Interdisciplinariedad en el aprendizaje basado en proyectos desde una perspectiva lingüística

Las metodologías innovadoras son una apuesta actual en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por ello, proponemos en este breve estudio una serie de estrategias en el aula, que se caracterizan por el desarrollo de la motivación, la reflexión y el conocimiento del discente. Teniendo en cuenta la interdisciplinariedad, nuestro principal objetivo no es otro que promover la enseñanza activa y participativa, de carácter constructivista, atendiendo especialmente a los saberes del alumnado. Además de ello, consideramos que la materia de LCL es fundamental para el desarrollo de la capacidad crítica del estudiante. Y qué mejor manera que adquirirla mediante formas de aprendizaje como el trabajo colaborativo, las IIMM y el ABP.

Patricia Fernández Melgarejo | IES Emilio Canalejo Olmeda, Montilla (Córdoba)

Introducción. Principios metodológicos

Más allá de múltiples factores situacionales, el proceso de enseñanza y aprendizaje del alumnado es lo que realmente le importa al docente. Que interioricen las explicaciones; que comprendan los ejemplos; que vinculen los contenidos con su propia realidad. De esta forma, a veces, el profesorado se ve anclado por la burocracia, no menos importante en su labor ya que es la guía y el punto de partida: competencias específicas, criterios de evaluación, objetivos, saberes y más etiquetas que ayudan para planificar los aprendizajes, especialmente, los no adquiridos1. De este listado, destacamos el proceso metodológico, esto es, la forma de transmitir los conocimientos.

Actualmente, es indiscutible la flexibilidad, la participación y la disposición para desarrollar un tipo de metodología activa y de carácter constructivista. Cada vez permanecemos más cercanos al aprendizaje de nuestros discentes. Y es que la didáctica de la enseñanza de materias no debe distar de un proceso activo con la finalidad única y exclusiva de poder conocer las carencias del alumnado y, así, paliar sus vicisitudes más próximas. Por ello, el método debe ser claro y conciso y, sobre todo, adaptado a las circunstancias de cada uno de nuestros discentes. Somos iguales dentro de una gran variedad. En este sentido, nos podemos encontrar en el aula un alumnado con problemas emocionales, cognitivos, conductuales, etc., que no sólo engloba la baja, sino también la alta capacidad. Por consiguiente, resulta relevante el acercamiento con una base metodológica apropiada.

La normativa vigente trata la metodología como una forma de trabajo competencial que favorece la capacidad del alumnado para aprender de sí mismo, para trabajar en equipo y aplicar métodos de investigación apropiados a su edad, entre los que destacan la conexión entre diferentes materias, esto es, la interdisciplinariedad. Asimismo, se apuesta por la estimulación del interés del discente mediante el hábito de la lectura y la capacidad correcta de expresión oral. Todos estos principios pedagógicos y metodológicos permanecen conexionados con la atención a la diversidad en nuestra educación secundaria. Entre ellos, destacan los diferentes ritmos de aprendizaje del alumnado que el profesorado debe atender mediante distintas técnicas que engloban el proceso de enseñanza y aprendizaje como el desarrollo de proyectos, el trabajo colaborativo o las inteligencias múltiples. Con ello, además, se refuerza la autoestima, la autonomía, la capacidad reflexiva (espíritu crítico) y, por último y muy importante en esta etapa educativa, la responsabilidad. Ya han hecho hincapié en esta línea Raúl Baños, María del Mar Ortiz-Camacho, Antonio Baena-Extremera y José Leandro Tristán-Rodríguez al comentar que “el rendimiento académico y el crecimiento personal del estudiante se transforman en aspectos fundamentales del proceso instruccional a tener en cuenta por el docente2”.

Para que este tipo de metodologías se desarrollen de forma adecuada, el equipo de profesores lleva a cabo un Plan de Mejora, vigente en los Centros, supervisado por la Directiva y coordinado por el jefe de departamento de Formación e Innovación educativa. En dicho documento, se atiende a las acciones y tareas a desarrollar en la práctica docente para la evolución del proceso de enseñanza y aprendizaje del alumnado.

No solo se tratan las formas de enseñanza de carácter constructivista, sino también otros ámbitos o enfoques como el científico, artístico, y lingüístico desde diferentes perspectivas pedagógicas, lo que favorece el aprendizaje del alumnado heterogéneo, ya sea por necesidad de refuerzo (nivel cognitivo o social) o por ampliación (alumnado de altas capacidades intelectuales). De este modo, se potencia la educación inclusiva, la cual se ha visto mermada por las metodologías tradicionales. Es decir, se apuesta por la integración del alumnado con necesidades educativas especiales ya que favorece, sin duda, su conexión social, cognitiva e intelectual en el aula. Para ello, es necesario la aportación y coordinación de dos profesores en el aula que, en la medida de lo posible, faciliten el aprendizaje general y, especialmente, interactivo y dialógico de este tipo de alumnado. En este sentido, se aboga por el rol que pueden llegar a representar en el aula, pues se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje, colaboran en las tareas diarias, reflexionan en grupo y cooperan en la búsqueda de respuestas. Dewey, a principios del siglo XX, planteó una propuesta metodológica abierta y centrada en que el alumno se convierte en el protagonista del aula. Se basó, para ello, en cinco etapas (Dewey y Dewey, 1962): Consideraciones de alguna experiencia actual y real del alumno; identificación de algún problema o dificultad suscitados a partir de esa experiencia; inspección de datos disponibles, así como búsqueda de soluciones viables; formación de la hipótesis de solución y comprobación de las hipótesis de acción3.

Para la consecución de lo expuesto, no sólo se estudia y trabaja el Plan de Mejora del Centro, sino también el Plan de Formación. Las acciones formativas forman parte de la renovación instructiva del profesorado. No podemos permanecer anclados a lo aprendido y, sobre todo, al comienzo y durante nuestra labor académica. El equipo de coordinación de Formación e innovación educativa detecta dichas necesidades mediante dos ítems relevantes como son los cuestionarios de autoevaluación y las memorias de departamento. Todo ello contribuye a la mejora de la comunidad educativa en ámbitos no sólo pedagógicos, sino también convivenciales. De esta forma, el papel del docente adquiere relevancia en la satisfacción y aprendizaje del alumnado (AA.VV., 2017)4. Se han realizado, en esta línea, diversos estudios sobre el impacto del desarrollo de las nuevas metodologías entre la educación en primaria y en secundaria, llegando a conclusiones interesantes para seguir poniendo énfasis en las mismas: “Aquellos alumnos que han cursado Educación Primaria con metodologías didácticas activas disponen de un bagaje en autonomía e iniciativa personal, así como habilidades para la vida que les permiten adaptarse y responder mejor a las exigencias y prioridades del contexto en el que se integran5”.

En cuanto a la formación del profesorado, el nivel teórico permanece obsoleto para desarrollar el proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula; sólo con unas nociones básicas bastaría. De este modo, se apuesta por la práctica real de dicha formación que, teniendo en cuenta las metodologías activas y participativas, puede llegar a convertirse en un esfuerzo enriquecedor para el alumnado. Por ejemplo, en un Centro se ha detectado necesidades formativas sobre trabajo colaborativo. Las nociones teóricas sobre este eje temático no dejan de ser interesantes; no obstante, lo que importa es cómo llevarlo a la práctica en la realidad del aula, teniendo en cuenta la motivación del alumnado. Tenemos múltiples casos y situaciones que atender, contando con el factor del tiempo, lo que a veces puede volverse en contra del sistema pedagógico. Sin embargo, no perdamos de vista el eje vertebrador de la educación: la conversión de nuestras dificultades en fortalezas. La interacción entre el alumnado potencia el despliegue de las distintas habilidades y la búsqueda de valores comunes, lo que favorece una mejora sostenible.

Para que lo propuesto sea una experiencia fructífera, resulta interesante el proceso evaluativo de la misma. De esta forma, se aprende de las sugerencias establecidas, el análisis de los resultados, la reflexión sobre posibles modificaciones, entre otros ítems de gran interés. Los estudios sobre investigación y acción canalizan las evidencias del Plan de Mejora y de Formación en un Centro, lo cual favorece una perspectiva a corto plazo para satisfacer las necesidades académicas del próximo curso. Se trata, sin más, de la incentivación del éxito escolar.

En definitiva, las nuevas metodologías facilitan la consecución de las competencias específicas a través de un proceso de aprendizaje relacional y verosímil, logrando la integración del alumnado con desfase curricular (altas o bajas capacidades), sin obviar la dedicación hacia los demás discentes. De esta forma, conseguimos que la diversidad no se convierta en un obstáculo, sino en un hecho enriquecedor. El rendimiento académico y el crecimiento personal del alumnado se transforman, en este sentido, en aspectos fundamentales del proceso de enseñanza y aprendizaje entre los estudiantes y el profesorado.

El aprendizaje basado en proyectos como una experiencia innovadora

Una de las metodologías activas de carácter constructivista es el aprendizaje basado en proyectos, conocido por las siglas ABP. Existen dudas y cierta incertidumbre sobre esta forma de enseñanza tan innovadora; sin embargo, los estudios científicos cada vez muestran más evidencias fehacientes sobre el impacto que está proporcionando en el proceso de aprendizaje del alumnado.

Se puede definir el ABP como un conjunto de tareas basadas en la resolución de preguntas o problemas mediante la implicación del alumnado en procesos de investigación de forma autónoma que finaliza con un producto final presentado en público6. (Jones, Rasmussen, y Moffitt, 1997). Ello conlleva dos variantes fundamentales que contribuyen de manera específica en el aprendizaje del discente: el diálogo entre diferentes materias y la expresión oral. Si la labor del discente es perseguir soluciones a problemas, se pone en juego la reflexión, el debate de ideas, el diseño de planes, la investigación y cotejo de información, exposición de resultados, entre otros aspectos que apoyan, sin duda, el nivel de creatividad. Por lo tanto, el papel del profesorado, en este sentido, no es otro que orientativo, es decir, es el guía del proyecto. Mientras que el alumnado se convierte en el eje vertebrador del mismo7 (Johari & Bradshaw, 2008). El docente impulsa al discente para que emplee procedimientos metacognitivos, así como el diagnóstico de problemas y posibles soluciones. Con ello, consigue lo principal del aprendizaje basado en proyectos: la autonomía del alumnado.

En la normativa vigente se hace referencia a diferentes proyectos interdisciplinares en la primera etapa de la Educación Secundaria Obligatoria, que se aproximan a la idea de ABP8. Sus características no son otras que el carácter práctico de los mismos, la adaptación a las necesidades del alumnado y rasgos del contexto. Con ello, se pretende conseguir resultados positivos en el aprendizaje del alumnado, que ya, según estudios científicos, están demostrados. Éstos pueden resumirse en la mejora y la satisfacción personal con la finalidad de afrontar situaciones reales, fomentando el trabajo en equipo poniendo mayor esfuerzo en el deber hacer. Asimismo, se profundiza en la concepción de contenidos, la motivación y el interés por la elaboración de presentaciones orales y se logra una mejor conexión entre el profesorado y el alumnado. Sin embargo, se pueden detectar dificultades como teniendo en cuenta que esta práctica metodológica no se ha extendido universalmente. La principal es la falta de formación al respecto, pues desde una óptica teórica no existe problema alguno; no obstante, al llevar el ABP al aula es donde surgen las inseguridades. Por parte del alumnado, según demuestran estudios (AAVV, 19989), la dificultad está encaminada hacia la reflexión sobre ejes temáticos que el profesorado manifiesta, esto es, al discente le cuesta discernir y argumentar sobre cuestiones significativas. Resulta evidente que dichas barreras permanecen en consonancia con materias instrumentales como Lengua y Matemáticas, en las que la capacidad de razonamiento es fundamental. En este sentido, el profesorado también encuentra dificultades para el desarrollo del ABP, como el trabajo que conlleva la preparación y organización detallada del proyecto. Asimismo, por un lado, el empleo de las TIC supone un esfuerzo en cuanto a su utilización como herramienta relevante que fomenta el desarrollo de las competencias específicas. Por otro lado, la evaluación de los proyectos, ya que se debe demostrar la adquisición de habilidades, saberes y criterios que el alumnado ha conseguido.

Teniendo en cuenta lo expuesto, la necesidad de desarrollar nuevas metodologías en el aula es un hecho que la mayoría del profesorado apoya, pues actualmente se exige dichas experiencias constructivistas -así como, el uso de las tecnologías de la información- para fomentar y apostar por la innovación en la disposición del alumnado respecto a aprender a aprender: “esta orientación didáctica se apoya en la creciente comprensión del cerebro humano: en cómo éste almacena y recupera información, cómo aprende y cómo el aprendizaje acrecienta y amplía el conocimiento previo” (AAVV, 201010). El ABP es fundamental desde la Educación Infantil hasta la Educación secundaria hasta llegar a Bachillerato, donde no se trata como proyecto, sino que se intensifica la interdisciplinariedad conexionada con la investigación. Desde la primera etapa educativa, el aprendizaje basado en proyectos está regulado por una serie de exigencias como la creación de un concepto integrador que pertenezca a las diferentes áreas de conocimiento, el cual promueve el trabajo tanto disciplinar como interdisciplinar. Es decir, el punto de partida es el planteamiento de un problema que hay que solucionar teniendo en cuenta un plan creado, en el que los estudiantes deben responder a cuestiones como ¿qué ha sucedido?, ¿finalidad del acontecimiento?, ¿cómo?, ¿por qué?, lo cual conlleva adentrarse en el mundo de la metacognición e investigación, mezclando suposiciones y resultados de la relación entre distintas áreas, con la finalidad de obtener un producto final. En esta línea, el procedimiento que se lleva a cabo comprende las siguientes partes: Planteamiento y análisis (estrategia de trabajo), diseño, construcción, implantación, mantenimiento, investigación, soluciones, consecución del producto final.

Se requiere, en este sentido, un alto nivel de motivación interna y de compromiso por parte del docente y discente para que el resultado sea positivo. Asimismo, a lo largo del desarrollo del ABP, es importante que el alumnado reciba retroalimentación, es decir, es necesario para el proceso de aprendizaje que se autoevalúen y se evalúe la actividad, lo que produce la participación y el aprendizaje en el desarrollo del proceso evaluativo. Para conseguirlo, hay que tener en cuenta una serie de rasgos propios del ABP, que no son otros como las habilidades cognitivas (y metacognitivas) del alumnado con la finalidad del logro de las competencias específicas; habilidades afectivas y sociales; recursos de los que pueden disponer y su modo de empleo y, especialmente, clarificación sobre los roles y las responsabilidades del discente. Por lo tanto, se trata de una dinámica compleja, que requiere esfuerzo y dedicación para contribuir a la mejora del aprendizaje del alumnado.

La realidad del aprendizaje basado en proyectos. Visión lingüística-literaria

El aprendizaje basado en proyectos, como hemos hecho referencia anteriormente, puede desarrollarse en cualquier etapa educativa, con la finalidad de mejorar los resultados académicos de los estudiantes, fomentar las competencias relacionadas con el trabajo en equipo y reflexionar sobre los saberes en distintos ámbitos. Teniendo en cuenta esta premisa, ¿por qué es importante llevar a cabo el ABP desde la materia lingüística y literaria?

Sardi (2006) en su investigación al respecto puntualiza que “en la década de los 90, la enseñanza de nuestra disciplina se fue pensando como acumulativa, como un saber teórico acerca del lenguaje y la literatura. Así se impuso la comprensión de la importancia de superar el análisis de textos y sus procedimientos cohesivos, así como de los procedimientos narratológicos, y que lo más importante era leer y escribir11”. En este sentido, la Lengua castellana y Literatura es una disciplina que ha sufrido considerables modificaciones a lo largo de la historia. Por ello, ya en el siglo XX su enseñanza supuso el conocimiento de los avances teóricos para aterrizar en los prácticos. La comunicación lingüística es una herramienta innovadora para la educación, la conversión social y la comprensión de textos. En esta línea, Cassany (1998) concretó que “aprender Lengua significa aprender a usarla, a comunicarse o, si ya se denomina algo, aprender a comunicarse mejor y en situaciones más complejas”12. Por lo tanto, el enfoque lingüístico en el aprendizaje basado en proyectos forma parte de un procedimiento necesario para la comprensión, reflexión y redacción de un producto final, así como la exposición oral del mismo. Nuestra área está consolidada en relación a las fases del ABP: diseño del proyecto (planteamiento de un desafío con diferentes tareas para desarrollar y resolver, lo cual incide en la lectura, procesamiento, comprensión, respuesta y creación del producto final); entrada del proyecto (implicación y motivación del docente con la finalidad de que el alumnado reflexione sobre el tema, uno de los ejes centrales en la materia de Lengua y Literatura); proposición de retos (implica explicación del profesorado y cavilación por parte del discente); investigación para su resolución (cotejo de ejemplares y textos que se manejen, lo cual en el ámbito lingüístico supone un punto fuerte ya que están presentes la comprensión y argumentación de la información); selección de contenido y fuentes (sin más, la materia de Lengua apoya en este sentido la comprensión de lo que se está leyendo); elaboración del producto final (para ello, el uso adecuado de la Lengua supone la elaboración coherente y correcta de un informe presentando el producto final, esto es, toma importancia la expresión escrita) y evaluación (es necesaria la reflexión previa exposición oral).

Como comenta Andrade González (2019) “los docentes deben persuadir, convencer a los estudiantes y fomentar una animación al viaje del aprendizaje. Para esto se recomienda empezar con un elemento provocador que genere un fuerte impacto en los alumnos y que los motive y sientan que tienen una razón para unirse al proyecto y resolver el desafío que se les ha propuesto. Este elemento puede ser un vídeo, una lectura, una salida pedagógica, lo que el docente considere mejor para el grupo13”. Para desarrollar un ABP, la producción de textos escritos es una de las tareas fundamentales, ya que se necesita sellar las ideas que van surgiendo a lo largo del proceso; se trata de decir algo a alguien, pues interfiere en ello el proceso comunicativo. Por lo tanto, la clave se encuentra en el concepto de “información” dentro de los proyectos. Sin activar el procedimiento informativo, no se podrá desencadenar este tipo de aprendizaje, lo que conlleva el buen uso de la práctica lingüística. En este sentido y teniendo en cuenta el tipo de ABP que se quiere presentar, el discente puede emplear cualquier contenido vinculado al eje pragmático de la materia de Lengua y Literatura. Por ejemplo, la creación de diferentes textos empleando la narración, descripción, exposición y argumentación; elaborando un breve ensayo, un fragmento teatral o un poema como producto final. En definitiva, la didáctica de la Lengua está presente en cualquier metodología activa y participativa como el ABP, la teoría de las IIMM o el trabajo colaborativo, entre otras.

Diseño y desarrollo del aprendizaje basado en proyectos. Atención a la interdisciplinariedad

Para que el aprendizaje basado en proyectos se considere completo, debe mantener el desarrollo de diferentes tareas o retos en los que interviene, como hemos hecho referencia, la interdisciplinariedad, la investigación y consolidación de ideas argumentadas, entre otros factores.

A continuación, se muestran diferentes ejemplos de ABP, dirigidos al alumnado de la primera etapa de la Educación Secundaria Obligatoria. Se ha optado por la presentación de tres proyectos anuales, esto es, se pueden desarrollar por trimestres.

1. “Viaje en el tiempo”

Este ABP está enfocado para llevarlo a cabo durante la primera evaluación. Se trata de estudiar e investigar la evolución del ser humano desde distintos ámbitos, siendo el sociolingüístico el eje vertebrador, acompañado de las Matemáticas. Ciencias Naturales o los Idiomas.

A través de la concepción de un portfolio, el profesor lanza la cuestión inicial (“¿Qué es un viaje temporal?”) con la finalidad de que el alumnado investigue sobre las diferentes tareas que se van exponiendo hasta conseguir el producto final: exposición oral de un mapa conceptual de carácter temporal en el que se visualice la evolución del ser humano desde sus inicios históricos hasta la actualidad. Las preguntas en relación con las tareas, que conllevan el desarrollo del proyecto a través de la reflexión, pueden ser:

- ¿Dónde vamos a viajar? Se trata de llevar a cabo un recorrido desde la Prehistoria, pasando por la Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y aterrizando en la Edad Contemporánea.

- ¿Qué vamos a aprender? El alumnado conocerá cómo vivían nuestros antepasados; qué aficiones tenían; cómo se organizaban y cómo se comunicaban.

- ¿Qué vamos a tener que realizar? El discente desarrollará un proceso de investigación de cada una de las épocas, compartiendo los descubrimientos, interactuando en equipo (trabajo colaborativo), en el que debe realizar una exposición oral del producto final. Se mezclarán diferentes materias como Ciencias Sociales (procedimientos y hechos históricos), Ciencias Naturales (hábitat y geolocalización), Matemáticas (representación de gráficas), Idiomas (redacción de textos breves), Tecnología de la Información (manejo de aplicaciones informáticas para el desarrollo del producto final), Plástica (dibujos e imágenes sobre los saberes), entre otras como Educación Física (alimentación e integridad de la salud. Estilos de vida) y Lengua y Literatura (riqueza cultural, lingüística y dialectal; elaboración de la exposición oral, destacando la coherencia y cohesión).

Como hemos referenciado, el ABP puede mezclarse con otras metodologías activas como el trabajo colaborativo14 y la teoría de las IIMM15. En este caso, se puede desarrollar el proyecto mediante grupos cooperativos de cuatro alumnos, a los que a cada uno le corresponde un papel diferente, que va girando para que todos puedan experimentar dichos roles: coordinador, portavoz, observador y moderador. Con esta disposición grupal, se atiende a las Inteligencias Múltiples de los discentes, como la interpersonal, lingüístico-verbal, lógico-matemática, naturalista, intrapersonal, etc. Asimismo, tienen cabida el desarrollo de las competencias específicas como la digital, ciudadana, aprender a aprender, lingüística, entre otras; y los criterios de evaluación, como, por ejemplo, los siguientes:

-Biología y Geología: Analizar conceptos y procesos biológicos y geológicos interpretando información en diferentes formatos manteniendo una actitud crítica y obteniendo conclusiones fundamentadas.

-Educación Física: Establecer y organizar secuencias sencillas de actividad física orientada al concepto integral de salud y al estilo de vida activo, a partir de una valoración de nivel inicial y respetando la propia realidad e identidad corporal.

-Educación Plástica y Visual: Reconocer los factores históricos y sociales que rodean las producciones plásticas, visuales y audiovisuales más relevantes, así como su función y finalidad.

-Geografía e Historia: Contrastar y argumentar sobre temas y acontecimientos de la Prehistoria, la Edad Antigua, la Edad Media y la Edad Moderna, localizando y analizando de forma crítica fuentes primarias y secundarias como pruebas históricas.

-Lengua y Literatura: Identificar prejuicios y estereotipos lingüísticos adoptando una actitud de respeto y valoración de la riqueza cultural, lingüística y dialectal, a partir de la observación de la diversidad lingüística del entorno.

-Inglés: Organizar y redactar textos breves y comprensibles con aceptable claridad, coherencia y cohesión.

-Matemáticas: Identificar conexiones coherentes entre las matemáticas y otras materias resolviendo problemas contextualizados. 

En definitiva, lo que se propone es que el alumnado investigue y coteje información, resuelva las diferentes tareas que se proponen, adquiera una actitud crítica frente a los contenidos, interactúe con sus iguales y exponga de forma coherente y cohesiva el producto final del ABP.

2. “Somos lo que comemos”

La nutrición y la forma de alimentarnos puede resultar un tema interesante enfocado desde un nivel interdisciplinar para el alumnado. Son muchos los mitos que existen en esta área y que se pueden concretar mediante este ejemplo de aprendizaje basado en proyectos. Se pretende desde un comienzo concienciar sobre los modelos de consumo responsable para la educación de los jóvenes. La infancia es la mejor época y las más adecuada para adquirir buenos hábitos de consumo y saludables. Se busca, en este sentido, que el alumnado sea consciente de los efectos alimentarios globales y, al mismo tiempo, ofrecer herramientas y alternativas para ejercer un consumo nutritivo razonable y crítico. Partiendo de esta premisa, el profesor comenta dos hipótesis (cuestión inicial) cuya finalidad no es otra que la reflexión y valoración de las mismas:

A) Los niños tienen problemas de obesidad porque consumen alimentos con mucha grasa, azúcar, harinas y, además, no miden lo que comen.

B) Una persona que no se alimenta adecuadamente tiende a padecer obesidad.

C) Efectos que una inadecuada nutrición se producen en nuestra mente y cuerpo.

La finalidad inmediata del desarrollo de este ABP no es otra que identificar las enfermedades alimenticias que puede ocasionar una gestión negativa y desordenada de la alimentación. Asimismo, se pretende conocer los alimentos saludables que aportan energía y los nutrientes apropiados para la salud, el crecimiento y el desarrollo de nuestro cuerpo. En este sentido, el profesorado puede organizar dicho aprendizaje mediante las siguientes tareas, que conducen al producto final: un dossier en el que la conclusión no es otra que la creación de una dieta nutritiva:

-Nivel de grasa de nuestro cuerpo.

-Enfermedades provocadas por una mala gestión alimenticia: obesidad, bulimia, anorexia.

-Medidas de prevención.

Asimismo, el proyecto puede orientarse sobre cuestiones más cercanas a la realidad del discente, como por ejemplo: ¿Qué traes para comer en el recreo? ¿Qué bebida traes para tomar en la escuela? ¿Qué compras para comer en la cafetería del instituto? ¿Qué tipos de alimentos comes en casa?, entre otras cuestiones que pueden suscitar el interés y la motivación de los estudiantes.

En este proyecto, por lo tanto, se trabajan todas las competencias específicas asociadas a los criterios de evaluación de las diferentes materias:

-Biología y Geología: Proponer y adoptar hábitos saludables, analizando las acciones propias y ajenas con actitud crítica, partiendo de fundamentos fisiológicos.

-Educación Física: Establecer y organizar secuencias sencillas de actividad física orientadas al concepto integral de la salud.

-Física y Química: Emplear las metodologías propias de la ciencia en la investigación y descripción del fenómeno a partir de cuestiones.

-Geografía e Historia: Adquirir y construir conocimiento relevante del mundo actual y de la historia, a través de procesos inductivos, de la investigación y del trabajo por proyectos.

-Lengua y Literatura: Realizar narraciones y exposiciones orales sencillas con diferente grado de planificación.

Es evidente que otras materias pueden intervenir en este proyecto, consiguiéndose de esta forma la relación entre distintas disciplinas. Sería conveniente que el alumnado, por su parte, reflexionara sobre la importancia de llevar a cabo una alimentación sana, consensuando para ello las referencias apropiadas para crear un tipo de dieta equilibrada como producto final, empleando aplicaciones informáticas actuales para la edición de vídeos, presentaciones o mapas conceptuales. Todo ello se evaluará de forma cooperativa y a través del uso de rúbricas, añadiendo a una serie de carpetas digitales las evidencias del aprendizaje que comprenden: las tareas realizadas, información vinculada con la organización y funcionamiento del grupo (acuerdos, distribución de cargos, planes de trabajo, grado de solvencia sobre la tutorización del profesorado).

Esta experiencia formaría parte del conjunto de experiencias innovadoras que pueden recogerse en el Plan de Mejora de los Centros, lo que comprende unas acciones que contribuyen de forma asertiva al proceso de enseñanza y aprendizaje. Citamos algunos ejemplos como el reconocimiento y la aceptación de la capacidad del alumnado para tomar decisiones y escoger de forma crítica la más adecuada; el empleo de una metodología específica para la toma de contacto con estrategias de personalización, contribuyendo con ello a las IIMM, especialmente, la interpersonal y la reflexión individual y grupal del alumnado sobre el desarrollo de su trabajo colaborativo en las tareas realizadas.

3. “Diseño mis vacaciones”

Este proyecto está pensado para que se traten materias como Lengua, Ciencias Sociales, Idiomas y Ciencias Naturales. Destacan, por tanto, competencias como la lingüística, digital, aprender a aprender, social y cultural. Se ha diseñado para desarrollarlo con otras metodologías como el trabajo cooperativo y las inteligencias múltiples. De esta manera, se propondrán retos (objetivos) que el alumnado debe ir superando, teniendo ya cierto bagaje en ello. Para contribuir a la motivación del discente, se ha pensado en el uso de la gamificación mediante aplicaciones como Classcraf, que consiste en la acumulación o no de puntos, según consigan los retos propuestos. El producto final no es otro que el diseño de un viaje de siete días en un país, pernoctando en diferentes ciudades. Contiene, en este sentido, dos partes: informe y presentación final. Por una parte, se solicita un estudio detallado sobre las rutas, infografías, imágenes, presupuesto…, que se presentará mediante un dossier. Por otra parte, se realizará mediante una presentación oral la propuesta del viaje, con la intención de “vender” el producto. Las tareas que conlleva dicho ABP están ligadas a las diferentes materias que lo componen:

-Geografía e Historia: se propone la investigación (documentación y cotejo) sobre el clima, monumentos de ciudades que se pueden visitar y aspectos geográficos que conciernen el país propuesto.

-Idiomas: folleto informativo explicando la ruta turística, esto es, se solicita una infografía en Inglés y Francés de cada ciudad que se va a visitar.

-Lengua: realización del informe en el que se incluye el trabajo, así como la presentación final de carácter oral.

-Biología y Geología: proceso de investigación sobre la fauna y flora de las ciudades, así como la propuesta de alguna zona o lugar de interés para una posible visita.

-Matemáticas: esbozo y presentación del presupuesto en el que se visualiza el coste de los vuelos, hoteles, etc.

Los criterios de evaluación que están vinculados con las materias que intervienen en este aprendizaje basado en proyectos son:

-Biología y Geología: Valorar la importancia del paisaje como patrimonio natural analizando la fragilidad de los elementos que lo componen.

-Geografía e Historia: Iniciarse en la exposición argumentada de forma crítica sobre problemas de la actualidad del entorno más próximo a través de conocimientos geográficos e históricos, contrastando y valorando fuentes diversas.

-Lengua y Literatura: Planificar la redacción de textos escritos y multimodales sencillos, atendiendo a la situación comunicativa, destinatario, propósito y canal, enfatizando los usos de la escritura para la toma de apuntes, esquemas, mapas conceptuales o resúmenes, y en la elaboración de textos de carácter académico; redactar borradores y revisarlos con ayuda del diálogo entre iguales e instrumentos de consulta, y presentar un texto final coherente, cohesionado y con el registro adecuado.

-Matemáticas: Formular y comprobar conjeturas sencillas en situaciones del entorno cercano, de forma guiada, trabajando de forma individual o colectiva la utilización del razonamiento inductivo para formular argumentos matemáticos, analizando patrones, propiedades y relaciones.

-Idiomas: Iniciarse en la organización y redacción de textos breves, sencillos y comprensibles con aceptable claridad, coherencia, cohesión y adecuación a la situación comunicativa propuesta, siguiendo pautas establecidas, a través de herramientas analógicas y digitales, sobre asuntos cotidianos y frecuentes de relevancia para el alumnado y próximos a su experiencia, respetando la propiedad intelectual y evitando el plagio.

Con este ABP se pretende favorecer la socialización a través del trabajo colaborativo en equipo; asimismo, el nivel de reflexión mediante la propuesta investigadora para conseguir los datos necesarios y poder diseñar el producto final. Contamos, para ello, con la ayuda de la comunidad educativa (padres que trabajan en agencias de viajes) y de recursos técnicos e interactivos (herramientas TICS).

Proyecto basado en la materia de LCL mediante las IIMM

La materia de LCL representa una herramienta fundamental para la interacción social. Se desarrolla, de este modo, la empatía al leer sobre creencias y experiencias diferentes, ayudando a combatir la ignorancia, formando en el alumnado un espíritu crítico. La Literatura, en concreto, consigue que imaginemos sucesos lo que conduce al proceso creativo y fomenta nuestra capacidad de abstracción. Asimismo, se trabajan distintas competencias como la capacidad comunicativa, analítica y de síntesis. Esta materia nos ofrece una interpretación de la realidad a través de la cual interactuamos mediante mensajes simples o complejos, formando con ello textos de diversa índole. Y es que en el aprendizaje basado en proyectos no se puede obviar la importancia de la LCL, ya que supone una fuente de conocimiento excepcional.

“Un paseo literario por Córdoba”

Partimos del hecho situacional del alumnado, imaginando que están estudiando en un Centro urbano, concretamente, en la ciudad de Córdoba. Por lo tanto, con este proyecto, nos proponemos que los estudiantes conozcan contenidos literarios relacionados con su contexto histórico.

Desde una perspectiva literaria, el patrimonio de la localidad andaluza es muy enriquecedor. Comenzando por el conocimiento de textos gongorinos que influyeron en otros autores como Lorca, Pablo García Baena o Ricardo Molina, el discente puede nutrirse de la experiencia que se le ofrece desde la realidad.

Como bien se sabe, Luis de Góngora, poeta cordobés, dejó muy claro su legado literario en su ciudad natal. Si nos situamos en la Torre de la Calahorra, podemos observar el enclave de la Sierra y las torres que la rodean. Es lo que el autor del Siglo de Oro plasmó en sus versos, compuestos mientras se encontraba en la ciudad de Granada. El célebre soneto, titulado “A Córdoba” y situado en junto al Puente Romano, magnifica su cuna natal, destacando la majestuosidad de los monumentos; haciendo referencia al río Guadalquivir; destacando la importancia de otros autores coetáneos, entre otros aspectos que el poeta cordobés elogia:

¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
De honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles, ya que no doradas!

¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,
Que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre glorïosa patria mía,
Tanto por plumas cuanto por espadas!

Si entre aquellas rüinas y despojos
Que enriquece Genil y Dauro baña
Tu memoria no fue alimento mío,

Nunca merezcan mis ausentes ojos
Ver tu muro, tus torres y tu río,
Tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!

Continuando con este recorrido literario, se puede hacer una parada con el objetivo de recordar los versos de Federico García Lorca sobre la ciudad gongorina. Como ya se conoce, el poeta cordobés influyó de forma decisiva en los autores de la Generación del 27, los cuales lo homenajearon al cumplirse trescientos años de su fallecimiento. Sin ir más lejos, Lorca compuso “Canción del jinete”, versos en los que recuerda tristemente mediante la figura del jinete la soledad que aflora en la ciudad andaluza, reconociendo que no llegará hasta la misma para disfrutar de sus encantos:

Canción del jinete

Córdoba.
Lejana y sola.

Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.

Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.

¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!

Córdoba.
Lejana y sola.

Asimismo, la siguiente parada está programada en el Puente de San Rafael, en plena ribera cordobesa. La devoción hacia el custodio de la ciudad tiene su origen en la leyenda de sus apariciones para proteger la gran urbe. De ahí, que se observen sus imágenes a partir del siglo XVI. Teniendo en cuenta estas observaciones, fue de nuevo Lorca quien escribió unos versos dedicados a San Rafael en su Romancero Gitano:

“A San Rafael”

Un solo pez en el agua
que a las dos Córdobas junta:
Blanda Córdoba de juncos.
Córdoba de arquitectura.

Niños de cara impasible
en la orilla se desnudan,
aprendices de Tobías
y Merlines de cintura,
para fastidiar al pez
en irónica pregunta
si quiere flores de vino
o saltos de media luna.

Pero el pez, que dora el agua
y los mármoles enluta,
les da lección y equilibrio
de solitaria columna.

El Arcángel aljamiado
de lentejuelas oscuras,
en el mitin de las ondas
buscaba rumor y cuna.

Un solo pez en el agua.
Dos Córdobas de hermosura.
Córdoba quebrada en chorros.
Celeste Córdoba enjuta.

Otro de los poetas que empleó el estilo gongorino fue Ricardo Molina. Embaucado por los versos del poeta cordobés, este autor del siglo XX pretendió rescatar a Góngora para devolverlo a sus lectores. Se trata sin más de otro guiño literario en el que ambos poetas permanecen vinculados de forma natural. Por ello, se puede leer una letrilla de Góngora (1585) rescatada por Ricardo Molina, que concluye “yo soy nacido en el Potro”. También, plasmó este lugar en su Elegías de Sandua:

Elegía XVII

Amanece en las calles. Córdoba se despierta.
Ya es de día. Te amo.
Ya van camino del río los areneros
con sus palas, sus asnos.
El invierno se va. La niebla se disuelve
en torno de los álamos.
 
Crecido viene el río como mi corazón.
Tu recuerdo desborda como el río mi vida
inundándola toda con sus aguas violentas
donde flotan almiares, animales que aúllan,
negros troncos de árboles y despojos y ruedas.
 
Oh tú que una mañana –se diría esta misma–
paseaste conmigo, de mi brazo. mirando
los rojos remolinos estrellarse en el puente
que custodia impasible un arcángel de mármol.
 
Todo era igual. Diríase que no ha cambiado nada.
En San Francisco tocan las campanas a misa.
La Posada del Potro ha abierto ya sus puertas
y hay en el suelo paja que cayó de los carros,
y labriegos, y mulos que beben en la fuente.
 
Todo es igual. Diríase que no ha cambiado nada.
Amanece y te amo. Aún es Córdoba bella...
Tu casa está cerrada. ¿Me esperas todavía?
¿Duermes, o acaso esperas que llegue hasta tu
puerta?
 
Imposible. Aquel tiempo ya pasó para siempre.
Pero dime que todo es una pesadilla.
Dime que no han pasado los años, amor mío.

Dime que no has dejado de amarme, dulce amiga.

Son muchas las huellas que Molina ha dejado en su ciudad natal. Denominó el Patio de los Naranjos como “Isla de sombra, de silencio y perfume”, haciendo referencia al aroma del azahar, flor del naranjo que inunda dicho lugar, especialmente en primavera. Asimismo, se puede apreciar en dicho lugar algunos cipreses, que se asocian al silencio de los cementerios. Dentro de la Mezquita-Catedral, se puede visitar en la Capilla de San Bartolomé la tumba de Luis de Góngora, fallecido en 1627.

Ricardo Molina recordó la elegancia de otro de los lugares emblemáticos de Córdoba: el Alcázar de los Reyes Cristianos. Se conoce que escribió una carta a Vicente Aleixandre, autor de la Generación del 27, en la que sus palabras elogian el Alcázar:

“A la luz de cada día”

“Has visto el rostro eterno y variable, ahora sol, luego viento, luego sombra, hombre, dios, luna, cielo, fuego, río, la faz de todo, el rostro numeroso.

Tú eres cuanto has visto. El que en la parte no lo ve todo es vago sueño en humo de carbón o de lago…

Este jardín cerrado es todo el tiempo. Las almenas primaverales triunfan con sus siglos de musgo nuevo. El agua de la alberca -oro y verdor- no muere:

Está mirándola, mirando eternidades en el día, oyendo las palabras de los árboles, inmóvil, quedamente, acariciando la creación bella en una sola flor…

La flor te ha cautivado con su todo preso en goce de beso fugitivo donde el ser en su pleno ser se embriaga, pequeño edén rizado en rojos pétalos.

Así tú eres en el dulce ámbito del cerrado jardín todas las cosas. Perdido en tanto solitario río, tanta selva de cálidas criaturas, tanto incendio de llanto en gloria de astros, tanto goce de luces e la altura, a tu abandono el mundo se abandona y en tu visión se funde -uno y vario- el ser en claridad total del cielo o bien se quiebra en olas, flores, alas, iris de la hermosura universal”.

Este ejemplo de proyecto, que se basa especialmente en la materia de Literatura, pone en contacto diferentes inteligencias múltiples, así como la vinculación con otras áreas. Se trata de que el alumnado observe y compruebe la importancia de la retórica y la poesía a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta la riqueza que ello supone para el patrimonio cultural de una ciudad tan emblemática como es Córdoba. Se dispone la relación entre la Historia y la Literatura, pasando por el uso correcto de la Lengua, ya que se propondrá una reflexión final colaborativa sobre lo explicado. En este sentido, las inteligencias lingüística-comunicativa, intrapersonal e interpersonal van a conexionar entre sí para obtener el producto final: el texto argumentativo apreciativo.

En definitiva, la LCL puede tratarse desde cualquier perspectiva sobre el aprendizaje basado en proyectos, es decir, va a estar presente en el ABP que se proponga, puesto que resulta importante la adquisición de la expresión oral y escrita; el uso correcto de la norma; la comunicación fluida entre los discentes; el desarrollo de actividades de investigación y su posterior reflexión sobre diversos ejes temáticos, entre otros aspectos relevantes para el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Conclusiones

El aprendizaje basado en proyectos es una estrategia de enseñanza y aprendizaje en la que se da importancia tanto a la adquisición de conocimientos como al desarrollo de habilidades y actitudes. Es el alumnado el que descubre, desea conocer más y de esta forma se retroalimenta a lo largo del proceso, estimulándose la capacidad de liderazgo, la adquisición de la competencia en comunicación lingüística, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la creatividad y, sobre todo, el pensamiento crítico.

Teniendo en cuenta que el aprendizaje es un proceso bastante complejo, que requiere la comprensión de conocimientos y su posterior practicidad, lo cual se refleja en el saber, saber hacer y saber ser, estas metodologías innovadoras, como el ABP, no distan de ello puesto que mediante recursos tecnológicos e informáticos, el discente logra esa capacidad de (auto)crítica que lo conduce al pensamiento abstracto y a una serie de conclusiones que, a través de la investigación, el proceso de aprendizaje se convierte en un factor resolutivo.

Por lo tanto, aunque la interdisciplinariedad está presente en el ABP, podemos destacar la relevancia que conlleva la competencia en comunicación lingüística en este tipo de metodología, pues el alumnado adquiere habilidades como escuchar y comunicarse de manera eficiente; argumenta y debate ideas con fundamentos sólidos; presenta el producto final empleando la correcta comunicación y el registro formal de la Lengua, además de realizar tareas propias del ámbito lingüístico y literario como escritura creativa a partir de textos pertenecientes a diferentes épocas, llevar a cabo contenidos relacionados con la modalidad textual, entre otros ejemplos.

Asimismo, el estudiante consigue otras destrezas como participar en la toma de decisiones al trabajar en grupo; identificar, analizar y solucionar problemas; obtiene capacidad para indicar las necesidades propias del aprendizaje, lo que conlleva autoestima, autoconfianza y autonomía; muestra una actitud asertiva hacia el aprendizaje y el logro de saberes curriculares; mantiene la enseñanza hacia una cultura orientada al trabajo con iguales, entre otros beneficios. En definitiva, vamos por la vida afrontando problemas, esforzándonos por resolverlos y hallándoles soluciones, lo que nos brinda múltiples oportunidades para seguir aprendiendo.

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NOTAS

1 Instrucción conjunta 1/2022, de 23 de junio, de la Dirección General de Ordenación y Evaluación Educativa y de la Dirección General de Formación Profesional, por la que se establecen aspectos de organización y funcionamiento para los centros que impartan Educación Secundaria Obligatoria para el curso 2022/2023.

2 AAVV., “Satisfacción, motivación y rendimiento académico en estudiantes de Secundaria y Bachillerato: antecedentes, diseño, metodología y propuesta de análisis para un trabajo de investigación”, Espiral, Cuadernos del profesorado, 2017, 10 (20), pp. 40-50, (p. 41).

3 Dewey, J. y Dewey, E., School of tomorrow, New York, Dutton, 1962.

4 AAVV., Art. Cit., p. 42.

5 AAVV., “El impacto de las metodologías activas en los resultados académicos: Un estudio de casos”, Profesorado, Revista de currículum y formación del profesorado, Vol. 24, nº1, febrero, 2020, ISSN 11 38-414X, pág. 109.

6 Jones, N.F., Rassmussen, C.M. & Moffitt, M. C. (1997), Real-life problema solving: A collaborative approach to interdisciplinary learning. Washington, American Pshychological Association.

7 Johari, A. & Bradshaw, A.C. (2008), Project-based learning in an intership program: A qualitive study of related roles and their motivacional attributes. Educacional Technology Research and Development, 56, pp. 329-359.

8 Instrucción conjunta 1/2022, de 23 de junio, Normativa ya citada.

9 Krajcik, J. S., Blumendfeld, P. C., Marx, R. W., Bass, K. M., Fredericks, J., & Soloway, E., “Inquiry in Project-based science classrooms: Initial attempts by middle school students, The Journal of the Learning Sciences, 7, 313-350.

10 Martí, J.A., Heydrich, M., Rojas, M., Hernández, A., “Aprendizaje basado en proyectos: una experiencia de innovación docente”, Revista Universidad EAFIT, Vol. 46, Nº 158, 2010, pp. 11-21 (p. 14).

11 Sardi, V., Historia de la enseñanza de LyL, Buenos Aires, Zorzal, 2006, p. 17.

12 Cassany, D., Enseñar lengua, España, Grao, 1998, p. 84.

13 Andrade González, J. S., La incidencia del aprendizaje basado en proyectos colaborativos (ABP) aplicado a la producción de textos escritos en el área de Lengua y Literatura en los estudiantes de décimo EGB de la Unidad Educativa PCEI Salamanca, Trabajo de Investigación, Universidad Central del Ecuador, Quito, 2019, p. 21.

14 Vigotsky, L., Pensamiento y lenguaje, Barcelona, Paidós, 1995.

15 Gardner, H., Inteligencias Múltiples: La teoría en la práctica, Barcelona, Paidós, 2011.

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Referencias bibliográficas y web

AAVV., “El impacto de las metodologías activas en los resultados académicos: Un estudio de casos”, Profesorado, Revista de currículum y formación del profesorado, Vol. 24, nº1, febrero, 2020, ISSN 11 38-414X.

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DEWEY, J. y Dewey, E., School of tomorrow, New York, Dutton, 1962.

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