Entrevista a Fernando Gallo Colón
Premio de Honor en la IV edición de los Premios "Flamenco en el Aula" por su trayectoria en la formación del profesorado en el CEP de Cádiz. ¿Cómo ha recibido este premio?
Pues la verdad, si nos atenemos al espíritu que rodea la creación de estos premios y que algunos de los premiados en sus diferentes ediciones son personas por la que siento una gran admiración por lo que suponen para la inclusión del Flamenco en el sistema educativo andaluz, con una alegría inmensa.
Desde hace trece años es asesor del CEP de Cádiz, donde ha coordinando grupos de trabajo, organizando jornadas y encuentros con el objetivo de divulgar el Flamenco en el sistema educativo. ¿Está satisfecho con los resultados?
Reconociendo que queda bastante por hacer, humildemente pienso que en mis comienzos difícilmente hubiera imaginado la existencia de un grupo tan numeroso de profesorado del ámbito del CEP de Cádiz implicado en esta causa.
Antes de ser asesor del CEP, durante su labor como docente en un centro de San Fernando, ya había organizado unos grupos de trabajo de investigación para la introducción del flamenco en la práctica educativa. ¿Cómo fue aquella etapa?
Esa andadura en el CEIP "Servando Camúñez" resultó apasionante. Fue genial ver la respuesta entusiasta de un grupo de compañeros y compañeras que movidos por muy diversas motivaciones se unió a mi propuesta, tan novedosa como atrevida para algunos. Curiosamente, al grupo que componía inicialmente la actividad autoformativa se le fueron añadiendo compañeros y compañeras que querían estar en nuestras sesiones aunque ya no tuvieran certificación del CEP. Se creó un ambiente muy bonito Aquella iniciativa fue creciendo exponencialmente hasta tal punto que la actividad final de nuestro grupo se convertía en un acto importante de convivencia entre alumnado, profesorado y familias con motivo de los recitales flamencos que pude organizar con la colaboración de artistas amigos.
Para el profesorado que no ha tenido la oportunidad de asistir a sus grupos de trabajo o a las jornadas que organiza. ¿Cómo puede un docente hacer uso del flamenco como recurso didáctico ?
Para mí es fundamental que tome un posicionamiento con la finalidad de usarlo como factor que propicie tareas innovadoras y motivadoras. Lo primero es tomar conciencia de ese gran potencial que tiene para diseñar tareas motivadoras y lograr llegar desde lo educativo al Flamenco. De un modo natural, nunca impuesto ni de un modo poco organizado que pueda producir el efecto contrario: el rechazo a esta música. Hacerlo desde una concepción no sentida y que emana del mandato de organizar una celebración anual podría provocar que en torno a cada 16 de noviembre se pusiera en marcha la maquinaria de crear repulsión a la cosa flamenca por culpa de un primer encuentro nada satisfactorio.
¿Cuáles son los beneficios de este uso?
Muchos y variados. El Flamenco puede ayudarnos a diseñar actividades atractivas centradas tanto en los contenidos transversales como en prácticamente todas las áreas curriculares, en mayor o menor medida. Lo mismo puede ser usado para tratar las emociones, que para fomentar la creación poética o abordar un hecho histórico. Una soleá puede resumir en tres versos todo un tratado filosófico o una obra cumbre de la literatura universal.
Tal vez presuponemos que nuestro profesorado tiene un conocimiento suficiente de este arte. En su experiencia, ¿es esto así?
Puede que se presuponga, pero nada más lejos de la realidad. Queda mucho por hacer en este campo,
¿Cómo es la cultura flamenca del alumnado gaditano? ¿y del andaluz en general?
Generalmente baja. Mayor en aquel alumnado que lo vive en su casa o en su entorno. Por ello, considero que la apertura de los centros hacia asociaciones culturales o peñas flamencas de su zona sería muy beneficiosa en pro del fomento de esta cultura flamenca en nuestros escolares. Las peñas flamencas son espacios privilegiados para disfrutar del Flamenco en todo su esplendor. Involucrarlas en el objetivo de acercar el Flamenco a nuestros jóvenes supondría un enriquecimiento mutuo.
Y los más pequeños ¿son receptivos a él?
Sí. El Flamenco tiene un punto fuerte cuando el intérprete se expresa de forma espontánea y esa cualidad se manifiesta con mayor facilidad en edades tempranas.
¿Cómo son las buenas prácticas de los centros que ha visitado como asesor del CEP?
He de decir que, como ocurre en otros ámbitos educativos, el profesorado es reacio en ocasiones a mostrar lo que hace. Y no es por falta de espíritu colaborativo. Es simplemente por pensar que aquello que realiza no es relevante, aunque sí lo sea, o simplemente por pudor. Si esto lo trasladamos al campo del flamenco en la escuela la brecha es todavía mayor. La realidad que me llega del profesorado asistente a las actividades que organizo es la de compañeros y compañeras que ponen en marcha con mucha ilusión las ideas que les proponemos en las mismas y que perciben como realizables en sus centros y motivadoras para el alumnado. Por tanto creo que si bien estamos en un buen punto de partida, todavía falta dar el paso a proyectos más interrelacionados con los diferentes planes y programas que se llevan a cabo en los centros. Hay algunos centros que a inciativa propia o dentro del programa Vivir y Sentir el Patrimonio están llevando a cabo experiencias muy interesantes en torno al Flamenco, pero todavía son pocos.
Imagino que conoce el material curricular del centro premiado de Sanlúcar de Barrameda, así como las Buenas Prácticas de los dos centros premiados de la provincia de Cádiz. El flamenco como seña de identidad, manifestación artística e industria cultural…
Sí, procuro estar al tanto de todo lo que se cuece en este mundillo con vistas a incluirlo en las actividades que organizo. Concretamente tengo pensado contar con la experiencia del centro de Sanlúcar y en breve pretendo ponerme en contacto con ellos para tratar de dar encaje a su participación dentro de la actividad que estoy planificando para este curso
¿Cómo puede el flamenco contribuir a la mejora de la autoestima del alumnado?
El Flamenco nos puede servir para tratar en el aula todas las emociones básicas. Si partimos de esta premisa, considero que esa educación emocional puede incidir desde varios ángulos a esa mejora.
Como sabe, El Centro Andaluz de Documentación del Flamenco,ha recibido, al igual que usted , el Premio de Honor por su apoyo continuo a los docentes, por dinamizar actividades y actuaciones dirigidas a los centros educativos y por asesorar y acompañar a la Comunidad Educativa en todas sus iniciativas. ¿Cuál ha sido su relación con esta institución?
Mantengo una relación cordial con varias de las personas que allí trabajan y con cierta frecuencia colaboro con dicha institución o acudo a ella para solicitarles información que preciso. Realizan una labor muy importante para el Flamenco.
En las actividades formativas que ha llevado a cabo en todos estos años han participado artistas como Rufino de Paterna, Pilar Marchena, Arcángel, Laura Vital, y Rocío Márquez entre otros , así como nombres de la didáctica del flamenco como Calixto Sánchez, Miguel Chamizo, Miguel López Castro, Francisco Garrido, Alba Correa, Manuel Salazar, Esperanza Rueda y Jesús Bienvenido, y flamencólogos como Antonio Murciano, Javier Osuna y Manuel Curao. ¿Qué ha aprendido de ellos y con ellos?
Sin lugar a dudas de todos ellos. El enriquecimiento personal ha sido grande. Desde los más variados entresijos del Flamenco hasta las más sorprendentes estrategias usadas por algunos de ellos para acercar a nuestro alumnado al Flamenco de una forma natural y atractiva. También puedo decir con gran satisfacción que he pretendido, a lo largo de todos estos años, ofrecer una visión del Flamenco alejada de ese estereotipo que le ha asociado a formas de “mal vivir” …Y en ese sentido, me ha producido una gran alegría al comprobar el discurso tan bien organizado y las ideas tan claras de algunos de ellos que, a priori, pudieran parecer llamados a transmitir sus conocimientos del Flamenco sin más y que luego han desarrollado unas ponencias tras las cuales el profesorado asistente a la actividad, ha venido y me ha dicho: “Hay que ver lo bien que ha hablado…”
Ha realizado trabajos, publicaciones, investigaciones, ponencias, etc sobre el Flamenco. Tras la declaración por parte de la UNESCO del Flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad , ¿ha cambiado algo a la hora de valorar esta expresión artística?.
La respuesta muestra opiniones encontradas. He oído decir a mucha gente del Flamenco que éste no necesitaba para nada ese reconocimiento porque gozaba de esa condición a nivel mundial antes de dicha declaración. A eso empiezan a añadirles otras cuestiones como las políticas…Yo personalmente creo que ha sido positivo por aquello que supone el mandato a favor de su conservación. Y en el tema educativo, que es el que podría decirse más me afecta, creo que esa influencia positiva es muy significativa ya que “legitima” en cierto modo frente a ataques que nos vienen tanto desde dentro a un nivel más elemental como desde fuera a manos de más altos estamentos.
Para los que aún no estén convencidos de su importancia en la cultura andaluza y la necesidad de introducirlo en la práctica educativa, ¿qué argumentos daría?
Como dije anteriormente, porque tenemos el mandato. Pero además, y principalmente, porque es una música cuya riqueza y capacidad de emocionar está reconocida mundialmente. Siendo esto así, ¿Cómo no vamos a ser los andaluces los primeros en abanderar su reivindicación como una de nuestras principales señas de identidad?
Como maestro e investigador de la didáctica del flamenco, ¿ha llegado a alguna conclusión?
Aunque el tema puede parecer complejo por la corta vida de la investigación en este campo, sin embargo uno, de forma más o menos sistematizada, la verdad es que se lanza a la formulación de hipótesis. Por nombrar una, señalaría la importancia tan fundamental que tiene el alcanzar el objetivo de que el profesorado tome conciencia del valor cultural del Flamenco y de su belleza, si cabe. Me atrevo a señalar esto como la primera de nuestras tareas antes de pretender el conocimiento exhaustivo de palos, historia…cometido que por otra parte entrañaría gran dificultad.
Usted es de Paterna de Rivera, el pueblo que ha dado origen al palo flamenco llamado petenera. ¿Tiene esto mucho que ver con su pasión por el flamenco?
Sin lugar a dudas. El haber nacido en un pueblo con tanta tradición flamenca te expone y te predispone. Luego también está la influencia de mi padre a quien acompañaba de pequeño cuando ponía en su reproductor las primeras cintas que entraron en mi casa. Y por supuesto el cante por peteneras y su festival siempre en el centro de esa pasión que poco a poco te va envolviendo.
¿Por qué ese tópico que dice de la petenera que es un cante que trae mala suerte?
Bueno…como decía mi amigo Antonio “El Perro de Paterna”, eso es una estrategia argumentada por aquellos que no tienen facultades para cantarla. Hay que tener en cuenta que es difícil de ejecutar. Luego se ha dado alguna coincidencia que la relaciona con lo trágico y que ha alimentado ese tópico.
Usted ha ocupado un lugar destacado en la difusión de los cantaores y cantaoras de su pueblo así como de su cante y su cultura ...
A tal respecto he de decir que desde muy joven me interesé por la cultura de mi pueblo y dentro de la misma me he volcado especialmente en el Flamenco que allí, por la interacción de todo lo que significa el cante por peteneras y la gran cantidad de cantaores y cantaoras que ha dado este pueblo tan pequeño, posiblemente suponga la manifestación cultural más importante. De este modo he colaborado con asociaciones culturales, ayuntamiento, centros educativos… En ese interés por difundir todo lo relacionado con nuestro flamenco he realizado varias publicaciones entre las que destacaría sendos libros dedicados a El Perro de Paterna y a Rufino de Paterna. Con mi colaboración en un documental de mi amigo Antonio Lozano dedicado a El Niño de la Cava, puedo decir que dejo mi granito de arena en la perpetuación histórica de ese triángulo de hijos predilectos de Paterna.
En la edición de El Perro de Paterna, publicado con motivo del 20 aniversario del nombramiento del artista como hijo predilecto de su localidad natal participó el IAF (Instituto Andaluz del Flamenco). Creo que estuvo recopilando material sobre este cantaor durante diez años ¿Qué destaca de él y de su contribución al flamenco?
Efectivamente fueron diez los años dedicados a su escritura aunque el trabajo de recopilación me ha llevado en torno a veinte. Sin entrar en amplias consideraciones yo destacaría de El Perro de Paterna la belleza y el poderío de su voz. Y en cuanto a su contribución al flamenco, brevemente diría que nos ha dejado una obra muy extensa con una gran cantidad de discos grabados. Además, en esa prolífica carrera discográfica, considero muy meritoria la larga lista de estilos impresionados. Yo reivindico que si bien es cierto que fue un cantaor catalogado como “de masas” y que gozó de una enorme popularidad en su época, sin embargo no ha sido reconocido en su justa medida.
A comienzos de este año comisarió una exposición en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco en Jerez, sobre este cantaor con motivo del 20 aniversario de su fallecimiento. ¿Tuvo esta exposición la proyección que esperaba?
Sin lugar a dudas se cumplieron ampliamente los objetivos que me había planteado. La inauguramos en Paterna de Rivera con motivo de la Semana Cultural de la Petenera y el día de la final del concurso se trasladó al recinto del mismo. Ello supuso que, con mayor o menor detenimiento, pudo ser vista por parte de las dos mil personas que asistieron a dicho evento. Luego, creo que supuso un gran acierto que se expusiera en el CADF en Jerez donde fue muy comentada en redes sociales, prensa, televisión, radio, webs especializadas en flamenco o de otro tipo como la del mismo Ayuntamiento de Jerez…Me llegaron diversos testimonios de personas que la visitaron y el mismo CADF a través de sus redes, al anunciar la siguiente exposición, destacó el éxito de la dedicada a El Perro de Paterna.
¿Qué es el flamenco para usted?
Una música de una gran belleza, capaz de emocionarme y de una riqueza tan grande que me despierta el deseo constante de seguir conociendo más de ella.
¿Sabe usted cantar peteneras?
Cantarlas… ni en la ducha (risas). Aunque hablando en serio, he de decir que hay mucha gente que piensa que todos los que nos movemos en el círculo del flamenco tenemos que “arrancamos” por algún palo en una reunión festera, pero yo debo ser la excepción que confirma esa regla. Y sí es cierto que alguna vez me imagino en esa hipotética reunión y hasta ensayo el momento, cómo no, cantando una petenera. Enlazando las ideas anteriores, se da la curiosidad de que esa petenera que a veces canto en la intimidad no la he oído nunca a lo largo de las diferentes fases de nuestro concurso pero sí se la pude oír en varias ocasiones a mi tío Fernando en más de una boda, bautizo o comunión de algún familiar. Dicha letra dice así:
Tú que andas por el mundo
Si algún día te la encuentras
Dile que la estoy olvidando
Pero por Dios no le digas
Que te lo he dicho llorando