Los vengadores de la salud. IES Santa Rosa de Lima, Córdoba

 

 

Pablo Regodón Domínguez

Coordinador del Proyecto y profesor de Educación Física. IES "Santa Rosa de Lima". Córdoba

 

Un instituto funciona como una gran familia. Envolviendo al currículo existe una red de relaciones entre la comunidad educativa que marcan un carácter, una idiosincrasia de centro que lo hace reconocible y que crea en sus miembros un sentimiento de pertenencia que favorece el compromiso hacia el proyecto.

En el Santa Rosa tenemos un lema: Convivir es aprender. Un clima de aprendizaje en el que alumnado y profesorado se encuentren a gusto es fundamental para un trabajo productivo, y eso incluye formar a nuestro alumnado para que sean buenos ciudadanos y ciudadanas y devuelvan a la sociedad todo lo bueno que aprendan. Para ello, nuestro instituto realiza sus campañas de convivencia, proyectos que impulsamos para fomentar en el alumnado valores y prevenir comportamientos perjudiciales. Cada curso impulsamos una nueva y, al mismo tiempo, ponemos en práctica las ya consolidadas. Este curso decidimos hacer la campaña de salud Hábitos saludables, que se une a la de ecología e higiene Rosa y Lima contra el Dr. Puerco; la de igualdad y contra la violencia machista El buen trato mola un rato; la campaña contra el acoso escolar El acoso es asqueroso; la de a favor de la inclusión del alumnado discapacitado Todas y todos contamos, todos y todas ayudamos y la de alumnado mediador en conflictos Rosa y Lima con Los Mediadores. Contra la homofobia es la campaña Transforma tus viejas ideas y para trabajar las emociones, la campaña Inteligencia emocional.

La idea para el desarrollo de esta campaña surge de la mente de 3 profesores de Educación Física (Pablo Regodón, del IES "Santa Rosa de Lima"; Juan Carlos Requena, del IES "Al-Ándalus" y Jaime Morente, del IES "Salvador Serrano") destinados en diferentes rincones de Andalucía (Córdoba, Almería y Alcaudete, Jaén, respectivamente) pero unidos por una misma pasión, ensañar emocionando. Conocedores del poder de motivación que generan los videojuegos y películas de superhéroes, decidieron vincular sus contendidos y metodologías de enseñanza con las mecánicas y la ambientación que las caracterizan.

 

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Para ello, eligieron la película Avengers Infinity War (de éxito internacional) y adaptaron su trama al contenido de la salud. En este caso, los alumnos y las alumnas representaban a superhéroes diferentes y su objetivo era conseguir unas gemas de poder antes que el villano; cada gema representaba un bloque de salud distinto y para conseguirlo tenían que superar una serie de pruebas de hábitos saludables, retos físicos, de alimentación…

Uno de los aspectos más motivadores era el hecho de que fuera un proyecto entre centros diferentes de Andalucía. Que tres profesores ideen un proyecto común que ponga en relación alumnado de zonas alejadas geográficamente no es poca cosa. Para empezar, se pasaron unos cuestionarios iniciales para detectar fortalezas y debilidades respecto a los hábitos saludables del alumnado de cada centro a través de la aplicación Plickers (Códigos QR). El cuestionario estaba dividido en 6 secciones con preguntas relacionadas con 6 aspectos saludables (actividad física saludable, alimentación, higiene postural, hábitos saludables, salud social y salud emocional). Los resultados arrojaron similitudes en sus hábitos de salud en los 6 bloques, sin importar sustancialmente el lugar de residencia. A partir de ahí se diseñaban actuaciones similares aunque adaptadas al contexto de cada centro, como la intervención de instituciones externas de los respectivos entornos geográficos (centros sociales, ONG, Ayuntamientos…).

En el Santa Rosa de Lima llevamos años aplicando una metodología basada en el aprendizaje autómomo por tareas, cuyo fin es convertir al alumnado en el principal protagonista de su aprendizaje y que así desarrollen las competencias clave. Esto se reflejó en el proyecto de Hábitos de Vida Saludable mediante la puesta en práctica de metodologías activas y participativas, tales como:

    • la gamificación, es decir, la aplicación del juego en el aprendizaje;
    • o el aprendizaje servicio, en el que el alumnado se hace experto en un determinado tema de salud, para más adelante servir al aprendizaje de        sus compañeros;
    • con la clase invertida se anima al alumnado a realizar tareas para tratar contenidos previamente a la clase;
    • el aprendizaje colaborativo fomenta relaciones interpersonales positivas mediante el trabajo en equipo en el que nadie debe quedar excluido;
    • a través del uso de las TAC (Técnicas para el Aprendizaje Colaborativo) se posibilita el aprendizaje en red con el apoyo de las TIC;
    • la Matrogimnasia o Gimnasia en familia consiste en fomentar la participación de las familias.

 

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Las tareas interdisciplinares son imprescindibles para que las campañas lleguen a todo el alumnado del instituto. Aunque la línea de intervención se ha basado en el de la asignatura de Educación Física, los 6 bloques han sido tratados de manera interdisciplinar desde la perspectiva de otras asignaturas. Se ha coordinado profesorado de diferentes áreas para poder profundizar de manera coherente y significativa en los diferentes contenidos. Asimismo, la interdisciplinariedad ha permitido la participación en el proyecto, de manera transversal, y en mayor o menor medida, de todo el alumnado del centro y de otras áreas y proyectos, como por ejemplo, las Matemáticas o el huerto escolar. 

Así, en el desarrollo del proyecto el alumnado ha trabajado las distintas competencias clave:

  • Competencia de comunicación lingüística: el alumnado ha usado la lengua para expresar ideas e interactuar con otras personas de manera oral y escrita, como, por ejemplo, con la lectura y la síntesis de artículos relacionados con la salud, con las exposiciones orales o asumiendo el rol de profesor para enseñar contenidos relacionados con la salud a otros miembros de la comunidad educativa.
  • La competencia social y cívica se ha trabajado mediante actividades que requerían capacidades para relacionarse con otras personas (juegos cooperativos, trabajos en grupo, debates, etc.). Durante la fase de consecución de la gema de la salud emocional, se ponían en práctica diferentes valores como la empatía y la solidaridad. Una de las actividades más reconfortantes consistió en una visita a un centro para la tercera edad próximo al instituto. En ella, el alumnado representó ante los abuelos y las abuelas diálogos acompañados de mímica y compartieron una jornada de convivencia muy enriquecedora.
  • El alumnado trabajó la competencia de aprender a aprender con la elaboración de un programa de entrenamiento autónomo en casa y una  ficha de retos saludables para gestionar cuándo y cómo realizarlo.
  • El cálculo del gasto y el aporte energéticos implicaban el desarrollo de la competencia matemática.
  • La competencia en ciencia estaba presente en todos los aspectos de salud basados en evidencia científica.
  • En cuanto a la competencia digital, nuestro proyecto prestaba especial atención al uso seguro y crítico de las nuevas tecnologías para buscar, analizar y producir contenidos relacionados con la salud. Al finalizar el proyecto el alumnado debía ser capaz de manejar de forma eficaz en diferentes plataformas virtuales, redes sociales y aplicaciones de creación de contenidos.
  • Para el desarrollo del sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor se proponían multitud de tareas para que el alumnado desarrollara su autonomía, su creatividad, tareas que implicaban asumir riesgos planificando y gestionando proyectos.
  • Finalmente, la conciencia y expresiones culturales se ponía de manifiesto creando y representando dramatizaciones, creando murales, pósteres informativos, muñecos de plastilina imitando posiciones correctas, etc.

 

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La respuesta del alumnado ha sido sorprendente. La idea de aprender jugando les generó una motivación especial, la idea de desarrollar los contenidos de la materia siguiendo el hilo narrativo de su película favorita creo un clima de ilusión y curiosidad inicial que se mantuvo hasta el final del proyecto. Alumnado que no solía participar en las clases era el primero en levantar la mano para ser voluntario, alumnos y alumnas que esperaban ansiosamente el timbre del final de la clase, eran los últimos en abandonarla. La guinda para los chicos y las chicas ha sido conseguir el Primer Premio Vida Sana que convocan la Fundación Casser y la Junta de Andalucía. El día de la entrega disfrutaron muchísimo y fueron conscientes del trabajo bien hecho.

El resultado nos anima, como centro educativo, a seguir en nuestra línea metodológica: una educación integral, en la que la formación del alumnado como ciudadanos y ciudadanas sea uno de los pilares y no un mero contenido transversal; una educación inclusiva, que atienda a la diversidad y que potencie la autonomía y el potencial del alumnado y todo dentro de un clima de convivencia y  en relación con el entorno directo del instituto.

La experiencia ha sido tan positiva que la idea es consolidarla para otros cursos; de hecho, ya estamos dándole vueltas para implementarlo con novedades.