Invertebrados artropodos

Grupos de animales de incidencia sanitaria

Miriápodos

  • Quilópodos

    Este grupo de artrópodos tiene el cuerpo multisegmentado y con un par de patas en cada uno de los segmentos (de ahí el nombre genérico de ciempiés). En nuestro país los representantes de este grupo que pueden producir alguna lesión apreciable para el hombre son las llamadas escolopendras. Cuando ocasionalmente son molestadas, pueden clavar el primer par de patas que está transformando en pinzas con glándulas venenosas.

    Las dos especies que deben llamar nuestra atención son Scolopendra cingulata y Scolopendra morsitans, las cuales son fácilmente distinguibles por su tamaño y color (entre 70-120 mm. y color amarillento-olivaceo), por lo que no hay que catalogar al resto de los miriápodos como animales peligrosos.

    Se las encuentra debajo de las piedras o entre la hojarasca, en suelos húmedos, en grietas en los muros, etc., aunque hay una especie de ciempiés, más pequeño y de largas patas, que puede vivir en el interior de nuestras casas (Scutigera coleoptrata) y producir alguna picadura aunque de forma muy rara.

Arácnidos

  • Escorpiones

    Estos animales, fácilmente identificables por su cuerpo robusto, cuatro pares de patas, fuertes pinzas y abdomen terminado en un aguijón venenoso, están representados en Andalucía por dos únicas especies: el Escorpión amarillo, de unos 60 mm. o más y de color pardo amarillento, y el Escorpión negro, más pequeño y de color pardo negruzco y raro de encontrar en el sur de la Península Ibérica.

    El primero habita en lugares secos y pedregosos y es de hábitos nocturnos, localizándose durante el día bajo las piedras; mientras que el segundo es más típico de zonas húmedas y puede encontrársele activo durante el día.

    Normalmente, los encuentros y contactos con estos invertebrados son raros y se producen al levantar las piedras o manipular sus escondrijos. En estos casos pueden reaccionar defensivamente clavando su aguijón e inyectando el veneno. La picadura es muy dolorosa y aunque puede producir efectos locales sobre la zona picada o generales, su gravedad depende de la sensibilización y edad de la persona afectada. No es mortal sino en casos extremos. El escorpión negro es menos agresivo que el amarillo y su picadura apenas produce efectos.

  • Arañas

    Estos arácnidos no hay que confundirlos con insectos: son bien diferenciables por sus cuatro pares de patas y la ausencia de antenas. Si bien la mayoría de las especies presentes en nuestra región son depredadoras de insectos, u otros invertebrados, para lo cual poseen pinzas con glándulas venenosas, éstas son demasiado débiles y pequeñas para atravesar la piel humana. No suponen, por tanto, peligro de picaduras y no deben ser molestadas o destruidas sus telas de caza, pues, al contrario, suponen un beneficio por la cantidad de insectos que controlan. Algunas especies pueden ocasionar picaduras dolorosas para el hombre, como las llamadas tarántulas o arañas-lobo, cuyo aspecto nada tiene que ver con las enormes arañas peludas abundantes en la cinematografía; o las arañas viudas, con un único representante en la región andaluza cuya picadura no constituyen ningún peligro en relación con su pariente americano, la viuda negra. Otras arañas como las reclusas pueden causar algún tipo de reacción dérmica sin importancia.

    Las tarántulas viven en madrigueras construidas en el suelo, desde donde capturan a sus presas, mientras que viudas y reclusas construyen sus nidos y telarañas en paredes y muros en zonas generalmente sombreadas, a veces en el interior de las casas.

  • Garrapatas

    Este grupo de arácnidos incluye a ácaros parásitos de mamíferos y aves que han adaptado su aparato bucal para fijarse a la piel del huésped y succionar la sangre de que se alimentan. Poseen, al igual que otros arácnidos, cuatro pares de patas, si bien sus larvas sólo tienen tres, por lo que podrían confundirse con insectos; sin embargo, no tienen diferenciación aparente de cabeza, tórax y abdomen.

    Su aspecto varía muchísimo después de alimentarse, ya que puede aumentar su tamaño en unas 5-10 veces con respecto a su estado normal (unos 5 mm.), como resultado de la acumulación de sangre en su abdomen.

    Hay dos tipos de garrapatas, las duras y las blandas, que se diferencian básicamente por la dureza de su tegumento externo. Entre las primeras se encuentra la garrapata del perro y otras garrapatas parásitas permanentes de mamíferos en zonas de prados o matorrales; entre las segundas las garrapatas de aves, que se localizan más frecuentemente en el interior de las estancias de animales domésticos y se desprenden del huésped después de la comida diaria.

    Al margen de las lesiones originadas por la picadura y la posible infección secundaria a través de la misma, las garrapatas pueden transmitir al hombre varias enfermedades, entre las que destacan por su incidencia en Andalucía la Fiebre Botonosa, o Fiebre Exantemática Mediterránea y la Fiebre Recurrente por Garrapatas.

    Como medidas precautorias hay que inspeccionar cuidadosamente el cuerpo, en especial las zonas de vellos y pelo, cuando se han visitado zonas de vegetación densa y cierta humedad en el suelo, y en el caso de contacto con animales domésticos, sobre todo si comparten la vivienda con nosotros.

  • Otros pequeños ácaros

    Aunque ya se ha citado un grupo de ácaros parásitos, las garrapatas, en el límite de lo microscópico existen varias familias de pequeñísimos ácaros que pueden producir reacciones alérgicas y dermatitis y que viven en el interior de las viviendas o fuera de ellas, alimentándose de materia orgánica o sobre los alimentos o parasitando a animales o al hombre, como es el caso del arador de la sarna.

    Los llamados ácaros del polvo no parasitan al hombre. Viven en alfombras o sobre otras superficies alimentándose de pequeños restos orgánicos que forman parte del polvo, como pelos, escamas, restos de alimentos, etc.. Constituyen un componente alergénico del polvo casero produciendo comunmente un cuadro asmático cuando es inhalado por personas sensibilizadas a sus secreciones. Los más comunes pertenecen al género Dermatophagoides de la familia de los piroglífidos.

    Otros ácaros que viven sobre alimentos almacenados o sobre animales pueden producir dermatitis de origen alérgico cuando parasitan al hombre ocasionalmente. Los ácaros de la harina o del jamón (Acarus siro) o de la fruta seca (Carpoglyphus lactis) y los ácaros de las gallinas (Dermanyssus gallinae), de la rata (Ornithonyssus bacoti) o de la carcoma (Pyemotes ventricosus), son algunos ejemplos.

    Algunos como Trombicula autumnalis, perteneciente a los trombicúlidos, viven sobre las praderas de hierba. Sus larvas parasitan al hombre produciendo dermatitis acompañada de fuerte picor.

    El ácaro productor de la sarna o escabiosis (Sarcoptes scabiei), vive en el interior de galerías que excava bajo la piel humana produciendo un intenso prurito e irritación. Se transmite por contacto directo con personas infestadas.

Insectos

  • Escarabajos

    Dentro del orden de los coleópteros se agrupan una gran diversidad de especies, El grupo es fácilmente distinguible, por sus alas anteriores, transformadas en duras corazas, si bien incluye una gran diversidad de formas y colores.

    En general son del todo inofensivas para el hombre, sin embargo algunas especies contienen sustancias que expulsan al ser manipulados o aplastados y que pueden irritar la piel o las mucosas si tras tocarlos nos llevamos las manos a nariz u ojos. Este es el caso de algunos meloideos como la llamada "mosca de España" (Lytta vesicatoria), un escarabajo verde iridiscente, que contiene una sustancia llamada cantaridina, o de los conocidos como "curitas" o "aceiteras" del género Meloë, que disponen también de esta sustancia aunque en menor cantidad. Otros escarabajos vesicantes son algunas especies de estafilínidos que producen la pederina.

    Muchos especies de escarabajos producen sustancias desagradables para sus depredadores pero que en nada afectan al hombre y que no deben ser confundidos con los citados. Solo algunas pocas especies merecen nuestra atención por la dolorosa mordedura que pueden ocasionar: entre ellas, larvas y adultos de ditiscos poseen fuertes mandíbulas con un canal para la inyección de jugos digestivos que producen una fuerte reacción dolorosa. Los ditiscos viven en el agua de arroyos, lagunas y charcas con abundante vegetación, así como en sistemas artificiales de cultivo de arroz. Otras especies acuáticas de la familia de los Hidrofílidos poseen larvas de gran tamaño con mandíbulas excepcionalmente fuertes.

    En general, los Carábidos, escarabajos del suelo carnívoros, poseen grandes y potentes mandíbulas pero solo en casos muy excepcionales pueden atravesar la piel, por lo que no suponen ningún problema.

  • Cucarachas

    Son insectos medianos o grandes (11-40 mm.), de aspecto aplanado, con dos pares de alas -el primero de los cuales es coriáceo-, y antenas largas y finas. Son de colores oscuros, pardos o negros.

    Viven principalmente en hábitats relacionados con el hombre, en sitios donde la temperatura y humedad son altas y donde hay disponibilidad de alimentos. Por ello sus sitios preferidos son las cocinas, almacenes de alimentos, locales de restauración, etc. Son omnívoros. Sus hábitos son nocturnos, escondiéndose durante el día en refugios como rendijas, tras o debajo del mobiliario, etc. Crían en estos mismos lugares, depositando sus huevos en unos estuches duros llamados ootecas fácilmente distinguibles. Son buenos voladores por lo que pueden colonizar las estancias cercanas a otros focos de cría como alcantarillas, sótanos, etc.

    Hay tres especies relacionadas con el hábitat doméstico:

    Su importancia sanitaria radica en la transmisión pasiva de organismos patógenos, contaminando los alimentos sobre los que se mueven o comen. El mejor método de control es una buena higiene y el aislamiento de los productos almacenados.

  • Piojos y ladillas Info

    Son unos insectos diminutos (1-4 mm.), parásitos de mamíferos y algunos específicamente del hombre. Son hematófagos, por lo infringen picaduras en la piel para alimentarse, y viven asidos a los pelos de la cabeza, pubis u otras partes del cuerpo, donde ponen sus huevos (liendres) cementados al pelo. Esta parasitación (Pediculosis) se transmite por contacto directo o a través de las ropas, peines o por relaciones sexuales en el caso del pubis.

    Existen dos especies, una de las cuales presenta dos subespecies especializadas: el piojo de la cabeza y el piojo del cuerpo, que se encuentra en las costuras de las ropas. La segunda especie es la ladilla, que se instala en los pelos del pubis u otras zonas con pelo más grueso.

    La picadura que producen es irritante y hay que tener cuidado con el rascado, pues puede producir escoriación del cuero cabelludo e infecciones. Además el piojo del cuerpo puede transmitir la Fiebre Recurrente por piojos. Las medidas preventivas pasan por una buena higiene personal y doméstica.

  • Chinches

    De este grupo de insectos, característicos por poseer un pico taladrador-succionador, afectan especialmente a la salud humana las llamadas chinches de las camas. Estos son insectos pequeños (4-5 mm.) y color amarillo pardusco que viven en las habitaciones humanas ocultos en intersticios, hendiduras, etcétera.

    Son parásitos temporales de mamíferos y aves, alimentándose de sangre y líquidos de los tejidos de la piel. Su actividad es nocturna y suelen ser gregarios.

    No se ha demostrado que transmitan enfermedades; sin embargo, al defecar sobre la herida pueden producir infecciones. La mejor medida de control es la higiene doméstica.

    Si bien el resto de las especies de chinches se alimentan de tejidos vegetales o depredan sobre otros insectos, de la gran diversidad de chinches que ocasionalmente podemos encontrar en el campo, algunas pueden ocasionar picaduras dolorosas cuando son manipuladas.

    Entre las terrestres se incluyen las llamadas chinches asesinas, cuyo representante más llamativo es el Redúvido enmascarado, de unos 14 mm. y que curiosamente puede vivir en las casas alimentándose de chinches de las camas, entre otros insectos.

    Algunas chinches acuáticas, que viven entre la vegetación sumergida de lagunas y arroyos o en la superficie del agua o en sus orillas, pueden producir picaduras dolorosas, pero sólo cuando se las coge. Destacan de éstas las Chinches remeras, Escorpiones de agua, Chinches vikingas, Hidrómetras y Zapateros de agua. La única medida preventiva en estos casos es la de no molestar a estos animales.

  • Orugas de lepidópteros

    Las larvas (orugas) de una buena parte de las especies de mariposas y polillas tienen el cuerpo cubierto de pelos urticantes, evolutivamente desarrollados como órganos de defensa ante sus depredadores, y que pueden producir irritación en la piel y mucosas cuando entran en contacto con estas orugas o con sus pelos que pueden ser dispersados por el viento.

    Las orugas de lepidópteros tienen forma cilíndrica y consistencia blanda. Además de los tres pares de patas torácicas tienen varios pares de falsas patas en los segmentos abdominales.

    Viven entre la vegetación, donde se alimentan, siendo muchas especies exclusivas de un tipo de planta o una especie vegetal determinada. El caso más característico lo constituye la oruga de la Procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), aunque también es muy común en las zonas verdes urbanas de Andalucía la "oruga peluda de los prados" (Ocnogyna baetica).

    Debido a la gran cantidad de especies y a la dificultad en distinguir cuáles pueden perjudicarnos, lo mejor es no tocarlas o alejarnos del lugar donde proliferen.

  • Flebotomos

    Son dípteros incluidos dentro de la familia de los Psicódidos, las llamadas Moscas-polilla. Son insectos diminutos (1-3 mm.), con alas muy velludas que adoptan una característica posición en "V" cuando están en reposo.

    Las hembras, hematófagas (pues necesitan sangre para la maduración de los huevos), pueden picar al hombre. Tienen hábitos nocturnos, reposando durante el día entre la vegetación, en grietas y oquedades, dentro o fuera de las casas, donde haya una cierta humedad y temperatura moderada. Debido a su tamaño, su actividad está limitada por el viento.

    Las larvas se encuentran en el sustrato de cuevas y grietas del terreno, paredes de piedra o escombreras, siempre en lugares sombreados y ricos en restos orgánicos de los que se alimenta. Son muy difíciles de localizar.

    El vuelo de las hembras no produce sonido audible por lo que su picadura no es advertida como en el caso de los mosquitos hasta sentir la irritación. Al margen de los posibles efectos asociados a su picada, los flebotomos pueden transmitir la Leishmaniasis cutánea (Botón de Oriente) o la visceral (Kala-Azar).

  • Mosquitos culícidos

    Son las llamadas Moscas negras. También de pequeño tamaño (1,5-4 mm.), aunque de cuerpo rechoncho y jorobado, cubierto de pelos cortos dorados o plateados.

    El desarrollo de las larvas es siempre acuático, en sistemas de corriente fuerte y aguas relativamente limpias, donde se alimentan de detritus y microorganismos en suspensión. Los adultos se alimentan de jugos vegetales, excepto la hembra fecundada que, al igual que otros mosquitos, necesita de sangre. Aunque preferentemente pica al ganado, también puede picar al hombre en lugares próximos a sus focos de cría.

    Su picadura es dolorosa, con posibles intoxicaciones por la saliva venenosa. Suelen encontrarse en inmediaciones de ríos y arroyos, a veces volando en enjambres. Su máxima actividad se registra al mediodía, no siendo activas durante la noche.

  • Ceratopogónicos

    Son unos mosquitos muy pequeños (1-1,5 mm.), de alas cortas y anchas, orladas de pelos. Al igual que grupos anteriores, la hembra se alimenta de sangre durante el crepúsculo o la noche, siendo su picadura muy dolorosa en el caso de algunas especies.

    Se localizan en los alrededores de medios acuáticos, en zonas de vegetación densa o en el interior de habitáculos de animales domésticos. Sus larvas son acuáticas o se desarrollan en el detritus. El género más conocido es Culicoides, una de cuyas especies es la responsable de la transmisión de la Peste Equina.

  • Simúlidos

    Son las llamadas Moscas negras. También de pequeño tamaño (1,5-4 mm.), aunque de cuerpo rechoncho y jorobado, cubierto de pelos cortos dorados o plateados.

    El desarrollo de las larvas es siempre acuático, en sistemas de corriente fuerte y aguas relativamente limpias, donde se alimentan de detritus y microorganismos en suspensión. Los adultos se alimentan de jugos vegetales, excepto la hembra fecundada que, al igual que otros mosquitos, necesita de sangre. Aunque preferentemente pica al ganado, también puede picar al hombre en lugares próximos a sus focos de cría.

    Su picadura es dolorosa, con posibles intoxicaciones por la saliva venenosa. Suelen encontrarse en inmediaciones de ríos y arroyos, a veces volando en enjambres. Su máxima actividad se registra al mediodía, no siendo activas durante la noche.

  • Tábanos

    Son moscas robustas, de hasta 3 cm., de ojos prominentes y de colores iridiscentes. Los adultos hembra son hematófagos temporales, necesitando sangre durante la época de maduración de huevos. Los machos toman jugos de plantas. Según las especies, ponen sus huevos sobre el agua y otros sustratos húmedos y blandos donde se desarrollan las larvas, que son depredadoras y que también pueden infringir una dolorosa picadura si son manipuladas o se introduce el pie desnudo en el fango donde viven.

    La picadura de la hembras es muy dolorosa, pues aparte de la reacción a la saliva -como ocurre en la mayoría de los hematófagos- su aparato bucal actúa cortando la piel para extraer la sangre y chupar, pudiendo producir infecciones, ya que durante el proceso de alimentación cambia constantemente de huésped animal o persona.

    Son activas principalmente los días calurosos y soleados y en las proximidades de zonas con agua. Su vuelo es silencioso por lo que pasan inadvertidas hasta producir la picadura. El principal estímulo para localizar a sus huéspedes es el movimiento de los mismos por lo que una forma de reducir el asedio de tábanos es evitar una gran actividad en lugares donde sean frecuentes.

  • Moscas

    En este grupo genérico incluimos especies de varias familias de moscas, entre ellas, la mosca doméstica, la de los establos, mosca del vinagre, etc. Son insectos de tamaño pequeño o mediano asociados al medio ambiente humano. Ponen sus huevos sobre sustancias orgánicas en descomposición, cadáveres de animales, excrementos, etc., donde se alimentan sus larvas que son de forma cilíndrica. Aunque algunas especies pueden picar al hombre como la mosca de los establos (Stomoxys calcitrans) o la mosca borriquera (Hippobosca equina) y otras, muy ocasionalmente, producir miasis, su importancia sanitaria reside en el papel que juegan como contaminantes de alimentos, especialmente la mosca doméstica, ya que la mayoría se alimenta chupando líquidos superficiales con unas piezas bucales parecidas a esponjas, proceso durante el cual adquiere y transporta en su boca y patas microorganismos que después son depositados al posarse o regurgitar sobre productos de alimentación.

    La presencia de poblaciones de moscas siempre está asociada a la cercanía de residuos orgánicos de todo tipo, frecuentemente originados en las estancias de animales domésticos.

  • Pulgas

    Son insectos diminutos (1-4mm.), sin alas, de color marrón oscuro con la cutícula dura y cuerpo comprimido lateralmente, lo que le permite desplazarse fácilmente entre los pelos y plumas de los mamíferos o aves que parasitan para alimentarse de sangre. Tienen una gran capacidad para desplazarse a grandes saltos.

    Las larvas, con forma de gusano, se desarrollan en ranuras del suelo, bajo las alfombras y en nidos y madrigueras de aves o mamíferos, aunque no se alimentan en ellos, sino de restos orgánicos.

    Las distintas especies suelen tener preferencias por ciertos huéspedes como ocurre con la pulga del gato, la del perro o la rata, pero pueden pasar de un huésped a otro (p.e.: al hombre), sin olvidar que también existe una pulga habituada a parasitar al hombre (Pulex irritans). Al margen de las reacciones propias derivadas de la picadura, actualmente y en nuestro país no transmiten enfermedades, aunque históricamente la pulga de la rata (Xenopsylla cheopis) fue la responsable de la transmisión de la temida peste bubónica.

    Las medidas preventivas consisten en una buena higiene doméstica y de los animales de compañía

  • Avispas, abejas y abejorros

    Dentro del grupo de los himenópteros se incluyen un amplio número de especies, de varias familias, denominadas bajo el nombre genérico de Avispas y Abejas. Son insectos voladores de tamaño variable, preferentemente depredadores (Avispas) o que se alimentan de jugos de flores (Abejas y Abejorros), pero que tienen en común la evolución del órgano que originariamente realizaba la puesta de huevos, modificándolo en un aguijón venenoso. Por ello sólo las hembras aguijonean.

    Debido a la estructura en sierra de los aguijones de la abeja común, ésta no puede retirar el aguijón una vez que lo ha clavado en la piel humana -por lo que ha de arrancárselo-, si bien puede hacerlo en otros insectos. sin embargo, las avispas y otras abejas tienen dientes más pequeños o son lisos, por lo que si pueden retirar sus aguijones y emplearlos de nuevo.

    La gran variedad de especies hace difícil una descripción genérica del aspecto de estos insectos, así como de su localización a uno u otro ecosistema. Sin embargo, las avispas más comunes se distinguen por un diseño de franjas y puntos negros sobre un amarillo claro (utilizado como mecanismo disuasorio por una gran variedad de insectos que no aguijonean), mientras que las abejas utilizan colores pardos.

    Suelen ser activas durante las horas de insolación. Aunque algunas especies parecen más agresivas que otras, en general no hay una premeditación en su comportamiento de picada, siendo casi siempre el resultado de una agresión inadvertida por nuestra parte hacia las hembras o sus avisperos o colmenas.

    Dentro del grupo de los himenópteros también se encuentran, algunas especies de hormigas que pueden aguijonear, como la hormiga roja chica, aunque su picadura tiene consecuencias leves; y las conocidas como hormigas aterciopeladas (si bien pertenecen a la familia de los mutílidos), cuyas hembras sin alas pueden ser confundidas con hormigas grandes.

  • Trípidos

    Son insectos pequeños (unos 2-3 mm.) y aspecto frágil debido a sus alas estrechas, transparentes y con largos flecos. Aunque se alimentan de jugos vegetales, constituyendo en muchos casos plagas agrícolas, en ocasiones, especialmente en días cálidos y sin viento, pueden formar enjambres muy molestos para las personas, ya que tienen tendencia a deslizarse bajo la ropa e introducirse en orejas, boca y ojos provocando cierta irritación. Además son capaces de infringir pequeñas mordeduras en la piel con un dolor punzante, aunque sin ninguna consecuencia a los pocos segundos.

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