Plan Estratégico de salud de la infancia y la adolescencia 2023-2027

Información general

Organismo
  • Salud y Consumo
Instrumentos de aprobación

Acuerdo de 7 de noviembre de 2023, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba el Plan Estratégico de Salud de la Infancia y la Adolescencia de Andalucía 2023-2027.

Fecha de aprobación
Descripción

El Plan Estratégico de salud de la infancia y la adolescencia 2023-2027 tiene como misión principal será mejorar promover la salud y el bienestar de la infancia y la adolescencia andaluza, mediante la articulación de medidas y actuaciones sanitarias de prevención, promoción, atención, protección y recuperación de salud, con actuaciones multidisciplinares e intersectoriales, desde bajo un enfoque de derechos y equidad, su sensibilización sobre la relevancia de crecer sanos, el fomento de una cultura de la salud pública como fuente de desarrollo personal y autocuidados, la intervención sobre los determinantes de la salud infantil y la óptima adecuación de las intervenciones socio sanitarias a su edad, características personales y del entorno.

El Plan Estratégico de Salud de la Infancia y la Adolescencia de Andalucía se propone dos fines relevantes:

     • Mejorar y fortalecer las estrategias, recursos y los resultados en promoción de la salud de la infancia y la adolescencia y en la prevención, atención y recuperación de los problemas de salud de este grupo de población.

     • Promover un mejor posicionamiento global de la infancia y la adolescencia en los sistemas de información, las estrategias de investigación y formación, en la planificación y en los servicios de salud de Andalucía, así como favorecer su visibilidad en los distintos planes y estrategias de salud (incluyendo los impactos en los determinantes de la salud infantil).

Con este marco estratégico se persigue reforzar la inclusión de las perspectivas ligadas al enfoque de derechos de la infancia, la salutogénesis y el desarrollo positivo, la humanización, la visión de ciclo vital, la mirada de los determinantes de la salud y la promoción de la parentalidad positiva, así como profundizar en la adecuación los espacios asistenciales sanitarios como espacios amigables a la infancia, tanto en Atención Primaria como Hospitalaria para asegurar una atención sanitaria que asegure las necesidades de salud, afectivas, educativas y de participación infantil y de sus padres y madres.

Objetivos concretos

El Plan Estratégico se organiza orientado a promover avances en 10 grandes retos de la salud infantil y adolescente:

    1. Un buen comienzo: actualización científica y metodológica para la preparación al nacimiento y la crianza.

     La importancia de incrementar el interés por asegurar un buen comienzo en la vida, desde el reconocimiento de la relevancia que tienen, bajo un enfoque de ciclo vital, las primeras etapas del desarrollo infantil. Por ello, debe priorizarse la atención a la preparación al nacimiento y la crianza como una estrategia de prevención, promoción y asistencia al embarazo, parto y puerperio que fortalezca las competencias parentales y el seguimiento de la salud de la madre y el recién nacido.

    2. Plena implantación del Programa de salud infantil y adolescente de Andalucía.

     El adecuado seguimiento de la salud infantil a través, fundamentalmente, del programa de salud infantil de Andalucía, ampliando las visitas hasta los 14 años y las actividades, también las de promoción de parentalidad positiva, de acuerdo a lo que esta renovada estrategia contempla.

    3. Desarrollo de un modelo de atención a la salud del adolescente (en continuidad con el Programa de salud infantil).

     La oportunidad de diseñar un modelo contemporáneo para la comprensión, monitorización y atención a los problemas de salud en la etapa adolescente, incorporando evidencia científica, nuevos enfoques y perspectivas, como la del desarrollo positivo, y cambios organizativos y culturales del sistema de salud para favorecer la relación asistencial con este grupo de población. 

    4. Humanización asistencial y adecuación de los entornos sanitarios como espacios amigables a la infancia.

    La necesidad de avanzar en la capacidad del sistema de salud para incorporar las visiones y expectativas infantiles, facilitando espacios amigables y la humanización asistencial, y atendiendo retos bioéticos, de calidad y equidad relacionados con la infancia y la adolescencia. 

    5. Actualización y refuerzo del programa y de los recursos de atención a la salud mental infantil y adolescente.

    Aprovechar la sensibilidad incrementada sobre los problemas relacionados con el bienestar emocional y la salud mental de niños, niñas y adolescentes para ampliar y fortalecer las estrategias y los recursos del sistema sanitario público andaluz, en coordinación con otras esferas y ámbitos significativos para la vida de la niñez.

    6. Refuerzo y ampliación de la Atención Temprana, avanzando hacia un modelo integral de abordaje de la adversidad infantil.

    Visibilizar la relevancia para el conjunto del ciclo vital de la adversidad en la infancia, particularmente en las primeras etapas hasta los 6 años, y con ello, reforzar los recursos y la calidad de la atención infantil temprana para aquellos niños con trastornos del desarrollo o riesgo de padecerlos.

    7. Establecimiento de un modelo de atención al paciente crónico complejo pediátrico asegurando un seguimiento integral y coordinado

    Avanzar en la definición del paciente crónico complejo pediátrico y de su atención siguiendo pautas de intervenciones colaborativas e integrales.

    8. Desarrollo de un sistema integral de información para el seguimiento de la salud infantil y adolescente

    Lo estratégico para un sistema de atención a la salud infantil y adolescente del siglo XXI de disponer de un sistema de información integral e integrado que mejore el conocimiento de los problemas de salud de este grupo de población y de sus determinantes, así como de los recursos que se implementan para atenderlos y de sus resultados. 

    9. Alianzas: impulso colaborativo y de gobernanza con otras áreas de atención, investigación y defensa de los derechos y la prosperidad de la infancia (Educación, Servicios Sociales, sociedades científicas, Unicef, Defensor del menor, universidades, entidades de gestión del conocimiento, movimiento asociativo).

    El reconocimiento de que la epidemiología actual de la enfermedad infantil exige respuestas multidimensionales, promotora de activos comunitarios, alianzas intersectoriales, estrategias innovadoras y refuerzo de la investigación y la participación social.

    10. Fortalecimiento del enfoque de derechos y la visibilidad de la infancia en planes, estrategias y servicios del SSPA.

    La importancia de hacer efectivos todos los desarrollos y avances que se derivan de la inclusión del marco de derechos de la infancia en los sistemas de salud y de hacer de sus servicios y profesionales garantes de la condición de sujetos de derechos de niños, niñas y adolescentes.

Periodo de vigencia
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Evaluación del plan

El carácter de plan de planes o paraguas transversal de esta propuesta conlleva un diseño y propuesta de desarrollos que, sin ser redundante, incluyan las principales líneas de avance de todos aquellos otros planes, estrategias y recursos relevantes para la salud y el bienestar infantil.

Y a la vez, se definen áreas de desarrollo específicas cuyos impulsos son más sustantivos y propios de este marco estratégico de salud infantil (sistemas de información, enfoque de derechos, continuidad de cuidados…), pero que han de impactar sobre la definición y generación de condiciones de integración y mejoras del conjunto de intervenciones, servicios y programas del sistema público de salud.

Con esta concepción, el panel de indicadores recoge los de desempeño “claves” de las distintas estrategias y planes involucrados, establecidos, en su mayoría, como indicadores de progreso, es decir, con la intención de evaluar y seguir los cambios y progresos de las actividades de promoción y atención de la salud infantil, el uso de los recursos para el cumplimiento de los objetivos, el ajuste a los retos establecidos, así como los obstáculos y las dificultades para obtener información sobre determinados aspectos de ejecución o resultados.

Esta evaluación del desempeño constituye además un instrumento para la transparencia de la actividad pública y la rendición de cuentas. Dados los déficits e insuficiencias en los sistemas de información relacionados con el seguimiento de la salud y el bienestar infantil se valora más realista la priorización de indicadores de desempeño y procesos que faciliten, ulteriormente, la determinación de evaluaciones complementarias de resultados (y de percepción pública de los resultados).

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