Atlas de Historia Económica de Andalucía ss XIX-XX

Atlas de Historia Económica de Andalucía ss XIX-XX Web de la Junta de Andalucía

EL OLIVAR

Precedida por una intensa tradición del cultivo del olivo y la exportación de sus frutos que se remonta a la Antigüedad, la Edad Contemporánea es la era de la gran expansión del olivar andaluz. Tantos en término de superficie plantada como de producción, Andalucía se sitúa como la primera región olivarera de España y del mundo, con un potente ramo agrícola y agroindustrial asociado al olivo de crucial importancia para su economía. Valga resaltar que para 1998 la superficie del olivar andaluz ascendía casi al 35% de la superficie agrícola regional y al 66% del olivar español, y el valor de su producción al 81% del conjunto nacional en este ramo, mientras que en los primeros años del siglo XXI la producción de aceite de Andalucía rondaba ya el millón de toneladas, suponiendo más del 37% de la producción mundial. En el desarrollo del olivar andaluz contemporáneo se distingue un primer período de rápida expansión desde el primer tercio del XIX a base de nuevas roturaciones, en gran medida sobre antiguos terrenos de monte y pasto, con inclusión, entre otros, de propiedades desamortizadas, de modo que el olivar se convierte en el cultivo por excelencia de las laderas de colinas, cerros y sierras que contornean el valle del Guadalquivir, extendiéndose por las campiñas altas y serranías y prefigurando su posterior distribución, en la que Jaén ostenta la primacía. Tras una fuerte crisis al final del siglo, entre otros motivos por la escasa calidad de los aceites producidos en una coyuntura de cambio de su consumo, del industrial al alimentario, el primer tercio del XX se considera una de las edades doradas del olivar, que conoce una fase de gran empuje y de modernización de la elaboración de su producto bajo el estímulo exportador. Se prolonga luego el ascenso olivarero hasta su debilitamiento en las décadas de 1960 y 1970 y su reconversión y relanzamiento desde fines de los ochenta, potenciado por la puesta en regadío de numerosas plantaciones, de modo que el olivar entra en el siglo XXI con la categoría de cultivo emblemático de Andalucía y monocultivo de extensas áreas, como la provincia de Jaén.

El olivar en Andalucía a principios de la Edad Contemporánea

Fuente: Diaz Quidiello, J, Olmedo Granados, F. y Clavero Salvador, M. Atlas de la historia del territorio de Andalucía. Instituto de Cartografía de Andalucía, Sevilla, 2009.

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En la primera mitad del siglo XIX, la distribución del olivar en Andalucía se remite todavía a sus pautas anteriores de reparto secular, con la añadidura de la expansión que experimentó en el curso del XVIII en ciertas zonas serranas y de colinas. Por un lado se hallan olivares dispersos por numerosas comarcas a lo largo de gran parte del territorio regional asociados a las necesidades de consumo local de una producción básica para la dieta cotidiana (el aceite, la aceituna). Por otro, se encuentran las plantaciones más densas y productivas, vinculadas al comercio con destino fuera de la región, ubicadas en los tramos inferiores y rebordes del valle del Guadalquivir (Sevilla, Córdoba, Cádiz, Montoro, entre Jaén y Baeza), por sus facilidades de transporte por vía fluvial y marítima y proximidad a grandes ejes terrestres, antes de la llegada del ferrocarril y la mejora de las carreteras y del transporte rodado.

Evolución de la superficie de olivar por comarcas desde fines del XIX a 1975

Fuente: Guzmán Álvarez, J. R. El palimpsesto cultivado: historia de los paisajes del olivar andaluz. Sevilla, 2004.

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La cartografía del incremento de superficie del olivar entre fines del XIX y el último cuarto del XX en las comarcas centrales de Andalucía refleja a configuración del que se ha denominado “diagonal del olivar” a lo largo de los rebordes septentrionales de los Sistemas Béticos y el Alto Guadalquivir y a través del surco de llanuras intrabéticas. Con menor intensidad, el crecimiento ha afectado asimismo sobre todo a áreas de serranías, en Sierra Morena las Béticas, y campiñas interiores. Una distribución que ha alterado el primitivo reparto de este cultivo, con sus focos principales en tierras de los valles y vegas de Córdoba, Sevilla y Cádiz, reorientadas a otros cultivos de mayor rendimiento en relación con la calidad de los suelos, desde los herbáceos y plantas industriales al viñedo.

Evolución de la superficie de olivar en Andalucía 1900-2000

Fuente: Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006.

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Si se hace una estimación de los datos parciales de la superficie del olivar en Andalucía de que se dispone para las dos últimas décadas del siglo XIX y se añaden a la serie, completa, para el todo el XX, la extensión de los plantíos va algo más allá de duplicarse. Un crecimiento en verdad extraordinario en el conjunto regional que, según se ha indicado, comporta una fase previa inicial de expansión en la centuria decimonónica que lleva a contabilizar unas 750.000 ha en 1900. A partir de esta cifra, el crecimiento se acelera, con oscilaciones, desde fines de la década de 1910 hasta principios de los treinta. Repunta de nuevo al comienzo de los cuarenta, con una evolución al alza más suave alentada por las necesidades del consumo autárquico, por una parte, pero entorpecida por las debilidades del progreso técnico y de la proyección exportadora del aislamiento, por otra. Los sesenta y setenta son años de aumento y retroceso por la baja rentabilidad de las producciones olivareras y las exigencias de reconversión, volviéndose a trazar la rápida curva ascendente desde los noventa que conduce al actual panorama del olivar en Andalucía.

Superficie de olivar por provincias c. 1880-2000

Fuente: Para 1880, Guzmán Álvarez, J. R. El palimpsesto cultivado: historia de los paisajes del olivar andaluz. Sevilla, 2004. Desde 1920, Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006.

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En el marco provincial, la evolución de la superficie andaluza plantada de olivar detalla las vicisitudes de su trayectoria genérica en la Edad Contemporánea. Jaén, que a fines del XIX, arroja unas cifras superficiales inferiores a las de las principales provincias olivareras tradicionales, Sevilla y Córdoba, ambas con superficies casi idénticas en la década de 1870, se equipara con estas en los primeros lustros del siglo XX y desde 1918 se destaca con anchos márgenes, extendiendo su arbolado sobre antiguos terrenos de sembradura, viñedo, que se contrae a mínimas parcelas, y roturaciones de monte y pastos. A finales de la década de 1920 los repertorios estadísticos destacan ya a Jaén como la primera y más representativa provincia del olivar hispano, con un área de plantación en producción de 320.000 ha en 1931, algo más del 33% de Andalucía y casi el 17% de toda España; al terminar el siglo, suma 560.000 ha, por encima del 40% del olivar en la región andaluza y del 25% del español. Mientras tanto, Sevilla y Cádiz acusan retrocesos, Almería y Huelva modestos avances, y Granada, Córdoba y Málaga aumentos más significativos, modificando su horizonte agrícola entre fines del XIX y el término del XX.

El olivar en Andalucía por municipios 1999

Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.

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En el mapa se dibuja con nitidez la “diagonal del olivar” en Andalucía, que discurre por los numerosos municipios con más de 5.000 ha de explotaciones olivareras de las áreas interiores de campiñas, laderas y serranías del interior del valle del Guadalquivir, Sierra Morena, Sistemas Béticos y surco intrabético. En cifras absolutas sobresalen extensos términos como Baena, con más de 29.000 ha, Úbeda o Lucena, con más de 27.000, y Martos, Jaén o Antequera, con más de 23.000, mientras que, en términos relativos, abundan aquellos de superficie más reducida en los que el olivar cubre porcentajes muy elevados de su extensión superficial, como Mancha Real, donde supone el 88%.

Producción de aceite de oliva y de aceituna de mesa en Andalucía 1849-2000

Fuente: Para aceite, hasta 1899 y aceituna de mesa hasta 1935, Parejo Barranco, A. La producción industrial de Andalucía (1830-1935). Instituto de Desarrollo Regional, Sevilla, 1997. Para aceite 1900-2000, Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006. Para aceituna de mesa posterior a 1935, Anuarios de Estadística Agraria. Ministerio de Agricultura, Madrid, 1939-2002.

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Desde las estimaciones, más imprecisas, para el siglo XIX a los datos del XX se contempla la tendencia general ascendente de los productos del olivar, el aceite y aderezos de aceituna. Bajo la pauta de las características oscilaciones anuales de las cosechas de este cultivo, se distinguen, no obstante, diferentes fases: de moderado ascenso en la segunda mitad del XIX; retroceso a fines de este siglo y comienzos del XX, a causa de la reestructuración de los mercados, con una demanda más exigente de aceites de calidad, obligando a una adaptación de la producción oleícola andaluza; el pujante período hasta la década de 1930, auténtica edad dorada del olivar y el aceite de oliva de Andalucía, auspiciada en buena medida por la modernización de los sistemas de elaboración oleícola, con la completa sustitución de los viejos molinos por almazaras industriales mecanizadas; desde mediado el siglo la trayectoria es más titubeante, hasta la definitiva reconversión del ramo aceitero y del aderezo de aceituna a partir de la década de 1980. Es de notar la relevancia cuantitativa, no siempre tenida en cuenta, de la producción de aceituna de mesa, destinada en gran parte, como el aceite, a la exportación.

Producción de aceite de oliva y de aceituna de mesa por provincias 1975

Fuente: Aceite, Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006. Aceituna de mesa, Anuario de Estadística Agraria. Ministerio de Agricultura, Madrid, 1975.

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Al igual que en la distribución superficial del olivar, la provincia de Jaén se adelanta ya desde el lustro de 1915-1920 como primera productora oleícola de Andalucía, posición que consolida y refuerza en lo sucesivo. Véanse, por ejemplo, los datos correspondientes a este gráfico de 1975: la provincia jiennense acumula casi el 51% de la producción de aceite de oliva de la región, cuota similar a la que, con oscilaciones, detenta en fechas anteriores y posteriores, como el año 2000, cuando sube hasta rozar el 55%. Como sería el caso desde la década de 1920, Córdoba y Sevilla suelen ocupar los siguientes puestos de cabeza, hallándose a continuación Málaga y Granada, y mucho más distanciadas las otras provincias. En cuanto a la aceituna aderezada, Sevilla, desde un principio, sobresale con gran ventaja respecto a las demás provincias andaluzas como primera productora en esta actividad, en la que también participan de manera relativamente significativa Córdoba, Málaga y Huelva. Con todo, el porcentaje correspondiente a Sevilla en la producción de aceituna de mesa en 1975 acapara el 87% del total para Andalucía.

Cosecha de aceitunas de la provincia de Jaén, cartel del Congreso Internacional de Oleicultura celebrado en Sevilla en 1924 y tarjeta postal con una imagen de la recolección de la aceituna en un olivar sevillano en las primeras décadas del siglo XX. La estructura territorial y productiva del olivar andaluz que se ha perpetuado a grandes rasgos hasta hoy cristaliza básicamente durante el primer tercio del siglo XX, cuando la provincia de Jaén se alza con la primacía de la superficie plantada y de la producción oleícola, se renuevan y modernizan los sistemas de elaboración de aceite de oliva y se efectúa un gran esfuerzo de proyección exterior de los aceites y aderezos de aceituna de la región.

Interior de una fábrica industrial de aceites de oliva de Lora del Río (Sevilla), en una imagen de La Ilustración Española y Americana de 1890, y estampa con un bombín y una prensa hidráulica para la extracción de aceite de oliva de una casa de maquinaria de Córdoba, hacia 1930. Tras el inicial auge exportador de los aceites andaluces hasta el tercer cuarto del XIX, la crisis que aquejó a este ramo en las últimas décadas de dicho siglo, entre otros motivos, por los cambios del mercado, con una mayor exigencia de calidad de los caldos para consumo de boca, y la necesidad de hacer frente a la competencia exterior, obligó a una intensiva renovación de las instalaciones de elaboración de aceite de oliva. Aunque la difusión de utillaje de hierro, de sistemas mecanizados y almacenes con envases de nuevos materiales se remontaba a la década de 1840, no fue hasta el período entre 1890 y 1930 cuando por fin se generalizó su empleo, en sustitución de los viejos molinos tradicionales y añejas bodegas.

Patio de una explotación olivarera sevillana con envases de aceituna de mesa preparados para su despacho, en una postal de la década de 1920. Junto a la producción oleícola, la aceituna aderezada constituye un capítulo de importancia creciente entre los beneficios del olivar, con una cuantía modesta hasta 1910 que desde entonces no cesa de aumentar, situándose alrededor de las cuarenta mil toneladas en torno a 1930 y por encima de las cien mil en el último cuarto del siglo XX. A la derecha, olivares por el término de Archidona (Málaga) hacia 1990. El olivar constituye en la actualidad una de las señas de identidad más reconocibles tanto de los paisajes como de la economía de Andalucía.

REFERENCIAS

Anuarios de Estadística Agraria. Ministerio de Agricultura, Madrid, 1939-2002.

Carreras, A. y Tafunell, X. (coords.). Estadísticas históricas de España. Siglos XIX-XX. I, Fundación BBVA, Bilbao, 2005.

Díaz Quidiello, J., Olmedo Granados, F. y Clavero Salvador, M. Atlas de la historia del territorio de Andalucía. Instituto de Cartografía de Andalucía, Sevilla, 2009.

Guzmán Álvarez, J. R. El palimpsesto cultivado: historia de los paisajes del olivar andaluz. Sevilla, 2004.

Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.

Parejo Barranco, A. La producción industrial de Andalucía (1830-1935). Instituto de Desarrollo Regional, Sevilla, 1997.

Parejo Barranco, A. Historia económica de Andalucía contemporánea. Editorial Síntesis, Madrid, 2009.

Zambrana Pineda, J. F. Crisis y modernización del olivar español (1870-1930). Madrid, 1987.

Zambrana Pineda, J. F. El sector primario andaluz en el siglo XX. Instituto de Estadística de Andalucía, Sevilla, 2006.