José Luis Ortiz Nuevo


Archidona (Málaga), 1948, es poeta, escritor y actor. Entre 1975 y 1987 recopiló por escrito a partir de las voces originales las memorias de Pepe el de la Matrona, Pericón de Cádiz, Tío Gregorio Borrico de Jerez, Enrique el Cojo y Tía Anica la Periñaca. En 1980, funda con otros aficionados la Bienal de Flamenco de Sevilla, en la que comienza a desarrollar su faceta teatral: Los últimos de la fiesta, Cantando la pena, la pena se olvida; Sevilla: concierto flamenco a su memoria, o la obra Por dos letras, basada en las memorias de Pericón de Cádiz. En hemerotecas de Sevilla y La Habana, Ortiz Nuevo ha recopilado datos históricos sobre los orígenes del flamenco, parcialmente recogidos en su libro ¿Se sabe algo? Viaje al conocimiento del arte flamenco en la prensa sevillana del XIX (1990). Es autor también de libros, trabajos de investigación y obras escénicas relacionados con el flamenco. En 2008 publicó en Barataria Las mil y una historias de Pericón de Cádiz y en 2010 Alegato contra la pureza.
 


Obras:

Seis años le ha llevado a José Luis Ortiz Nuevo reconstruir la vida de Enrique Morente durante el periodo (1969-1976) de su consolidación como cantaor bajo el convencimiento de que el flamenco debía buscar nuevas perspectivas desde la tradición y abrirse a otros caminos. «El cante no puede quedarse monumentalizado, fosilizado, en la seguiriya de Manuel Torre. O crece o muere», escribía José G. Ladrón de Guevara al hilo de este Morente ya revolucionario que vislumbraba cantes en los versos de Miguel Hernández. Así, es el nacimiento de la arriesgada heterodoxia morentiana lo que se celebra en esta primera entrega de Libro de Morente, el reto más ambicioso de los enfrentados por el Poeta de Archidona, pues Ortiz Nuevo no solo se contenta aquí con documentar y ahuyentar de tópicos, mentiras y lugares comunes aquellos años irrepetibles de juventud compartida con el cantaor granadino. Igualmente, revoluciona sus anteriores memorias flamencas —en las que se dejara poseer por los recuerdos de Pepe el de la Matrona, Enrique el Cojo, Tía Anica…— abriendo su escrito a una sentida autobiografía en forma de diálogo con el amigo desaparecido antes de tiempo. Puede que, simplemente, porque ya no quede más «viejo superviviente» que él mismo, ni mejor manera de recordar que entablando conversación con lo que perdura y resiste.

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Este libro, amable lectora o lector amable, que al fin sale, empezó a pensarse ha tiempo en La Habana, estando un servidor indagando en las hemerotecas de la ciudad de las columnas. Allí conocí, en las postrimerías del siglo XX, a Francisco Rey Alfonso, investigador cubano, especialista en danzas. Y fue él quien me descubrió a mi paisana Trinidad Huertas en su importancia suma, y me refirió que tenía fichas de su huella y muerte en aquella urbe, acaecida algo más de cien años atrás.
Ciertamente entonces, en las bisagras de un siglo a otro, aún sabíamos bastante poco de ella. Lo que venía escrito de 1912 por el Maestro Otero en su “Tratado de Baile”; y otrosí el texto que le dedicó Fernando el de Triana en “Arte y Artistas Flamencos”, natural del año 1935. Apenas estos dos apuntes fundamentales y luego, muchísimo después, los primeros datos de la hemerografía nacional que Antonio Sevillano, José Gelardo, José Luis Navarro y yo mismo, fuimos acarreando, por los noventa, de una y otra plaza donde se registrase, por la prensa escrita, el tránsito de la bailadora malagueña.
Más adelante confirmé su estancia mejicana y neoyorkina (por José Manuel Gamboa) y eso me animó a recopilar estos y otros materiales habidos, con el fin de convertirlos lo antes posible en libro. Así en 2011, cuando aún su espléndida hemeroteca no estaba en la red, viajo a México D. F. y en la Biblioteca de su Universidad Autónoma, principio a recoger abundante cosecha de Trinidad en la capital azteca, por mor de su presencia allí, entre septiembre y noviembre de 1887.
Teniendo tanta documentación ya solo faltaba, para completar el trabajo hemerográfico, un penúltimo viaje a Cuba con el fin de obtener más informaciones de sus postreras peripecias habaneras; y rastrear en las digitalizadas hemerotecas europeas, pistas que ya teníamos a partir de los éxitos suyos en París, desde 1880.
A la sazón, este panorama se contempla en el verano de 2015. Y no solamente se precisa cumplir con los trabajos dichos sino la financiación para poderlos llevar a cabo y posteriormente editar los textos. Se me presentó entonces la idea del “croufundin” y, afortunadamente, el procedimiento logró su propósito. Gracias a Rocío Luna, editora, y a los medios modernos, se difundió la pedida y al cabo, por mor de la solidaria aportación de tantas y tantos amigos, alcanzóse la meta y verlahí que este libro en tus manos lo demuestra.
Y más todavía: en el camino de estos meses recientes, no únicamente íbamos a lograr la financiación del sueño, sino que también se ha registrado un cambio capital, tanto en la autoría como en el procedimiento para concluir la obra.
De una parte me llegó la onda de Ángeles Cruzado, quien en su web http://www.flamencasporderecho.com mostraba (2013) viejas y novedosas noticias de la bailadora, en un trabajo la mar de solvente. A fin de captarla para esta aventura editorial, a la que ya me complacía en reconocer como de LA VALIENTE, me entrevisté con ella en Triana (Casa Cuesta, frente al arco) y la invité a participar en la tarea. No tardó ni medio en decir que sí. Y cumplió mejor. Su trabajo ocupa la primera parte del volumen, relativo a la estela que dejó la malagueña por la vieja Europa, incluida esta querida parcela sur pirenaica, a la que de momento seguimos llamando España.
De otra parte el profesor de la Universidad de Alicante (Departamento de Comunicación y Psicología Social) Kiko Mora, me hizo saber a tiempo que él estaba concluyendo (octubre, 2015) un ensayo en torno de la artista en Nueva York, y la repercusión de lo taurino y lo español en el universo teatral de los USA, en aquella época. De seguida concluimos que lo mejor era incluir su aportación en LA VALIENTE, lo que así se hizo. Suya es por tanto la brillante segunda parte, alusiva a cuanto se ha mencionado, encadenada de argumentos y de hallazgos.
Y la tercera mía, al estilo de uno, entre la ficción el ritmo y la noticia. Sus territorios abarcan a lo h

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