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Cuando las especies exóticas invaden el medio natural

La Consejería de Medio Ambiente cuenta con un plan para prevenir y controlar la introducción de animales y plantas en lugares que no corresponden a sus áreas originarias

26/02/2010
Ejemplar de galápago de Florida.

A lo largo de los siglos, los seres humanos han introducido, intencionada o accidentalmente, un gran número de animales y plantas en lugares que no corresponden a su área de distribución originaria. A estas especies, que han llegado a asentarse y expandirse en estas zonas, se las denomina de modo genérico 'especies invasoras'.

Frente a ello, la Consejería de Medio Ambiente cuenta en Andalucía con un programa dirigido a controlar estas especies, prevenir su aparición y, en los casos en que sea posible, erradicarlas. También incluye acciones de concienciación y sensibilización orientadas a los sectores implicados.

Lejos de lo que pueda pensarse, éste no es un fenómeno nuevo, sino que viene acompañando al hombre desde la Prehistoria. De hecho, existen evidencias arqueológicas que indican que este fenómeno se produjo de modo continuo con la aparición de la agricultura en el Neolítico. Coincidiendo con los avances tecnológicos que permitieron al hombre superar largas distancias y colonizar todos los rincones del planeta, una larga lista de especies deseadas -y otras no- también colonizaron rincones donde originariamente no existían.

    

La introducción de estas plantas y organismos puede ocasionar la destrucción de hábitats enteros, pérdidas económicas e incluso puede ser vector para enfermedades humanas. Bajo la denominación de especies exóticas se agrupan aquellos animales, hongos y plantas introducidos, trasportados o liberados en lugares distintos de los que les son propios en su origen, y adquieren la consideración de invasoras cuando se adaptan al nuevo medio y compiten con las especies autóctonas.                   

A pesar de los peligros que entraña, las especies alóctonas están cada vez más presentes en nuestro entorno. Según la Unión Mundial para la Naturaleza, la presencia de estas especies invasoras es la segunda causante de pérdida de biodiversidad, después de la destrucción de hábitats.

Además, se trata de una de las mayores amenazas para las especies autóctonas, máxime si algunas de éstas se encuentran en peligro de extinción o bajo cualquier catalogación de amenaza. La permeabilidad de las barreras naturales gracias a los medios de transporte, así como el turismo, intereses económicos o deportivos, y la ilegal suelta de mascotas caseras en el medio natural -como en el caso del galápago de Florida- son las principales causas de esta situación.