El CEIP Huerta de Santa Marina, un referente andaluz en educación ambiental

Con motivo del Día Mundial de la Educación Ambiental, una delegación del servicio de Planes y Programas para la Innovación Educativa, encabezada por Antonio Segura, director general de Tecnologías Avanzadas y Transformación Educativa de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, visitó el CEIP Huerta de Santa Marina, de Sevilla, con objeto de conocer de primera mano las prácticas en educación ambiental que han convertido a esta ecoescuela en un centro de referencia.

ALDEA, Programa de educación ambiental para la comunidad educativa, desarrollado por la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional con la colaboración de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, de la Junta de Andalucía, es un Programa para la Innovación Educativa que pretende promover el desarrollo integrado de iniciativas de educación ambiental ante la situación de emergencia climática actual. La conexión con la naturaleza y renaturalización de espacios, el cambio climático, el desarrollo sostenible y las relaciones del ser humano con su entorno social y natural (competencia ecosocial) son los ejes que vertebran el desarrollo de cualquier línea de intervención en el ámbito de la comunidad educativa andaluza, que comparte y se asienta en los cuatro pilares educativos que propone la UNESCO: Aprender a ser, aprender a convivir, aprender a conocer, aprender a hacer. Aldea incide en la globalidad del sistema educativo, para potenciar la sensibilidad y el conocimiento sobre el medio ambiente y el tratamiento pedagógico de la educación ambiental. La oferta es accesible desde la etapa de educación infantil hasta Bachillerato y Formación Profesional. 

La modalidad A de este programa la conforma la Red Andaluza de Ecoescuelas, un programa de ámbito internacional coordinado por la Fundación Europea de Educación Ambiental (FEE) y desarrollado en España por la Asociación de Educación Ambiental y el Consumidor (ADEAC), miembro de FEE. En este marco se sitúa la visita realizada por los representantes de la consejería, en la que se abordaron temas de interés en cuanto al desarrollo de los diferentes proyectos educativos que se están llevando a cabo en los últimos cursos.

Estrella Naranjo y Marta Velázquez, directora y jefa de estudios del centro respectivamente, describieron al CEIP Huerta de Santa Marina como un centro que funciona como comunidad de aprendizaje, bilingüe alemán, con una participación familiar fuerte, una comunicación abierta con el barrio y un alumnado con un gran potencial creativo y sociocultural. Utilizan programas innovadores y proyectos de aprendizaje para conectar la vida curricular con los intereses y retos del alumnado. Destacaron asimismo la implicación de los docentes y la importancia de la formación continua, la autoformación y el cambio de perspectiva. Todos los programas y proyectos están vinculados a la participación igualitaria de la comunidad educativa. Las familias participan activamente en el centro y en los grupos interactivos que son enriquecedores y promueven la inclusión y diversidad. El CEIP Huerta de Santa Marina es un centro referente: “culturalmente es una maravilla, el centro es muy rico en lenguaje expresivo, en oratoria y en construcción de proyectos”, destacó la directora.

Por su parte, Sofía Coca, de la red PLANEA (el colegio es uno de los centros-piloto seleccionados para participar en esta red) explica su actuación en el colegio. PLANEA buscó trabajar en un centro con una base sólida y donde el arte tuviera un papel relevante. En 2020, cuando comenzaron su trabajo en el Huerta de Santa Marina, llegó la pandemia y quisieron abordar este tema en su trabajo. Querían dar una solución creativa a la necesidad de ventilar las aulas y prevenir la transmisión del aire contaminado. Se trabajó con un método científico riguroso y una herramienta artística para contar el proceso. No solo hicieron un diagnóstico de lo que el centro necesitaba, sino que también generaron vínculos entre la comunidad educativa y la comunidad cultural y social local. Contactaron con una cooperativa de arquitectas que trabajan con bioclimática y recuperación de la memoria del conocimiento local: “la necesidad de recuperar esas construcciones en diálogo con el clima y no contra el clima, que es lo que pasa muchas veces”. El alumnado participó en un proceso en el que se hicieron mediciones y análisis del flujo del aire en el centro. La solución fue crear celosías en las puertas de las aulas para mejorar la ventilación cruzada y prevenir la transmisión de aire contaminado. Se concluyó que era más efectivo este sistema de ventilación que los purificadores de aire. Los niños diseñaron y pintaron las celosías y ahora todas las aulas tienen esta solución en las puertas para mejorar la ventilación y prevenir la transmisión de aire contaminado.

Marta opina que el enfoque en el arte en el centro educativo ha mejorado la producción de proyectos artísticos y el enfoque en el aprendizaje. Además, el arte es considerado como un agente de transformación y defensa de lo social, bioclimático y ambiental: “hacemos artivismo, la mirada que el arte potencia va irradiándose en todos los proyectos de innovación”. De este modo, el arte ha cambiado la forma en que se entiende la pedagogía y se considera un agente de innovación educativa. El arte es concebido como un medio para enganchar a los niños y para incluir proyectos culturales, de aprendizaje basado en proyectos y aprendizaje servicio en las áreas curriculares en el currículum: “todas las áreas se transversan a través del arte a lo largo de todo el currículum y en todas las etapas educativas”.

La directora Estrella explica que el centro este curso trabaja en un plan de centro integral denominado "Cuidarse para Cuidar", que funciona como un marco de actuación y reúne a todos los proyectos de innovación educativa en el currículum para trabajar “nuestras cinco pieles”: desde el yo, la salud, la inteligencia emocional, la convivencia, el espacio de paz y el cuidado medioambiental. Este programa también se vincula con el proyecto "Vivir y Sentir el Patrimonio", que busca revalorizar lo natural y renaturalizar espacios. Además, se está fabricando una escultura en forma de atrapasueños con los sueños de la comunidad para el futuro del colegio. La escultura se pondrá en el hueco de la escalera y tendrá cartulinas de espejo para que los alumnos se reflejen en ellas y tengan una autoestima positiva que ayude a generar un clima positivo en los demás. Todos los programas están vinculados entre sí.

Por su parte, Elena, del colectivo "Enjambre sin reina" una organización dedicada a la educación para la sostenibilidad y la educación ambiental con un enfoque innovador que colabora con el centro, destacó el uso del huerto escolar como un espacio educativo y aula abierta para trabajar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) e integrar todos los aspectos del currículum escolar. La comunidad educativa, incluyendo familias y maestros de todos los ciclos, forma parte del grupo motor y trabajan juntos para motivar y apoyar al profesorado en la implementación del huerto escolar. Como resultado, se ha encontrado un profesorado motivado y con experiencia en trabajar al aire libre, lo que ha permitido abordar temas como la alimentación, la salud y el contenido curricular.

Marta habló acerca de una demanda del alumnado. El año anterior, realizaron un mapeo de las emociones en los espacios del centro y descubrieron que la zona del comedor era la única con un sentimiento negativo, identificado con el color marrón, que significa "asco". Los niños no estaban satisfechos con la comida del comedor. Por lo tanto, una de las ideas que tienen como centro es conectar el huerto con la gastronomía, para tener un comedor escolar propio y que los niños disfruten de la comida.

Recientemente, celebraron el Día de la Educación Ambiental y organizaron una "fiesta de la ensalada" (Salattag en alemán), donde los niños, desde su función como recolectores hasta camareros, o cocineros, organizaron todo el proceso. La experiencia fue un éxito gracias a la guía que les proporcionaron. El alumnado tiene “un motor que nos arrastra” y con un poco de dirección, logran realizar cosas maravillosas.

Otro de los asuntos tratados fue la tendencia en la política educativa de transformar espacios para fomentar el uso de huertos en un contexto educativo. Estrella describió al Huerta de Santa Marina como un centro diferente, ya que se lleva a cabo una reflexión pedagógica antes de la transformación para asegurarse de que el espacio tenga un uso educativo y no solo recreativo o instrumental: “Se hace hincapié en la importancia de prestar atención a esta reflexión pedagógica antes de realizar cualquier cambio”. En el colegio, los niños participan activamente en este proceso, ya que son consultados sobre los temas que desean aprender. En septiembre, los niños de sexto hicieron un proyecto para mejorar el entorno escolar y del barrio, identificando problemas como el ruido y llevando a cabo una campaña de sensibilización. Los niños muestran una mirada más profunda sobre su entorno y preguntan sobre cómo pueden ayudar a mejorarlo. También se hizo una conexión con los objetivos de desarrollo sostenible. Durante la reunión, se discutió la importancia de esta metodología participativa y cómo los niños van solos en la búsqueda de soluciones a los problemas que identifican.

Por último, las directivas del colegio destacaron la importancia de las sinergias entre los programas educativos. Se puso un ejemplo de cómo se estableció una conexión entre el programa de Cotidiana SCA y un proyecto de bioconstrucción de piedra seca, vinculado a los programas ALDEA y Creciendo en salud, con el hotel de insectos en el huerto. La idea fue de integrar los hoteles de insectos dentro de la estructura de piedras seca, con la que se pretende como producto final la construcción un graderío a través de un proyecto artístico y científico. La educación ecosocial y el empoderamiento del barrio son fundamentales en este diálogo entre los programas y los agentes externos. La confianza en los agentes externos es importante, ya que siempre enriquecen y mejoran el aprendizaje del alumno y el barrio en general. Además, mencionaron una colaboración con un herrero local para trabajar en un proyecto teatral inclusivo. Todo esto demuestra cómo los programas de aprendizaje y servicio tienen como objetivo fomentar el aprendizaje a través de todos los agentes sociales.

VÍDEO

Nuestras cinco pieles

https://youtu.be/wdfhfa-_yfQ

Estos son algunos de los proyectos desarrollados en el CEIP Huerta de Santa Marina en los últimos cursos:

Proyecto "Mi Tercera Piel" de la cooperativa Cotidiana SCA. Esta iniciativa busca unir los aspectos ambientales y de convivencia mediante el análisis climático del patio escolar. Se ha integrado un análisis desde la perspectiva de género para entender cómo niños y niñas utilizan y disfrutan del patio de manera diferente. Utilizando el método científico, se ha trabajado en el análisis de materiales y en la fabricación de sombras y refugios en el patio. Cada curso ha tenido su propio telar y ha trabajado con materiales reciclados y con la técnica tradicional del trenzado de esparto.

El proyecto ha sido liderado por una cooperativa de arquitectas de Sevilla, junto con otras organizaciones relacionadas con las artes plásticas y la antropología. El objetivo principal es unir el análisis climático con el análisis de género para mejorar la convivencia y el bienestar de los estudiantes en el centro. En el marco del proyecto, se han construido refugios climáticos en el patio de la escuela, como una cabaña para protegerse de la lluvia, el frío y el calor, y un colchón dentro de una tienda de campaña para leer tranquilamente. Además, se ha trabajado en la fabricación de sombras y refugios de clima en el patio, utilizando el método científico y trabajando con diferentes materiales como madera, hierro, piedra, corcho y cerámica. El proyecto también ha tenido en cuenta la biodiversidad del centro, y cómo la convivencia con la naturaleza puede mejorar el bienestar de los estudiantes. Todos los cursos han participado en la fabricación de sus propios telares y refugios, utilizando técnicas tradicionales como el trenzado de esparto para crear sombras.

Proyecto "Kleos Santa Marina" de Nomad Garden y Talleres Antropoloops. Bajo la producción de Thibault Pradet. El proyecto busca explorar la biodiversidad del centro escolar y del barrio en el que se encuentra. Se trabaja con estudiantes de cuarto, quinto y sexto grado, que realizan entrevistas a los cuidadores de los jardines para luego trabajar con los estudiantes de sexto grado en la parte musical. Se pretende de este modo promover la participación ciudadana en la creación y cuidado de jardines comunitarios en el barrio. Los estudiantes colaboran con la comunidad local en la planificación, diseño y mantenimiento de los jardines, aprendiendo sobre la importancia de la biodiversidad y la sostenibilidad.

Proyecto "Escuela del Garabato" de Martín López Lam. Esta propuesta busca comparar los dibujos realizados por los estudiantes con los realistas para promover el empoderamiento social del alumnado a través del aprendizaje en todas las áreas curriculares.

Los estudiantes aprenden sobre la importancia del cuidado del medio ambiente a través de la creación de obras de arte. Se utiliza el arte como herramienta para sensibilizar sobre temas ambientales y promover la toma de decisiones sostenibles.

En general, estos proyectos buscan fomentar la creatividad, el pensamiento crítico y la participación ciudadana en temas relacionados con el medio ambiente y la sostenibilidad. Además, se busca promover el empoderamiento social del alumnado a través del aprendizaje en todas las áreas curriculares. La mediación de Sofía Coca de ZEMOS98, coordinadora en Andalucía de PLANEA, red de arte y escuela, ha sido fundamental para llevar a cabo estos proyectos. El objetivo es establecer un diálogo entre el medio social y natural para mejorar el bienestar y la convivencia en los centros escolares.