"gracias compañero" 3/5

versión imprimible

La falta de agua, la ola de calor que siguió a la sequía y los estragos que causó el boom de los precios del petróleo en aquellos días fueron interpretados como una señal para la acción y todos los andaluces comenzaron a replantearse la relación que habían establecido con su tierra.

Hasta mi llegaron noticias de cómo, con la ayuda de las Administraciones locales, las grandes ciudades fueron vaciándose en favor de las zonas rurales y pude ser testigo directo de un importante cambio en la red de transportes mundial a favor de medios más respetuosos con el Medio Ambiente. También, desgraciadamente, he tenido que ser testigo de hechos mucho más penosos.

Empleados del sector turístico que buscaban refugio en los huertos solares de Antequera. Malagueños que abandonaban los agobios de la gran ciudad y se instalaban en la serranía cordobesa y, por supuesto, muchos otros andaluces que eligieron acercar su vida a los olivos que bañan el paisaje jiennense.

Página anterior
Página siguiente