Naturaleza
La Reserva de la Biosfera Marismas del Odiel ha sido reconocida por la Unesco como uno de los sistemas mareales más sobresalientes y productivos del mundo, que, gracias a su fuerte dinamismo, relaciona marismas, playas, pinares, lagunas, bosques y dunas.
Ocupa la parte final de la cuenca del río Odiel y su vegetación es rica y variada, desde la propiamente palustre, a las asociaciones de pinos, alcornoques, acebuches, mirtos, lentiscos, jaras y romeros. Esta variedad, y su alta productividad, permite que la fauna encuentre lugares acogedores para su desarrollo, contando con ejemplos tan significativos como la colonia de cría de espátulas, flamencos y charrancitos; y recientemente con una población reproductora de águila pescadora tras el éxito de su programa de reintroducción.
Actividad humana
La riqueza natural de Marismas del Odiel se complementa con los valores de su devenir histórico y cultural, que vinculan estas marismas y sus tierras circundantes con las rutas comerciales mediterráneas y atlánticas de la antigüedad. El resultado es una estructura socioeconómica en la que se combinan los aprovechamientos del mar con los derivados de las marismas y las tierras consolidadas. Actividades como la carpintería de ribera, el marisqueo, la caza y el aprovechamiento de las masas forestales están muy arraigadas entre sus habitantes.
En 2017, la Reserva de la Biosfera Marismas del Odiel inicia una nueva etapa tras su ampliación, corroborándose que cumple con los requisitos de la Unesco al contar con una zona de transición. En ella, y de una forma participada entre los responsables de la Administración ambiental, los ayuntamientos y los propios vecinos, se debe seguir trabajando por un futuro sostenible a partir de actividades como la pesca, las salinas, la acuicultura, la agricultura y el turismo ornitológico.
Cultura
Zona estratégica desde la antigüedad, las Marismas del Odiel acoge gran cantidad de elementos del patrimonio histórico y cultural andaluz: factoría romana de salazones, almadrabas, salinas, etc.
Entre sus elementos culturales destacan las salinas de Bacuta, de alto valor etnográfico; el astillero tradicional del Punta Umbría, las ruinas de la ciudad medieval de Saltés; el muelle del Tinto, de principios del siglo XX y declarado Bien de Interés Cultural en 2003; el molino mareal del Alfarero, donde se obtenía la harina para elaborar el plan de Aljaraque; y el barrio Reina Victoria, de comienzos del siglo XX, que alojaba a los trabajadores de las minas de Río Tinto y Tharsis.