1912: mantón y enaguas
17/04/2021
En este cartel realizado por José García Ramos para las Fiestas de Primavera de Sevilla de 1912, la mujer representada viste larga falda rematada por volantes y levantada por enaguas. Destaca también el conocido como mantón de Manila, de largos flecos y con motivos florales bien visibles. (Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Depósito Ayto. de Sevilla)
1919: el protagonismo del lunar
17/04/2021
Vicente Barreira realizó este cartel para las fiestas de Sevilla de 1919. En él se aprecia el mantón cruzado sobre el pecho de la flamenca, que porta una peineta de gran tamaño. Los lunares son ya los protagonistas del estampado del vestido. (Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Depósito Ayto. de Sevilla)
1924: las faldas se acampanan
17/04/2021
Los llamativos colores destacan en este cartel de las Fiestas de Primavera de Sevilla de 1924, confeccionado por Francisco Hohenleiter. La flamenca que lo protagoniza viste un traje liso, de talle bajo y falda acampanada, con tres grandes volantes. (Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Depósito Ayto. de Sevilla)
1930: talles bajos y volantes en zigzag
17/04/2021
En los años 30, el talle de las flamencas se alarga ligeramente y crece el número de volantes, colocados en zigzag y acabados con alegres remates y puntillas. Aunque en estos años surgen los mantoncillos de tres picos, las mujeres representadas en la imagen los portan abiertos y colocados sobre los hombros. (Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Depósito Ayto. de Sevilla)
1945: la eclosión de las mangas de farol
1954: mangas en sisa y pasamanería
17/04/2021
Una niña posa atenta ante el fotógrafo luciendo un traje de gitana. Corría el año 1954 y el vestido refleja la moda del momento: falda de volumen con varios volantes, mangas en sisa con volantes y profusión en los remates, con pasamanería y cintas. También en estos años eran habituales los flecos, madroños y puntillas.
1963: el pop llega a las ferias
17/04/2021
La aparición de la minifalda en la década de los 60 no dejó indiferente a la moda flamenca. El largo tradicional dio paso a vestidos cortos por media pierna. Los volúmenes aumentaron gracias a las enaguas y los tejidos sintéticos y en el borde de los volantes comenzó a utilizarse un cordoncillo rígido de algodón para mantenerlos más firmes.
1976: las mangas se alargan
17/04/2021
Aunque al inicio de la década de los 70 el uso del traje de gitana experimentó un cierto declive por parte de una juventud 'contestataria', a mediados de esos años se produjo un nuevo auge. Uno de los aspectos más característicos de este periodo es el uso de mangas a la altura del codo, terminadas en amplios volantes.
1987: la década de los colores y volantes
17/04/2021
Los años 80 se distinguen por reinterpretar la moda de los 40 incrementando su volumen. Los volantes, rematados con vivos de colores y dispuestos en alineaciones caprichosas, aumentan su número y reducen su tamaño. Las mangas se acortan hasta la sisa y se adornan con varias filas de volantes.
Finales del siglo XX y principios del XXI: realzar la silueta
17/04/2021
En los últimos años del siglo XX y principios del siglo XXI, el traje de gitana ha experimentado diversas transformaciones que han ido principalmente encaminadas a realzar la silueta femenina. Se ha producido un estrechamiento y alargamiento del talle, que ha llegado a bajar el comienzo de la falda por encima de la rodilla. Ha disminuido e incluso desaparecido el uso de volantes en las mangas, se han diseñado modelos de tirantas y se han incorporado nuevos tipos de escotes como el palabra de honor. En muchas ocasiones, el traje se ha ido asemejando al que usan las bailaoras profesionales.