El agua y la sed
María Elena HiguerueloHablamos del vacío como si se pudiera
hablar de él. Lo acotamos
entre dos llaves, y confundimos
el elemento finito
con el conjunto inabarcable.
Si un conjunto que contiene al elemento
vacío no es vacío, ¿por qué
decimos estar vacíos
al tener un vacío dentro?
Dicen que el agua es lo único que calma la sed
y hablamos del vacío como del sabor del agua;
falacias del lenguaje: la sed, el agua la aplaza
pero solo el vacío, arma de doble filo
alberga en su condición de ser - de no ser -
el ambiguo poder de generarla, hendiendo
con su cortante hoja una herida seca en el alma
o bien de arrancarla de raíz de las entrañas
para siempre.
Hablamos del vacío como del sabor del agua
y no dejamos de equivocarnos.
La nada no es el cero;
el vacío es algo menos
y mucho más.