes o personas expertas en igualdad de género e imparten formación sobre este tema, o son miembros de federaciones de AMPA, o de asociaciones de mujeres, o porque en su trabajo la perspectiva de género juega un papel esencial.

El documental de Las Educadoras se estrenó hace dos años en la Muestra de cine de Sevilla Pisando fuerte desde el sur y poco después, en el Ateneo de la capital malacitana durante el Festival de Cine de Málaga. Posteriormente, ha sido largo el recorrido que ha hecho y su visionado ha llegado a muchas instituciones de nuestro país. Me gustaría continuar con este proyecto audiovisual en el futuro, ya que todavía son muchas las mujeres que en los últimos veinte años han participado en el proceso de coeducación en Andalucía y en España y de las que es fundamental visibilizar su trabajo y labor.

Según su opinión, ¿qué papel tiene la Biblioteca escolar en la Igualdad de Género?

Como profesora de Lengua Castellana y Literatura y como filóloga, considero que las bibliotecas escolares desempeñan un papel fundamental en los centros educativos desde numerosos ámbitos pedagógicos y, de manera particular, en la coeducación.

En todos los centros educativos en los que he estado he creado un Rincón Coeducativo formado por lecturas y videotecas con películas y cortometrajes coeducativos, con el objetivo de leerlas y proyectarlos en las aulas y trabajarlos con fichas didácticas previamente creadas para tal fin. De hecho, desde que se conceden las subvenciones del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, uno de los puntos clave que siempre presento en el proyecto del Plan de Igualdad es la compra de libros y de vídeos para la biblioteca.

Me parece fundamental la coordinación del profesorado responsable de Biblioteca y del Plan de Igualdad para elaborar conjuntamente actuaciones, como talleres o exposiciones en fechas coeducativas significativas. Por ejemplo, el Día de las Escritoras que se celebra en octubre, y que fue creado por la Biblioteca Nacional en 2016, siendo la efeméride perfecta para dar a conocer el nombre de escritoras de nuestra literatura, que son totalmente desconocidas para gran parte de nuestro alumnado porque no están presentes en los diseños curriculares. Como esta efeméride hay muchísimas más que relacionan Biblioteca e Igualdad.

Además, la biblioteca me parece un espacio físico muy adecuado para impartir talleres o realizar exposiciones coeducativas porque, además de cumplir la función de acrecentar el amor a la lectura, supone también trabajar una lectura que nos haga reflexionar y concienciarnos sobre el mundo igualitario que queremos construir. Todo esto lo podemos conseguir a través del poder de la palabra y de los libros.

¿Cómo augura el futuro de la Igualdad de Género en los centros educativos de aquí a diez años?

Llevo treinta años involucrada en el tema de la coeducación, es decir, fui una de las primeras mujeres docentes que se interesó por este tema cuando todavía no se hablaba del término coeducación y obviamente ni siquiera existía el Primer Plan de Igualdad de Género en Andalucía.

Desde el primer momento creí en la utopía de transformar el mundo a través de la coeducación. Dicha utopía sigue muy presente en mí, siendo lo que todavía me hace seguir luchando y ver como se van consiguiendo objetivos en este sentido. Echando la vista atrás, considero que son muchos y muy importantes los pasos que se han dado, pero reconozco que queda mucho por hacer. A mi alumnado siempre le digo que estamos todavía “en pañales” en cuanto a la educación en igualdad, puesto que falta mucha formación en el profesorado, formación e implicación de las familias y una mayor concienciación en el alumnado en temas esenciales como la violencia machista, las relaciones de pareja tóxicas, la diversidad, entre otras cuestiones.

Quiero pensar que dentro de una década habrá una mayor implicación y una mayor concienciación por parte de toda la comunidad educativa, y que la implementación de la coeducación en los centros educativos será mucho más real, por lo que existirá un mayor número de centros coeducativos y un menor número de centros convencionales en los que la coeducación no sea representativa. Tengo claro que un centro educativo donde la coeducación es fundamental como un eje vertebrador para su funcionamiento es un centro que irremediablemente destaca, porque se convierte en un centro mentor.

Quiero ser optimista y deseo que podamos seguir avanzando sin encontrar trabas que puedan mermar las libertades, ojalá podamos crear un mundo mucho más justo y equitativo a través de la coeducación, acabando con muchas de las discriminaciones que existen todavía entre hombres y mujeres por cuestión de género. Tengo muy claro que quiero seguir participando en este tipo de proyectos, aunque ya no esté trabajando como profesora en activo dentro de una década. La utopía que me llevó a este activismo y compromiso debe de convertirse en una realidad con el paso de los años. Estoy convencida de ello.

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