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Resumen de la publicación
No entiendo nada. Así se titula esta muestra, y así se espera que reaccione el espectador ante la obra de arte contemporáneo. “No entiendo nada de lo que estoy viendo, pero voy a hacer el esfuerzo de mirar, analizar y reflexionar sobre estas obras que tengo a mi alrededor”, diría un espectador curioso e interesado. Encontramos en el trabajo de Arturo Comas una serie de mecanismos manipulables, objetos que el autor activa mientras nos invita también a los visitantes a imaginarnos partícipes de esa acción. La mesa de ping-pong intervenida que preside el espacio se activa durante la inauguración por dos jugadores profesionales, pero el resto de días que dura la muestra puede ser utilizada por los espectadores. Ante esta experiencia deportiva y artística al mismo tiempo, nos hacemos conscientes de una desigualdad basada en unas reglas de juego que dan ventaja a uno de los participantes. Una serie de tres fotografías nos muestran otros objetos intervenidos, dispuestos en un equilibrio inestable que queda congelado a través del medio fotográfico. Dos carros de mano, dos zapatillas de deporte, una plancha de madera, una pala, un sargento y una cáscara de plátano dan forma a estas tres construcciones. La imagen estática nos produce, en cambio, la sensación irreal de que todo está en orden, que nada va a fallar y la cáscara de plátano no caerá al suelo haciéndonos resbalar. También observamos un dispositivo manipulable por el espectador consistente en un trompo conectado a un marco HOVSTA de IKEA sin desembalar. Este objeto girará sobre la pared a voluntad de los visitantes, transformando un elemento protector de imágenes artísticas o decorativas en la propia obra de arte, protegida a sus vez por un fino plástico transparente y cuatro esquineras de cartón. Los dispositivos de Comas poseen el sinsentido de lo inútil, o incluso nos llevan a desplegar sobre ellos todos nuestros miedos y frustraciones. Como en una pesadilla, nuestro cuerpo no responde a lo que nuestra voluntad le pide. En otras ocasiones, la motivación de sus obras es el humor, a medio camino entre la seriedad y sobriedad gestual de Eugenio y el surrealismo del imaginario de Chiquito de la Calzada. Esta ironía que planea sobre su trabajo tiene su origen en la subversión de los usos de objetos cotidianos. Frustración y risa son, en Arturo Comas, las dos caras de la misma moneda. En este proyecto participan el Club de Tenis de Mesa Híspalis y el videocreador Joan Lara Gallego de Gazpacho Entertaiment. El catálogo que acompaña a la exposición contiene el texto de Daniel Silvo con el título 'DESORDEN ALFABÉTICO. Reflexiones en torno a la obra de Arturo Comas'.