La escucha activa y la participación deben ser los grandes ejes vertebradores que sustenten la transparencia con que las administraciones públicas deben afrontar sus relaciones con la ciudadanía en este siglo XXI.
En este sentido resulta muy oportuno disponer de una vía de comunicación directa que facilite la participación de todas aquellas personas que puedan ser fuente de información de interés para las autoridades sanitarias a la hora de efectuar evaluaciones sobre los riesgos para la salud producidos por diversos productos, más aún cuando la globalización y el auge del comercio electrónico ha acercado a las personas la adquisición y uso de productos novedosos convirtiendo en poco tiempo artículos de escaso o restringido uso en elementos de uso corriente. También puede dar cabida a la respuesta que las distintas asociaciones de personas alérgicas/intolerantes manifiestan de disponer de un canal de comunicación para el traslado de incidentes relacionados con el consumo de alimentos especialmente destinados a ellos.
Por lo tanto, es necesario avanzar en el empoderamiento ciudadano en todo lo relativo a la participación en la mejora de la calidad de los sistemas de protección de la salud mediante la creación de un sistema global que facilite la declaración de efectos indeseables para la salud relacionados con determinados productos.
Asimismo, los profesionales sanitarios deben jugar un papel clave en el sistema puesto que son una fuente de información precisa y valiosa a la hora de poder evaluar determinados riesgos en una fase incipiente, posibilitando la adopción de las medidas adecuadas de gestión de riesgos.
Ya hay experiencias en este sentido como la Red de farmacovigilancia o la cosmetovigilancia con un alto grado de implantación, sin embargo hay determinados productos, como son los complementos alimenticios, las bebidas energéticas, los nuevos alimentos, los tatuajes, o determinados productos de la vida cotidiana, para los que no hay establecidos esos medios de escucha activa y resultaría adecuado crear ese canal de comunicación ágil, fácil, seguro e intuitivo que consiga canalizar toda esa información y permita transformarla en conocimiento orientado a una mejor protección de la salud.
Parece conveniente aprovechar la experiencia de la Escuela Andaluza de Salud Pública en la creación de redes de profesionales para que sea en ese seno donde se genere el conocimiento del estudio y valoración de las declaraciones recibidas por el sistema.
Este sistema estaría compuesto por 3 columnas vertebradoras:
- Página web de información
- Aplicación/es informática/s de recogida de declaraciones
- Red de profesionales
- Convenios de colaboración con asociaciones de personas usuarias y de profesionales