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Discursos

Intervención del presidente de la Junta en la Cena de Ministros de Medio Ambiente y Energía de la Unión Europea

15/01/2010
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Es para mí un honor como Presidente de la Junta de Andalucía acoger en Sevilla esta reunión ministerial de la Presidencia española de la Unión Europea.

Quiero expresarles mi más cordial bienvenida y transmitirles que el proyecto europeo que compartimos y que entra ahora en una nueva etapa de su historia política abre, sin duda, un futuro lleno de posibilidades y cambios en el proceso de transformación y progreso de Europa.

Una Europa unida con naciones y regiones comprometidas en la defensa de un modelo social europeo. Una Europa unida, cuya prioridad máxima es, en estos momentos, la recuperación de la economía y el empleo, y también la lucha contra el cambio climático.

La plena aplicación del Tratado de Lisboa constituye un objetivo central y próximo a nuestro compromiso político. España ha mantenido una actitud constructiva en el proceso de negociación y compromiso del Tratado.

Nos corresponde ahora poner toda nuestra capacidad política al servicio de su aplicación y su desarrollo.

Pero las reglas institucionales sólo adquieren su verdadero sentido cuando se convierten en un instrumento capaz de resolver los problemas de los ciudadanos.

Por eso, lo que más importa es la pronta recuperación de nuestras economías. Debemos alcanzar lo antes posible acuerdos que nos permitan un crecimiento encaminado a priorizar la generación de empleo.

Es necesario impulsar la economía y regresar paulatinamente a la senda de la estabilidad. Es, por tanto, de enorme importancia encontrar el equilibrio entre las políticas de reactivación y la estabilidad fiscal. Y, desde luego, volver a creer y a potenciar los objetivos de Lisboa, de más innovación y más igualdad.

Otro desafío aún por conseguir sigue siendo la lucha contra el cambio climático. Algo ante lo que no podemos permanecer impasibles, a pesar del sabor a desencanto que ha dejado a muchos la Cumbre de Copenhague.

Europa debe seguir mostrando su liderazgo internacional y mantener los compromisos ya asumidos de reducción de emisiones y utilización de energías renovables.

Andalucía trabaja intensamente en ese sentido. Podría señalar muchos ejemplos de la Andalucía moderna y dinámica que estamos construyendo entre todos. Una realidad andaluza que ustedes han empezado a conocer en este encuentro. Una realidad que ha de desembocar en un modelo de crecimiento sostenible basado en la innovación y en la igualdad de oportunidades.

Nuestra apuesta es clara: queremos ser referente en Europa de energías renovables. Tratamos de aprovechar nuestro excepcional potencial natural en este tipo de energías desde una triple perspectiva ambiental, económica y tecnológica.

Es necesario que Europa haga de las energías renovables uno de los motores de la economía. Ya es líder mundial en eficiencia, reducción de emisiones, energías renovables, fiscalidad verde, etc. La inversión en tecnologías ecológicas, infraestructuras y energías alternativas es una manera sostenible de estimular la economía, de crear empleo, mejorar la calidad de vida y asumir un compromiso global. Hemos de ser capaces de transformar la crisis económica en la oportunidad para hacer realidad el cambio que necesitamos.

La nueva Estrategia para el Crecimiento y el Empleo establece esa visión compartida imprescindible desde el punto de vista de la sostenibilidad productiva, medioambiental y social. No podremos salir definitivamente de la crisis si no apostamos por una economía sostenible.

Una empresa colectiva. Porque Europa sigue siendo el mejor espacio para compartir ideas, proyectos, lenguas y culturas. Europa ha de ser, sobre todo, un espacio para la paz y la solidaridad.

En los próximos seis meses, Andalucía acogerá más de una veintena de eventos previstos en la agenda de la Presidencia española de la UE, lo que sin duda contribuirá a fomentar el europeísmo entre los andaluces.

Espero que su estancia entre nosotros sea fructífera, y que se sientan como en casa.
Tenemos una obligación con las generaciones futuras. No podemos decepcionar a nuestros hijos y nietos. Al contrario, debemos tener un liderazgo visionario y un compromiso claro para alcanzar nuestros objetivos.

Europa puede y debe liderar el siglo XXI: un siglo más comprometido con el planeta y sus habitantes; más libre, justo y solidario.

Por eso, levanto mi copa y les pido que brindemos por ello.