Santi Amodeo, director de Las Gentiles: "a la edad que tenemos deberíamos ofrecer nuestro conocimiento a la sociedad"

Acaba de presentar Las gentiles, su último largometraje, que se describe en esta edición del Festival de Sevilla como un trabajo “destinado a ser una película de culto sobre la adolescencia”, etapa de la vida que aparece con frecuencia en las obras de Santi Amodeo porque, como confiesa, él mismo sigue teniendo mucho de adolescente, al menos le siguen gustando las mismas cosas que antes. Quizá este sea el secreto de que la película, además de recibir el aplauso de la crítica, conecte tan bien con el público joven que está asistiendo a los primeros pases, un público familiarizado con el universo de las redes sociales reflejado en esta historia con la que Santi vuelve a la línea que inició junto a Alberto Rodríguez en El factor Pilgrim y luego, ya en solitario, con Astronautas, películas con las que se ha paseado por prestigiosos festivales de todo mundo.

Todos coinciden en que es una vuelta a tu estilo de los orígenes de aquellas películas. Estás de acuerdo también con esa opinión...

Es una vuelta consciente, igual de consciente que fue el alejamiento de esa línea. Ocurre que en aquella época, cuando empecé a hacer cine, hace ya bastantes años, hay una clase media de cine a la que yo pertenecía en la que podías hacer películas con poco riesgo, tipo El factor Pligrim, pero las dos siguientes películas, Astronautas y Cabeza de perro, hicieron ciento y pico de mil espectadores, algo impensable entonces, fueron a los festivales más grandes del mundo, pero era cine de clase media, del que yo podía vivir. Esa clase de cine desapareció, entonces había que coger un camino, el muy pequeñito o el muy grande, el comercial. Con el pequeñito no conseguí levantar un proyecto que tenía y me fui al comercial. Allí he estado dos películas y, como los procesos son muy largos, al final han pasado diez años. Ya en este momento de mi vida he decidido volver a ese tipo más comprometido con mi forma de entender el cine. Es verdad que ahora mismo el presupuesto que manejo es mucho más bajo que los de antes, pero bueno, ahora prefiero eso a la línea comercial.

Te gusta más trabajar con bajo presupuesto...

No es por bajo presupuesto, me gustaría hacerlo con más, pero eso es inviable porque son películas que quiere muy poca gente. El cine se financia con televisiones, con ayudas, cada vez menos, la del ministerio prácticamente ya no existe, se ha convertido en una ayuda un poco extraña. Con el poquito de la Junta de Andalucía, alguna subvención cuando la gano, y las televisiones, especialmente Canal Sur, levantas un presupuesto pequeño, pero que te da para una película, y la haces más libre. Cuando haces otro tipo de cine con grandes distribuidoras, todo el que pone dinero opina. Ese tipo también me gusta, porque me gusta el cine comercial, especialmente las comedias, pero en esta etapa de mi vida no es lo que más me apetece hacer.

¿Y esta elección ha tenido que ver con la situación de pandemia?

No. La suerte es que nosotros la financiación ya la habíamos conseguido justo antes, las instituciones como Canal Sur o inversores privados que tenemos manejaban presupuestos del año anterior, así que el miedo financiero que hubo durante la pandemia a mí no me afectó. Donde sí que afectó fue en el rodaje.

Ya, imagino...

Rodaje con mascarillas, no había nadie en la ciudad, todo era muy poco neurótico, todo el mundo encerrado, sin hablar con nadie.

Además en el caso de las actrices, chicas jóvenes en la edad de salir…

Sí, yo las llamaba mucho. Fueron muy disciplinadas, para ellas era una oportunidad de oro, y la han aprovechado muy bien gracias a eso, a entender que esos trenes pasan de vez en cuando. Son muy trabajadoras y muy inteligentes, pero también muy disciplinadas, renunciaron a unos meses de su vida… Además, después de todo lo que se sufre para llegar ahí...

¿Tienes expectativas con en ellas?

Yo creo que van a llegar muy lejos. En dos películas que he sacado a actrices noveles, en las dos las nominaron a los Goya y, de todas, estas son las que más me han sorprendido. Son brutales, se dejan dirigir muy bien, tienen muchísimos recursos y un talento impresionante, no solo las dos “protas” sino las cinco, son un grupito de cinco chicas, y el resto del elenco... todos están fantásticos.

Cartel de Las gentiles

Tengo entendido que el guión llevaba 10 años en el cajón.

O más.

Tratando un tema como el de las redes sociales ¿has tenido que retocarlo mucho a la hora de retomarlo? Porque ese mundo es tan cambiante…

Ha cambiado mucho. Cuando empezó esto las redes sociales no se sabía muy bien qué era, los jóvenes empezaban con ellas, pero no te creas que tanto. Cuando presentaba el guion, no se entendía, las televisiones no lo entendían, no conseguí levantarlo. Lo que ocurrió fue que, aunque yo estaba en otros asuntos, en la vertiente más comercial, el proyecto no estaba realmente en un cajón, lo seguía actualizando, nunca lo abandoné. Después de la última película pensé: “este es el momento”, y se financió muy rápido. Por ejemplo, en Canal Sur que, por su tipo de público suelen ser algo conservadores y siempre han ido con pies de plomo, lo compraron inmediatamente, entendían que ahora mismo hablar de eso era pertinente y, por supuesto, entendían las redes sociales como antes no se entendían. Pero sí, ha habido que actualizar muchas cosas.

«Si tú haces un retrato de la adolescencia de los 60 los ponen bailando yeyé con la música pop y gritando libertad. Ahora ese retrato tiene que pasar por las redes sociales».

¿Cuál dirías que es el tema central de la película: el suicidio, las redes sociales, la adolescencia, la fractura generacional… o no hay un tema central? 

El tema de fondo es el suicidio, pero no hay un tema central. Es un asunto que subyace, está por debajo, y al final va muy unido a los adolescentes de hoy día. Si tú haces un retrato de la adolescencia de los 60 los ponen bailando yeyé con la música pop y gritando libertad. Ahora ese retrato tiene que pasar por las redes sociales. Pero claro, lo que las redes sociales aportan a los jóvenes es otra forma de comunicarse y otra forma de todo. Tiene su parte buena y tiene también sus tiranías, forma parte del fresco de los adolescentes. Aunque el tema que subyace es el suicidio, una de las presiones a las que están sometidos es esa. 

Entre la realidad y la ficción, creo que en esta película hay más realidad de la que parece.

En la película todo parece ficción, pero casi todo el off está sacado de adolescentes reales, de diferentes redes, unas británicas, otras españolas, algunas son suicidas de verdad, otras no, y con eso hice una narración, al convertirlo en el punto de vista de una de las protagonistas. 

En esta temática de cine sobre adolescentes, ¿tomas algún referente cinematográfico?

Yo en general no suelo usar muchos referentes. Después me suelen emparejar con cosas que hay por ahí y algunas ni las conozco. El otro día me decían Las vírgenes suicidas pero yo creo que esa película solo se parece en que son suicidas y adolescentes, la narración no tiene nada que ver, el punto de vista es de un chaval, no es de ellas, no hay tampoco ese componente almibarado… Desde luego no la usé de referencia. Es una película que me gusta, pero no estuvo nunca en mi imaginario. Y que conste que la comparación me viene bien, es un clásico.

¿De dónde viene tu interés por el mundo de la adolescencia?

En realidad la historia me llamó. En mis películas suele haber adolescentes, en general me interesa mucho, es la edad en que se forman los individuos, pero es que además yo en el fondo sigo teniendo algo de adolescente, sigo escuchando música, las cosas que me gustan, hago cine, veo cine, leo libros, cómics… las mismas cosas que hacía de adolescente.

Te gusta mucho el cómic, como buen cineasta, porque son dos mundos muy conectados...

Bueno, ahora soy menos “comiquero” que antes.

¿Y te has planteado alguna vez adaptar algún cómic a película?

Hombre, mucho, lo que pasa es que serían películas carísimas. Por ejemplo “Cerebus”, que me parece una obra maestra… fíjate cómo es la cosa que George Lucas en los años 70 se enamoró de ese cómic e intentó comprar los derechos a Dave Sim, el autor, y le dijo que no, que ni de coña. Entonces… si yo pudiera hacer una película sobre eso me moriría de la alegría, sería la persona más feliz del mundo.

¿Y te atrae dirigir una película de animación?

A mí me gusta la animación de adultos, que hay muy poca. La animación infantil para mí ha cumplido su función cuando mis hijos eran pequeños y me alegro de que existiera. Pero es tan cara que solo puedes hacer cosas comerciales. Yo ahora estoy saliendo de ese camino.  

Volviendo a la adolescencia. ¿Tú ves esta película con personajes adolescentes también para público adolescente? 

Antes del festival no. Antes pensaba que era una película para un ojo entrenado, por el feedback que estaba teniendo, por ejemplo, en una revista tan exquisita como El Caimán o en este mismo festival, donde también son muy exquisitos. Pero después hemos tenido pases con adolescentes. El otro día en el cine Nervión la sala estaba llena, había mucha gente joven y, después, el recibimiento que ha tenido me ha sorprendido. De hecho ayer estuvimos reunidos con el distribuidor, que también ha tenido el feedback del festival y ya estamos hablando de replantearnos el lanzamiento y abrirla más al público adolescente, porque la está abrazando con más ardor del que esperábamos. 

¿Recomendarías esta película para que el profesorado la trabaje en el instituto con sus alumnos?

Pues mira, precisamente una de las asesoras que he tenido en todo el proceso, que es profesora en un instituto de Aznalcóllar, me ha ayudado mucho con el guion, sobre todo para filtrar contenidos. Y después, en los pases del festival con institutos, a los chavales les encantó, el aplauso fue atronador, luego hicieron preguntas muy inteligentes. Las profesoras, que eran de diferentes institutos, al final vinieron a felicitarme, y me decían que era muy pedagógica. Yo me quedé sorprendido porque nunca he tenido ese espíritu pedagógico, pero me encanta. Ayer precisamente, uno de los críticos de la revista El Caimán me dijo que su hermano es profesor en Valencia y que lo quiere poner en contacto conmigo porque le ve muchas posibilidades a la película… yo encantado de la vida.

Me hace gracia que no tengas intención pedagógica ni que quieras usar ninguna moraleja, porque yo creo que ese es el secreto de que sea aceptada por los adolescentes.

Claro, se le verían las costuras. Hombre, alguna trampita sí he usado, para que se vea que en este tema del suicido esoy rotundamente en contra, los adolescentes pueden llegar ahí de forma un poco inconsciente. Yo tengo mi punto de vista y utilizo mis recursos para que quede plasmado sin que se note, pero sabía que si usaba moralina eso acaba por no cuadrar. Una de las preguntas de una alumna ayer —fíjate el nivel— fue si no estábamos romantizando el suicidio. Yo le contesté que durante un rato parece que sí pero que a lo largo de la película se destapa la crudeza del tema. Luego ella me reconoció que había hecho la pregunta por escuchar mi respuesta, pero que ella también había vivido la película desde el mismo planteamiento.

¿Tienes mucho contacto con el mundo de la educación?

He hecho muchas cosas con universidades o en escuelas de cine, clases magistrales, sobre todo doy clases de narrativa y de interpretación, más que de dirección. En los institutos nunca lo he hecho, pero no me importaría. Antes no tenía ningún espíritu pedagógico, pero ahora siento una especie de obligación. Se lo digo mucho a Alberto Rodríaguez, que él tiene más contacto con la universidad: a la edad que tenemos deberíamos ofrecer nuestro conocimiento a la sociedad. Y él me dice: pero los caminos no están. Los profesores de universidad son demasiado teóricos, pero hay otras cosas, y es una pena que eso no esté llegando. En Barcelona, por ejemplo, los directores potentes trabajan mucho más con la universidad, y a mí me llaman mucho más de allí que de aquí. No me importa tanto el tema económico como el hecho de transmitir nuestra experiencia a la sociedad. 

Hablamos de la música, que tú eres músico antes que cineasta...

Sí, yo empecé con la música.

Por cierto, enhorabuena por la banda sonora y por la música de Bronquio.

Sí, le ha aportado la estructura dramática. Los músicos a veces no entienden que la música de cine no consiste en sacar canciones sino que aporten dramáticamente a la película lo que se necesita en cada escena con música. Esa es la parte que aporto yo en la banda sonora, grabando algunas cositas con la guitarra, le mando referencias, o recorto temas suyos, pero las canciones son totalmente suyas a partir de las referencias que yo le mando. Aunque en este caso ha sido la vez que más libertad he dado al músico. Otras veces yo diseño con la guitarra temas que luego ejecutan los músicos, pero en esta película no había guitarra. Él es un músico muy particular y a mí me gusta mucho. 

¿Cómo debe ser para ti la música en una película?

Es un ingrediente dramático. En el cine debe aportar dramáticamente, te puede llevar a un estado de ánimo determinado, jugando a la contra o a favor. Por ejemplo, la música en el final de Las gentiles fue un descubrimiento de mi montador. Yo como director la tuve que digerir mucho, darle muchas vueltas, la música es oscura pero va un poco a la contra de lo que uno esperaría en ese tipo de escena, no es melancólica, es oscura pero tiene ritmo. Yo concibo así la música, creo que si haces ese tipo de cosas permite que la película crezca en una dirección.

¿Y fuera del ámbito del cine sigues haciendo música?

Ahora la tengo un poco aparcada. Con mi hijo sí, tiene12 años, se ha puesto ahora con la guitarra que le regaló su padrino y le encanta, ahora con él sí toco, porque él compone y lo hace bien. Pero en realidad ya solo trabajo la música con las películas y me ocupa muchísimo tiempo, empieza mucho antes que la película. Por ejemplo, mi próxima película, si todo va bien…

Ah, pues de eso también quería hablar, de tu próxima película

Pues sí, estoy intentando comprar los derechos de un libro de relatos (no puedo decir el título), de un autor americano. No está publicado en España, lo compré en Argentina la última vez que rodé allí… En fin, te cuento esto porque yo ya he empezado con la música y todavía no tengo ni los derechos. Ya tengo la mitad de la banda sonora hecha. Ya te digo que para mí la música es un ingrediente dramático importante, o debería serlo, si no aporta drama para mí no tiene utilidad porque solo para dar colorcito…pues no.

Bueno, y para terminar, ¿cómo estás viviendo el festival?

Normalmente soy bastante buen espectador del festival, tiene una programación muy buena, para mí es uno de los festivales con mejor programación, una pasada... lo que ocurre es que este año… me ha ocurrido varias veces que cuando voy a comprar la entrada está todo completo.