La referencia a la nieve hace que le vengan a la mente recuerdos de Fiñana, su hogar desde de que su padre encontrará trabajo en el parque eólico de la localidad, enmarcado por las majestuosas vistas de los picos blancos de Sierra Nevada.

El intercambio de bromas con su vecina es una forma de tomarse con resignación y filosofía los cambios que ambos han ido viendo pasar ante sus ojos; el progresivo aumento de las regiones desérticas (Tanekke, con su ácido humor de costumbre, suele decir que Andalucía cada vez es más Almería) y la escasez, a veces trágica, de lluvias.

“Por aquí poca novedad que contarte, llevamos ya una buena temporada sin que llueva, pero ya sabes como son las cosas; cada vez llueve menos y no será raro que un día de estos nos levantemos y toda el agua que no ha caído en seis meses nos caiga de golpe en tres días”, comienza a contestar a su hijo Marcos.