Saber escuchar es saber recibir. Virginia en su poesía da algo de su alma a través de un registro lexical más mineral y floral que animal. Habla de los animales, más de nosotros que de aquellos del bosque para expresar matices semánticos del

miedo, miedo de una niña en la jungla urbana, estados de ánimo al fin y al cabo de una persona que busca en el amor su salvación y en el amor descubre tantos depredadores. De aquí otro registro, la soledad de una mujer que sabe que nosotros animales urbanos, estamos condenados a estar solos. El miedo, el amor o la soledad no son más que unos temas de este libro que tiene tanto como el corazón humano puede abarcar. El paisaje lexical de Virginia es rico. Su paisaje es de los montes de su Bédar natal, de su mar y de las nieves de cualquier sitio que visitó en sus andaduras por el mundo.

Ismael Diadié Haidara

Editorial Fondo Kati
Poesía
Adulto

Virginia Fernández Collado