Hugo Cabezas y Alejandro Toro: "vivimos un momento dorado del cine andaluz"

Acaban de estrenar en el Festival de Sevilla Últimas unidades, un documental centrado en la realidad de los comercios tradicionales y en cómo les afectan fenómenos como el auge de las nuevas tecnologías, el turismo o la gentrificación. Hugo Cabezas (Córdoba, 1986) y Alejandro Toro (Sevilla, 1986) se adentran en la vida cotidiana de estos cuatro negocios sevillanos, que se han mantenido generación tras generación y que luchan cada día por seguir abiertos: Cuadros Venecia, Papelería Ferrer, Melado Peluqueros y Cordonería Alba. Para los jóvenes cineastas andaluces, el largometraje ha representado el salto a la dirección en una trayectoria marcada por la realización y dirección de fotografía para proyectos documentales y publicitarios.

¿Qué impresión tenéis de vuestro paso por el festival?

Alejandro Toro. Maravillosa. El estreno fue un día muy emocionante. Me llevo la acogida del público: se emocionó, se rio y se sintió muy identificado. Salieron varios comerciantes que nos daban las gracias, que se habían visto reflejados en la pantalla. Y no solo comerciantes, sino gente que conectaba con su infancia o simplemente con su bagaje personal, o que eran autónomos... Creo que la acogida fue muy bonita.

Hugo Cabezas. Sí, el teatro lleno y las impresiones fueron muy buenas. Para nosotros fue un día muy especial, la verdad.

«Tocamos un tema que, a pesar de ser local, refleja una temática universal».

¿Qué recorrido  tenéis planteado para esta producción?

AT. El documental se va a seguir viendo en festivales. El siguiente es Huelva, se proyecta allí el jueves 17, y el Festival de Almería. Nos ha escrito también un festival francés. La idea es que este documental vaya por Andalucía, que es lo primero, y también por España y por Europa. Porque realmente tocamos un tema que, a pesar de ser local, refleja una temática universal. De hecho, la chica que nos presentó, Sylvia, italiana de Roma, dijo que la había visto dos veces y que le encantaba. Se sentía identificada y lo veía en su ciudad, Roma, y en cuatro ciudades diferentes de Europa en las que había vivido. Es algo con lo que cualquiera de una pequeña ciudad, mediana o grande, se puede identificar. 

Eso tiene relación con mi siguiente pregunta. ¿Os habéis planteado la posibilidad de hacer algo similar en otras ciudades?

HC. Lo ha preguntado mucha gente y la verdad es que sería interesante, por ver qué diferencias y similitudes puede haber con otras ciudades, pero ahora mismo no es la idea. También me comentaba el otro día una persona que sería interesante conocer la visión de la gente que va a esos comercios, o cómo se han adaptado, o cómo mezclan el pequeño comercio con las nuevas tecnologías, el comercio online y demás. Es una idea que está ahí, pero ahora mismo no tenemos pensado hacer lo mismo otra ciudad.

¿Cómo fue la elección de los comercios? ¿Conocíais a los propietarios?

AT. Lo primero que hemos tenido ha sido mucha suerte por encontrarlos, por cómo se han mostrado de forma tan sincera, tan cercana y han contado su vida. No conocíamos a ninguno de ellos. 

HC. Solo conocíamos a Melado por su trayectoria, pero no personalmente. Y los comercios sí, los conocíamos de vista, pero no a los propietarios, ni mucho menos. Y fuimos varios días paseando la ciudad y entrando en sitios que nos llamaban la atención, a veces preguntábamos un poquito y hablábamos de la idea con el propietario. Y luego ya no nos dirigimos a buscar esos perfiles que nosotros queríamos, que eran cuatro generaciones distintas, dos hombres y dos mujeres, que nos dieran una muestra lo más amplia posible, representativa, de todo este pequeño comercio local.

Coloquio tras el estreno en el SEFF con los directores y protagonistas. Teatro Alameda, Sevilla (13-11-2022)

Es curioso porque cuando salí de la presentación iba yo para Nervión y pasé por los cuatro negocios.

HC. Hiciste la ruta de localización... 

Imagino que vosotros hiciste algo parecido.

AT. Creo que eso también te invita a reflexionar. Gente que ha visto la película dice que al salir iba ya por el barrio fijándose en cosas, en tiendas de su zona, te lleva a pararte a pensar: mira esa zapatería, lleva ahí 40 años, yo llevo aquí 30 y no me había dado cuenta... Con esos locales pasa un poco lo mismo, puedes pasar por la papelería y dices: nunca me había fijado, y lleva ahí 150 años.

En general son negocios muy tradicionales, ¿hay alguna motivación en esa elección? ¿Hay un proceso de casting?

AT: Sí, hay un casting. En el caso de la cordonería, aparte de que Jesús es maravilloso, tiene un elemento que es la artesanía, en pleno centro, con una máquina que dice que tiene más de 118 años. 

HC. Queríamos buscar esa mezcla, acercarnos a esa artesanía que realmente desconocemos y eso nos ha servido a nosotros mismos para aprender también de una tradición que no conocíamos. También es verdad que cuando conocimos a Jesús… es el más profundo.

AT. Muy sensible, muy auténtico...

HC. Tiene además una cosa muy importante: ha peleado directamente contra la gentrificación porque luchó por que no lo echaran de ese local después de 95 años que llevaba, reformaron el bloque entero, a él lo querían expulsar y consiguió que le dejaran ese huequito. Eso nos encandiló. Y luego, verlo trabajar fuera, que es una cosa artesanal, que se toca... eso nos gustaba mucho. Los otros también compensaban, son otro tipo de comercios, cada uno es muy diferente, la papelería es muy curiosa, tiene unos objetos que los propietarios tienen que conocer para poder explicar para qué sirven, cómo hablan de las tintas o del papel. Y luego los cuadros, es algo muy personal, no es algo a lo que normalmente se preste mucha atención, pero ellas viven y te lo explican como lo que es: para ellas es su vida. Luego la peluquería, que era un negocio muy diferente, y teníamos ahí a Melado, una persona capaz de transmitir muchísimas cosas juntas.

¿Cómo trabajasteis con los protagonistas?

AT. Intentamos primero ser muy respetuosos con ellos, ganarnos su confianza, que estuvieran cómodos y no quitarles tiempo de su oficio, observarles mientras trabajaban pero sin robarles tiempo.

HC. Así fue. Ellos, lógicamente, priorizaban su día a día. Aunque el rodaje fuera algo especial, nosotros no podíamos quitarles ese tiempo. Lo más difícil fue cuadrar la parte de la tertulia, tenían que coincidir los cuatro, que pudieran todos, que cerraran sus negocios… era más complicado de lo que puede parecer a simple vista, cuadrar a los cuatro fue como cuadrar a cuatro estrellas de Hollywood… Cada uno tenía sus problemas, su negocio, nosotros siendo autónomos lo entendemos, pero no dejaba de llamarnos la atención.

¿Fue un domingo, verdad? ¿En el bar Las Teresas?

HC. Sí, Las Teresas y Casa Plácido, que son el mismo negocio…

AT. Lo fácil, entre comillas, para los comerciantes era un domingo porque cerraban, pero concertar un bar un domingo era complicado. Se portaron muy bien, nos cerraron Casa Plácido por la tarde… Lo que también hicimos, como no se conocían, es comer juntos, en ese encuentro fue cuando se conocieron de verdad. Les explicamos que lo que queríamos grabar era una conversación (como estamos teniendo ahora mismo aquí…) y luego por la tarde, a la hora del café, hicimos el rodaje.

HC. También es importante Casa Plácido, para nosotros fue como un quinto personaje, un quinto protagonista, queríamos que el espacio también tuviera personalidad y que fuera otro pequeño comercio, un bar donde estamos acostumbrados a tener tertulias nos parecía el mejor escenario para la conversación.

¿Qué ha supuesto para vosotros este salto a la dirección de un largometraje?

AT. Me gustaría remarcar que es nuestro primer largometraje como directores y también nuestro primer documental como productora, hemos formado La Favorita, junto a Fidel Pérez y Antonio Aparcero. Los cuatro hicimos este proyecto de producción propia. Es una productora que lleva poco tiempo, dos años, ese era el riesgo. Dijimos: vamos a hacer una producción propia, con una temática que queremos, no un encargo, y nos hemos embarcado y lo hemos sacado adelante, con estreno en el festival y todo, que para una productora nueva era un reto importante.

¿Siempre habéis trabajado los dos juntos?

HC. Nosotros dos sí. Aunque bueno, los primeros documentales… Hugo estuvo en La vida en llamas de La Claqueta, de Manuel H. Martín, yo estuve en The Resurrection Club, también de La Claqueta, en la parte de montaje, ahí sí que hemos trabajado en diferentes proyectos. Pero desde que trabajamos con Jorge Laplace sí que estamos los dos en la fotografía, realización y montaje.

Y ahora con la productora, sois ya pareja artística...

AT. Sí, espero que seamos pareja centenaria (Risas)

¿Y cómo repartís el trabajo? ¿Estáis especializados cada uno en algo?

HC. La verdad es que, como llevamos tantos años trabajando juntos, desde el primer momento es pensar la idea, charlarlo, hablar de cómo vemos la temática… luego puede salir adelante o descartarla, pero desde la primera idea al desarrollo tenemos ya un modus operandi muy automático.

AT. Sí, el estilo de grabación, la edición... Y sí que quiero decir que en este proyecto la labor del guionista, que es Daniel Refolio, ha sido muy importante, se ha involucrado de primeras y ha ayudado muchísimo a organizar la idea, a darle forma. Para nosotros ha sido una pieza fundamental.

A mí siempre me ha intrigado la labor de un guionista en este tipo de películas, ¿en qué consiste ese trabajo?

HC. Nosotros teníamos claro que teníamos que contar las cuatro historias de cada uno y que queríamos una conversación. Con el guionista tratamos la temática de conversación, que fueran los problemas principales, junto a la historia de cada uno de los comercios. El trabajo era hacer una entrevista tocando las temáticas individuales, es lo primero que hicimos, y a partir de ahí sacamos un discurso. Luego nos centramos más tanto en cada comercio como en sus vidas personales y llevamos la conversación hacia las dificultades comunes que tenían, poniendo en común esas historias que nos estaban contando individualmente. Ahí ya, con el guionista, cogemos el contenido completo de la entrevista y vamos seleccionando lo que creemos que es bueno para esa parte y descartando otras que se podían tocar durante la tertulia. Se trataba de elegir los temas que habían puesto sobre la mesa y ponerlos en común entre los cuatro.

«Gracias a la asignatura de Medios de Comunicación un grupo de amigos hicimos nuestro primer cortometraje. Dos años después estaba en Comunicación Audiovisual».

Hablamos de vuestra formación. Habéis salido de la Facultad de Comunicación Audiovisual de Sevilla. ¿Y habéis estudiado algo más?

HC. Nada más. Nos conocimos ahí y empezamos a trabajar como autónomos. Llevamos desde 2011 ininterrumpidamente como autónomos, con lo cual conocemos la realidad de la que hablamos en este documental. 

O sea, vuestra formación es práctica. Os pregunto también por eso porque ahora se empieza a trabajar más la alfabetización audiovisual en otros niveles de enseñanza, desde el colegio, pasando por los institutos… ¿Qué recomendaríais tanto a docentes como a alumnos que se interesen por lo audiovisual?

HC. Es curioso porque yo estudié en Córdoba el Bachillerato, en mi instituto estaba esa asignatura que era Medios de Comunicación y, gracias a ella, un grupo de amigos hicimos nuestro primer cortometraje. Realmente para mí fue el inicio de todo esto que estamos haciendo, ahí encontré un camino. Dos años después estaba en Comunicación Audiovisual sin ninguna duda. Me sirvió un montón esa asignatura, y eso que un año antes de hacerla no tenía ni idea de que existía. Yo animaría a que esa asignatura siguiera y a los docentes les diría que estimulen a los alumnos con películas, no atiborrarlos de películas, sino enseñar a verlas, entender cómo están hechas, tratar la sensibilidad de cada película, que cada alumno pueda expresar esa sensibilidad, que en cada caso puede ser muy diferente, a través de la práctica de ver cine.

AT. Es que las películas son tan proyectivas que permiten organizar un cinefórum, poder comentar lo que transmiten, lo que te llega. Ayer, por ejemplo, vi una del festival que se titula Close, que para ponerla en institutos es maravillosa. La estuvimos comentando después y hablamos precisamente de que es estupenda para ponerla en institutos, porque trata un tema, con una sensibilidad y tan presente que ese ejercicio seguro que, además de valores o de dar pie a debates y demás, puede despertar las ganas de trabajar en producciones audiovisuales.

HC. Sí, además ahora de cara a los alumnos estamos en una época buenísima en cuanto a lo audiovisual que, como todo, tiene su parte buena y su parte mala. Todos tienen móviles con los que pueden hacer no ya vídeos, sino fotos. Hay que sensibilizar a los alumnos en que eso lo pueden trabajar de una manera artística, no solo para usarlos de forma lúdica, que también, es una herramienta que llevamos en el bolsillo y que puede usarse como elemento motivador. En mi época usábamos una Hi8 que tenía un amigo mío, que si no llegamos a tenerla no podríamos haber hecho nada. Hoy en día ese estímulo es muy bueno, se le puede sacar un uso positivo al teléfono o a las redes para potenciar ese lado artístico.

Yo aprovecho para deciros que recomendaría vuestra película como modelo de documental, porque demuestra que se puede hacer algo interesante con lo que tienes a tu alcance.

HC. Claro, es que ese es el resumen, como ha dicho antes Alejandro, nosotros queríamos hacer algo para arrancar nuestra productora, simplemente mirando a nuestro alrededor y pensando qué historia queríamos contar, algo de nuestro día a día, creo que puede servir de ejemplo de cómo usar algo que tienes cerca y a lo que quizá no se le presta atención.

¿Y os habéis planteado alguna vez acercaros al mundo educativo? 

AT. Pues en principio no, pero no estaría mal.

HC. A mí sí me gustaría, además mi madre es profesora. Quizá todavía no, pero en el futuro sí que me gustaría. De cara a los alumnos, al final uno lo que recuerda es el día que vino tal artista y nos dio el taller de lo que fuera… yo creo que esos recuerdos son los que marcan. En mi caso todavía recuerdo una vez que hicimos un taller de videoclip en Málaga, que vino la productora Canadá de Barcelona, que hacían los mejores vídeoclips de la época… y lo recuerdo perfectamente, nos explicaron cómo estructurar la edición…

AT. Sí, sí, lo hemos llevado a la práctica y a raíz de aquello hicimos muchísimos videoclips, nos sigue flipando hacerlos… y aprendimos mucho.

Vuestra película se ha incluido en la sección del festival que se llama “Panorama andaluz”. ¿Cómo veis vosotros ese panorama andaluz?

AT. La verdad es que ahora mismo se están haciendo películas increíbles, se está rodando mucho cine aquí… vivimos un momento dorado del cine andaluz.

HC. Sí, yo creo que se está empezando a crear por fin una industria del cine andaluz, hay cada vez más ejemplos que ayudan muchísimo a que fuera se vea que en Andalucía se pueden hacer producciones al máximo nivel, nada que envidiar a las del resto de España. Eso sí, estamos en el inicio de ese desarrollo de la industria. Veo un futuro prometedor, cada vez hay más gente que quiere trabajar en el cine y aportar cosas nuevas, lo creo de verdad. Hay muchas visiones diferentes, no es como antes, que cuando alguien llegaba a hacer una película era un afortunado total.

¿Y tenéis relación con otros cineastas andaluces? ¿Hay una comunidad?

HC. Sí, hay una comunidad muy buena. Nosotros, como estamos en nuestra nave con otras empresas, por ahí pasa a diario muchísima gente del mundo audiovisual sevillano y andaluz

AT. Podríamos poner un photocall. (Risas)

HC. Muchísima gente del mundo audiovisual sevillano y andaluz, y del resto de España, porque ahí se han llevado a cabo preproducciones, producciones, vestuario, etcétera, y con eso tenemos contacto con muchas personas de este mundo.

Alejandro Toro y Hugo Cabezas

¿Y cómo veis el género documental? También hay un auge, ¿verdad?

HC. Yo veo que sí, hay un auge total y agradecido estoy, porque a mí me han gustado mucho los documentales de toda la vida. Incluso diría que los documentales serán los libros del futuro, los biopics del futuro, los jóvenes cada vez leen menos papel y en cambio devoran los productos audiovisuales. Hoy está muy de moda el biopic porque es un formato muy entretenido que te permite conocer muy bien a un personaje.

«Los documentales resisten muy bien el tiempo porque son expresión de un momento de la historia en un campo concreto».

AT. Y luego el concepto de documental, que ha evolucionado, ha crecido y se ha extendido mucho en la sociedad. Yo, de pequeño, cuando me hablaban de documental siempre pensaba en el de La 2 de la siesta. Ahora ha evolucionado tanto desde el punto de vista cinematográfico, es tan rico, tan variado, hay documentales de tantos géneros… se puede hacer un documental de lo que sea y como sea, ha crecido para bien, ha llegado al público y a las salas, es un género que ha ganado su prestigio de película...

HC. …Su propio terreno. Y más que la competencia con los libros, creo que son muy interesantes porque dejan un documento del momento. En el caso nuestro, lo que queríamos decir es: “esto está pasando en 2022”. Cuando pasen unos años lo ves y te puede sorprender, son un documento del tiempo, por eso al público le gusta y por ese motivo creo que vivimos ese auge.

Yo creo que envejecen mejor que la ficción...

HC. En muchísimos casos sin duda. Yo recuerdo, por ejemplo, “Capturing the Friedman” que, cuando lo vimos, a mí me estalló la cabeza, y eso lo ves ahora y sigue teniendo vigencia, y es de 2003, creo. Los documentales resisten muy bien el tiempo porque son expresión de un momento de la historia en un campo concreto.

¿Tenéis algún referente en el género documental?

HC. Realmente no… es muy difícil, hay tantos… Yo creo que de cada uno puedes sacar un aprendizaje distinto, pero no tenemos un único referente claro. Me encanta ver documentales, pero al mismo tiempo me encanta que sean diferentes, cada uno con su estilo, su estructura, su planteamiento… incluso a veces un mismo director puede cambiar de un documental a otro en función de la historia que está contando, porque en ese caso prima adaptarte tú a la historia que no la historia a ti.

¿Qué proyectos tenéis de cara al futuro?

AC. Ahora mismo estamos centrados en los documentales de producción propia y es lo que tenemos en la cabeza. Hay también otros proyectos en desarrollo pero aún no sabemos, es normal que a veces iniciemos algo y al cabo de un mes lo descartemos, bien porque no le vemos mucho recorrido o porque son muy complejos. Con la productora seguimos haciendo publicidad y en la producción propia queremos seguir haciendo documentales.

  • Tráiler:

https://youtu.be/NanN3na5dl8