Contaminación acústica y lumínica

Tanto el exceso de iluminación artificial como el de ruidos perturban gravemente el medioambiente en las ciudades y requieren de medidas de control adecuadas.

Contaminación acústica

Se considera contaminación acústica todo sonido que, por su exceso o intensidad de niveles, perturba el ambiente en un entorno determinado. Hace referencia al ruido: todo sonido no deseado que supone, por tanto, una perturbación, molestia o daño.

Se trata de una de las fuentes de contaminación más claramente asociadas con la vida en las ciudades. El ruido no sólo afecta a nuestra salud y calidad de vida, sino también a nuestro comportamiento social y desarrollo cognitivo.

En Andalucía se han tomado medidas destinadas tanto a identificar las zonas más afectadas por la contaminación acústica (zonificación) como al establecimiento de mecanismos de actuación.

Contaminación lumínica

Provoca el aumento artificial excesivo del brillo durante la noche. Tiene consecuencias negativas que incluyen la alteración de los ciclos vitales en plantas y animales con hábitos de vida nocturnos y la perturbación del descanso en los humanos, además de aumentar considerablemente el consumo energético.

Otros impactos negativos recaen en la calidad ambiental de las zonas habitadas, ya que aumenta la intrusión lumínica en la propiedad privada, provocando molestias tales como fatiga visual, ansiedad y alteraciones del sueño.

La base de la actuación sobre este tema se basa en la zonificación del territorio andaluz en:

  • Áreas oscuras
  • Áreas que admiten flujo luminoso reducido
  • Áreas que admiten flujo luminoso medio
  • Áreas que admiten flujo luminoso elevado

Puedes obtener información práctica sobre este tema a través de las diferentes campañas de divulgación y formación que ha puesto en marcha la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul sobre este tema.