5.3.- Tablero inclusivo: aula de ajedrez en el IES Manuel Alcántara. Málaga

 

Manuela Castro Santiago

Dra. en Filosofía y publicaciones en temas relacionados con la Educación. Profesora de EESS y profesora de Teoría de la educación (UMA)

La incorporación del ajedrez en el aula tiene como finalidad llevar a cabo una investigación que profundice en el conocimiento, comprensión y modificación de la situación educativa de nuestro centro, basada preferentemente en  la metodología investigación-acción

Desde el curso 2014-2015 se viene aplicando en nuestro centro el programa Ajedrez estratégico contra el fracaso escolar como medida de atención a la diversidad para el alumnado de 1º de ESO.  Dicho programa se incluye dentro del Plan de Compensación Educativa y del Proyecto “Escuela, espacio de Paz”. Asimismo, esta medida se ha incorporado también en el marco de actuaciones contempladas dentro del Plan de Acción Tutorial.

Desde nuestra experiencia, podemos afirmar que esta innovadora intervención se ha convertido en una buena práctica educativa, ya que incorpora una metodología especializada y los procedimientos apropiados para lograr resultados positivos desde el punto de vista académico y social.

El principio fundamental que inspira el presente proyecto es ofrecer oportunidades reales de éxito a todo el alumnado de  1º ESO, con independencia de cuáles sean sus condiciones personales, sociales o económicas, respondiendo de esta manera a los objetivos planteados por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía incluidos en el Plan de Éxito Educativo 2016-2020:

a) Desarrollar la función docente del profesorado centrada en la mejora de los procesos de enseñanza- aprendizaje del alumnado.
b) Reorganizar las medidas de compensación educativa y adaptaciones metodológicas y curriculares.
c) Favorecer la mejora de la convivencia escolar desde el centro.

La incorporación en los procesos de enseñanza-aprendizaje de dicho programa, tiene como objetivo prioritario aprovechar la dimensión lúdica del juego, concediendo especial relevancia a la capacidad del alumno para:

La resolución de problemas. Cada  nueva jugada en el tablero representa un nuevo desafío que a su vez modifica y complementa la posición previa en su conjunto.

La creatividad. Con frecuencia la mejor jugada requiere replantearse los patrones lógicos del juego, por ejemplo, sacrificar nuestra dama, la pieza más poderosa, a cambio de lograr un objetivo mayor (por ejemplo, dar jaque mate).

La toma de decisiones. El juego del ajedrez articula, de un modo natural, un método de ramificación de alternativas. Así, ante un mismo objetivo (por ejemplo, dar jaque al rey, es decir, amenazarlo) debo valorar cuáles son las alternativas: ¿muevo la torre o mejor el alfil? Las dos opciones me llevan al jaque, pero debo analizar los efectos de cada una de ellas. En términos académicos hablamos de un proceso conocido como árbol de decisiones. Incorporar en el alumnado un patrón de valoración múltiple, un análisis de jugadas candidatas, ayuda, sin duda, a encontrar la mejor respuesta en el menor tiempo posible.

El ajedrez ayuda al alumno a pensar antes de actuar, es conocido el principio pieza tocada, pieza movida. Además, jugando al ajedrez el alumnado aprende a reconocer sus errores, asumiendo que no hay excusas posibles y que son ellos, en última instancia, los únicos responsables de cada jugada, así como de cada acción que realicen en el tablero educativo, social o familiar.

Asimismo, el proyecto incorpora dinámicas de ajedrez educativo que favorecen la enseñanza-aprendizaje de materias instrumentales, fundamentalmente Matemáticas, Lenguaje, Geografía e Historia.

A través de la práctica del ajedrez, al mismo tiempo que se desarrollan determinadas competencias cognitiva (memoria, atención, concentración, control de impulsos…), se fortalece el estado emocional y la autoestima del  alumnado destinatario del programa, independientemente de su género, raza, origen y situación socioeconómica familiar, lo que puede ayudar a la normalización e inclusión social de los mismos en su entorno familiar y educativo, así como la empatía, ya que al alumnado se le presenta un gran número de actividades en las que, para encontrar la mejor continuación, tiene que tener en cuenta la posición del oponente y, por tanto, ponerse en su lugar.

Igualmente, el proyecto está concebido para fomentar los valores ético-cívicos de desarrollo personal y social que potencia el ajedrez.

 

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Hipótesis de trabajo

La introducción del ajedrez pedagógico en el currículo de 1º de la ESO puede desarrollar las siguientes competencias:

  • Lógico–matemática. El ajedrez ayuda a aplicar los principios y procesos matemáticos en distintos contextos. El juego del ajedrez integra un espacio (el tablero), un material (piezas) y un tiempo (secuencia de jugadas y turnos) que favorece que el docente pueda plantear problemas y elaborar didácticas matemáticas. Cuando juegan al ajedrez, el alumnado como el personal docente realiza al mismo tiempo una actividad matemática. Y es que el tablero no es una simple cuadrícula, es un espacio ordenado (geométrico y cartesiano) de producción matemática significativa. De otro lado, el movimiento de las piezas y las relaciones (de ataque y defensa) entre ellas son geométricas. Así, la decisión que toma el alumnado a propósito de una captura (una pieza come a otra) incorpora componentes aritméticos, tanto por el número de piezas atacantes y defensoras como por el valor de las piezas involucradas.
  • Competencia Aprender a aprender. A través del juego y la compresión del ajedrez, el alumno aprende a incorporar estrategias de planificación y resolución de tareas. El célebre ajedrecista estadounidense Frank Marshall defendía que “un mal plan es mejor que no tener ningún plan”, proposición que, convertida en principio inherente del juego-ciencia, resume muy acertadamente el valor de la estrategia y la planificación del alumno-jugador de ajedrez. Al mismo tiempo, los alumnos que practican ajedrez desarrollan e idean estrategias de investigación en la continua búsqueda de soluciones, según sea en cada caso la posición sobre el tablero.
  • Competencias Sociales y Cívicas. El estudio científico de la Universidad de la Laguna The benefits of chess for the intellectual and social-emotionalenrichment in childhood and adolescence, Ramón Aciego, Lorena García, Moisés Betancort. TheSpanishJournal of Psychology, ISSN 1138-7416, Vol.15, Nº. 2, 2012, págs. 551-559 avala la idea que el  ajedrez pedagógico mejora las capacidades cognitivas (atención, percepción, rapidez, concentración, planeamiento y previsión), pero también las habilidades socio-personales. El alumnado mejora el rendimiento curricular pero lo hace obteniendo en paralelo un mayor ajuste personal, satisfacción de la escuela, adaptación escolar y agrado al estudio. De este modo, se evidencia que la enseñanza-aprendizaje del ajedrez en el aula desarrolla y favorece las habilidades sociales.

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METODOLOGÍA

Principios metodológicos:

  • Metodología basada en la Investigación-Acción como método de investigación cualitativa centrado en la actividad docente, con el fin de descubrir qué aspectos pueden ser mejorados o cambiados para conseguir una actuación más satisfactoria.
  • Contextualizada y cercana: Centrada en los problemas de Enseñanza-Aprendizaje.
  • Continua: Con un seguimiento continuo de las actuaciones llevadas a cabo.
  • Participativa, cooperativa y dinamizadora. Proponer y promover al equipo de trabajo actuaciones formativas; impulsar, dinamizar el trabajo cooperativo y en cooperación con otras instituciones (Asociación AJEDREZ SOCIAL DE ANDALUCÍA y UMA). En este sentido, es importante resaltar la difusión que del proyecto se ha dado en la UMA.
  • Innovadora: Incorpora elementos curriculares nuevos para el desarrollo de las competencias curriculares.
  • Creativa: que permita hallar caminos  originales  y con la voluntad de transformar el entorno educativo para mejorarlo.

El aprendizaje-enseñanza del ajedrez en el aula permite respetar todos y cada uno de los principios metodológicos indicados y favorecerá que el docente incorpore la materia ajedrecística como herramienta educativa y transversal en distintas áreas, lo que se logrará de acuerdo a una planificación adecuada que incluya la formación previa del profesorado del centro.

Sistemas de evaluación previstos:

Se establece un proceso general de evaluación con tres fases o hitos:

  • Evaluación inicial. La evaluación inicial de los alumnos se confeccionará conforme a la información académica de los mismos. En cualquier caso, se les proporcionará a todos los participantes una ficha de ALUMNO/A DE AJEDREZ en la que, como complemento a los datos generales de los que se inicie, se les preguntará por su nivel de juego y sus motivaciones y/o expectativas con relación con el programa.
  • Evaluación de seguimiento. La evaluación de seguimiento se realizará con fichas específicas y baterías de ejercicios de contenido ajedrecístico (desafíos), donde se recogerá, con la colaboración de los responsables del centro, el control de asistencia fechada y el grado de mejora en cada una de las competencias señaladas y que son objeto de medición.
  • Evaluación final

Para la evaluación final  se tomará como base la realización de un cuestionario final que incluirá distintos problemas y grados de dificultad ajedrecísticos, con el fin de medir el nivel de conocimiento y aprendizaje adquiridos por el alumno, así como su mejora en el plano competencial y socio-afectivo.