2016. Coreografía de Rafaela Carrasco, Ana Morales, David Coria y Hugo López
Es el rumor de la Vega granadina o el del agua, esa sangre blanca de La Alhambra que corre como una música por sus venas vegetales, por la ciudadela que marca el corazón de Granada, la que sólo tenía salida por las estrellas según Federico García Lorca. El Ballet Flamenco de Andalucía, bajo la dirección artística de Rafaela Carrasco y bajo el amparo del Instituto Andaluz del Flamenco, rinde tributo a Encarnación López ‘La Argentinita’, y al autor de Romancero gitano, cuando se cumplen ochenta años de su asesinato a manos del fascismo.
Allí donde more, la tierra le será leve y repetirá seguro las canciones populares que traían las alegres criadas de Armilla, de Santa Fe o de Atarfe, entre campanas y esquilines que tocan las monjas al punto del alba, tal como las menciona el poeta, en un reguero de zorongos, farrucas o romances que nos llevan hasta las estribaciones moriscas de La Alpujarra y hasta un piano donde el siglo XX parecía —aunque fuera falso— que iba a depararnos libertad, memoria y sosiego.
Con los pies en el suelo y la cabeza en los sueños, Rafaela Carrasco vuelve al espíritu de su aclamado espectáculo Vamos al tiroteo. Y lo hace acompañada por su excelente cuerpo de baile, voces de leyenda y algunos cómplices cameos coreográficos que convierten a este montaje en una propuesta personalísima pero al mismo tiempo coral. Aquí, como en la propia vida de Lorca, el flamenco coquetea con otras tradiciones musicales de su gente, cuya melodía —así lo describió él— sigue retenida por paredes y rocas. Eternamente. Como su nombre.
Juan José Téllez