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Discursos

Intervención del presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, durante las jornadas 'Cultura y Patrimonio: Nuevas formas de desarrollo rural'

06/09/2010
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Cuando echo la mirada de izquierda a derecha a frente, no encuentro más que amigos y amigas de toda Andalucía que conozco y cuyos pueblos y cuyos municipios he visitado.

Y es cierto, querido alcalde, que se malinterpreta muchas veces cuando se habla de Desarrollo Rural, cuando se habla de ese tipo de iniciativas, y se les concede menos importancia de la que tienen. Yo, incluso, suelo decir que el mayor número de empresarios que se han creado en Andalucía en los últimos años han sido con iniciativas de desarrollo rural, mucho más que con cualquier otro tipo de iniciativas, han sido aquí, en los GDR, en todo el movimiento de desarrollo rural donde hemos sabido encontrar cómo empezar y cómo desarrollar una actividad empresarial, cómo generar esa riqueza y ese empleo que necesita, más allá del mundo agrario, el mundo rural.

Yo creo que tenemos que felicitarnos porque nosotros hemos hecho buenos muchos de los programas de la UE y si ustedes van a Bruselas se lo comentarán, se lo comentarán porque muchos municipios españoles y fundamentalmente andaluces han sido seleccionados siempre y han sido mirados siempre con bastante encomio por las instituciones europeas sabedoras de que aquí se ha puesto toda la carne en el asador y, además, sabedoras también de que hemos sabido encontrar en todos los ámbitos capacidad para crear empleo, capacidad para crear empresas, y éste que nos convoca hoy aquí, el mundo de la cultura, es, sin duda, el más elocuente en la medida en que es verdad que no entiende de deslocalizaciones, que está muy adentrado en nuestra propia entraña como pueblo y que al mismo tiempo tiene valor, tiene valor capaz de transmitírselo a todos aquellos que nos quieren visitar y nos visitan.

Dicho esto, pues es un placer estar en Loja, un placer estar en Granada, en la apertura de esta jornada.

Este es un encuentro que además nos invita a pensar, a reflexionar sobre el presente y el futuro del ámbito rural, es decir, del 90% de nuestro territorio y de casi la mitad de la población andaluza, reflexionar y también compartir, compartir ideas, compartir opiniones, compartir proyectos, ilusiones, en definitiva, compartir nuestros sueños para hacer realidad el desarrollo económico y social de nuestra tierra a través de la cultura.

El reciente Libro Verde sobre industrias culturales, de la Comisión Europea, confirma que hay un gran potencial que todavía no está explorado en las industrias culturales y creativas para generar crecimiento y empleo en todo el mundo, en Europa, singularmente en España y muy en particular en Andalucía, de cultura milenaria.

Y es que en nuestra tierra la experiencia de los programas comunitarios Leader o Proder de los últimos años nos confirman también que el binomio patrimonio cultural-desarrollo rural ha contribuido, en buena medida, al desarrollo sostenible de nuestros pueblos, han mantenido además la población en el territorio, ha dado esperanza de futuro y ha mejorado la calidad de vida.

En este tiempo se han desarrollo numerosos proyectos relacionados con las industrias del ocio, del turismo, se han creado centros de información e interpretación, empresas de servicios, medioambientales y culturales, es decir, tenemos ya una experiencia muy importante que hemos acumulado en la conservación, en el aprovechamiento y en la difusión de los recursos culturales, que además de forma sostenible crean riqueza y crean empleo.

Por otra parte nuestra comunidad cuenta con la mayor Red de Desarrollo Rural de Europa, porque tenemos 52 grupos de desarrollo que trabajan para multiplicar oportunidades y para hacer más dinámica y más diversa la actividad económica.

El balance de las dos últimas décadas se aprecia en el día a día de los pueblos andaluces, en su transformación y en su modernización.

En toda Andalucía se han desarrollado más de 23.000 proyectos, a veces se mira con desdén algo que se suma por decenas de miles, han generado más de 40.000 empleos, han hecho posible la creación de más 1.300 empresas y se han consolidado más de 2.000.

Nuestro objetivo, a partir de ahora, es seguir trabajando de la misma manera para alcanzar un desarrollo sostenible, sí, pero sostenible en todas sus dimensiones, la dimensión social, la económica y la ambiental. Y ello con una ambición clara y es que el ámbito rural se identifique con calidad de vida.

Estoy convencido de que va a ser así, la reciente puesta en marcha del Plan de Actuación LIDERA que integra todas las actuaciones del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2009-2015 lo avala, ya son más de 3.000 los proyectos presentados desde el pasado mes de julio a los GDR, a los Grupos de Desarrollo Rural.

El convenio que se acaba de firmar con la Asociación para el Desarrollo Rural de Andalucía contribuirá a alcanzar un conocimiento más amplio de nuestro patrimonio cultural, a difundirlo y a potenciar toda la riqueza que entraña, es decir, no es un patrimonio muerto, es un patrimonio vivo, capaz de generar actividad y empleo, y se hace además con las herramientas más adecuadas, formación, investigación, innovación, nuevas tecnologías y cooperación.

Contamos también con los mejores recursos disponibles, Andalucía es una marca cultural, es una marca cultural que tiene un prestigio acumulado, incalculable, incalculable en términos económicos, no se puede valorar. Este es nuestro mayor tesoro, es nuestro mayor valor, porque la marca Andalucía integra a personas, a nuestra gente, a nuestros pueblos, a nuestra lengua, a nuestra habla, a nuestras hablas, a nuestras tradiciones, porque ofrece además patrimonio arquitectónico, patrimonio natural, patrimonio forestal, agrario, patrimonio histórico, y además, como les decía antes, todo ello aquí, en el territorio, no se puede deslocalizar, por eso la cultura es un factor clave para la diversificación económica en el entorno rural, aporta valor añadido, un valora añadido que es imprescindible luego para el desarrollo de otras actividades distintas que en él se insertan, como puede ser el turismo, puede ser la artesanía, puede ser el arte, puede ser el sector agrícola, el ganadero, el forestal.

Si ustedes se fijan la actual crisis económica ha tenido unas repercusiones desconocidas en tiempos anteriores en toda la economía mundial, pero yo siempre digo que las crisis han de servirnos también para extraer consecuencias de futuro y debemos aprender de esta crisis, muchas cosas, pero yo les diría dos principalmente: una primera, la más importante, que la especulación no puede derogar a lo real, a la producción, a lo que tiene valor y, lo segundo, que la producción tiene que diversificarse. Vender valores que no lo son, es decir, vender humo y concentrarse excesivamente en una sola actividad traen desesperación y muchas veces, como han visto ustedes, dificultad para poder salir. Por eso estamos hablando de crear valor, de potenciar un valor real y de al mismo tiempo diversificar, generar riqueza y asentar la población en el territorio.

El empleo, este empleo del que estoy hablando, es el ancla, el ancla principal que va a permitir la modernización de nuestros pueblos, es una garantía de futuro, luchamos constantemente para que no se produzca ese desarrollo de los 60, que despoblada, que afinaba, que hacía de nuestras ciudades sitios inhóspitos y del medio rural lugares abandonados.

Por eso tenemos que luchar por el equilibrio, por el equilibrio y por anclajes.

Una comunidad como la andaluza es un continente y ustedes si se ponen a hablar de sus respectivos municipios, verán que muchos de ellos no se parecen en nada el uno al otro, unos son montañas, otros son valles, otros litoral, pero todos tienen muchas cosas en común, tienen riqueza en sus gentes, en su tradición, en su historia, en su cultura, en su patrimonio y en la igualdad de oportunidades.

Si se fijan también, y permítanme este inciso porque es un inciso interesante, los GDR, entre otras cosas, además de crear empresarios han favorecido y mucho la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el medio rural. A veces se sorprenden muchos que vienen desde el norte a Andalucía, de ver quizá uno de nuestros patrimonios más importantes; esa igualdad de oportunidades que había de empezar por donde empezó, por donde vive la población, donde más habita la población y donde menos esperanzas o expectativas teníamos pero más ganas de futuro teníamos, me refiero al medio rural.

La cultura es un valor, es un valor en sí mismo, es un valor porque además de ser capaz de generar riqueza, es un valor que transmite otros valores. La cultura es capaz de transmitir valores de convivencia, de ciudadanía, de cultura rica en variedad, de historia, por eso yo creo que la cultura es algo por lo que tenemos que seguir apostando, más allá de por su función de enriquecimiento pasivo, por su función, por su capacidad de creación activa de empleo, de industria o de, como suele decir el consejero, de la economía de la cultura que es algo mucho más que las industrias culturales, porque la cultura también genera una propia economía e, insisto, además de todo eso, es un vehículo fantástico para la igualdad de oportunidades y para la cohesión social.

No cabe ninguna duda de que la cultura acelera y promueve el desarrollo, por eso es parte fundamental de nuestra estrategia económica, es cierto que el medio urbano concentra poder mediático, una gran capacidad de difundir sus propias cosas, y que el medio rural tiene menos oportunidades de coger la palabra y de hacer oír la voz.

Por eso es tan importante que un gobierno y desde luego mi gobierno se preocupe fundamentalmente por el medio rural, porque, entre otras cosas, el medio urbano se lo busca, tiene sus propios medios más a la mano, mientras que el medio rural tiene más dificultades y por eso un gobierno tiene que estar, sobre todo, eliminando las dificultades.

Tenemos además que ser capaces de fortalecer el vínculo que hay, sin duda que lo hay, entre cultura, creatividad e innovación, es decir, la cultura no es algo del pasado, es algo con futuro y en esto siempre es importante el pensar que hemos de implicarnos todos, no solamente utilizando todos los medios para salir de la crisis, sino sobre todo para encontrar el nuevo modelo, o la nueva manera de hacer las cosas, que no nos haga caer en la crisis como caímos todo el mundo hace unos años.

La Comisión Europea vincula la existencia de infraestructuras culturales y el dinamismo de las industrias culturales locales con una mayor competitividad económica porque en ellas siempre se establece un entorno positivo para la innovación, por ello es fundamental valorar y promocionar los productos de la tierra, los que llamamos productos endógenos.

Se trata de generar una cierta oferta de bienes y servicios culturales, de calidad, que son auténticos, que son irrepetibles, que además tienen capacidad para competir y no solamente en mercados pequeños sino en un mercado globalizado, una oferta, además, que añada estrategias integradoras en el territorio, y aquí juega un papel muy importante el conocimiento y la difusión de nuestro patrimonio desde una perspectiva muy amplia que contemple, tanto el patrimonio material, como el que llamamos patrimonio inmaterial.

Quiero destacar, en este sentido, ese trabajo que realiza la Consejería de Cultura en el atlas del patrimonio inmaterial de Andalucía, una herramienta imprescindible para la documentación, para la conservación, para la difusión del patrimonio intangible de Andalucía.

De la cultura se dice que crea sentimiento de identidad común, quizá de pertenencia, nunca de contradicción, no hay una cultura del odio, es una perversión, cuando se utiliza la palabra cultura entre nosotros para hablar de la cultura del odio, del pelotazo, de la violencia, la cultura rechaza todo eso, la cultura puede dar una identidad común y un sentimiento de pertenencia, pero no un sentimiento de estar contra nada ni contra nadie.

El patrimonio cultural favorece por eso la creación de lazos sociales y hemos de fortalecer también la creación de lazos económicos en el territorio y en otros territorios.
De esta manera, la cultura se convierte en un elemento decisivo en el reto de consolidar una estructura económica, social y de servicios sólidos y estables en el ámbito rural.

Les decía antes, les hablaba de la marca cultural de Andalucía y cuando hablamos de esa marca cultural de Andalucía, permítanme que les diga, que es porque no tenemos una identidad única, lo grande de Andalucía, además de que es grande, es que tiene muchas marcas, muchos orígenes y que todos conviven en la marca Andalucía. Andalucía puede ser un sentimiento, es un sentimiento, pero además de todo ello, es variedad, es diversidad, hay muchas Andalucía en una sola Andalucía.

Por eso, esa riqueza cabe explotarla desde el territorio que es donde se adivina esa diferencia, donde se contempla mucho mejor la diferencia que puede existir entre una cultura y otra, entre lo romano y lo nazarí, por poner un ejemplo, pero entre otras muchas cultura que anidan y que viven, están en Andalucía.

Por eso me gustaría animar a todos los agentes económicos y sociales, al tejido asociativo, a las entidades financieras, a los emprendedores, a los profesionales, a los investigadores que también se puede investigar fuera del laboratorio, a las instituciones, a que continúen participando en todas las iniciativas y fundamentalmente en la iniciativa Lidera, para desarrollar proyectos que mejoren nuestra realidad a través de la mejora en nuestro patrimonio.

Nuestra apuesta, me han oído ustedes muchas veces, es una Andalucía sostenible, algo que se debe reflejar en todos los ámbitos pero que se puede ver como ejemplo, como paradigma en el ámbito rural.

En ningún otro momento, en ningún otro momento de la historia de España, las zonas rurales han contado con más políticas, con más fondos públicos para su desarrollo. En estos momentos se sitúan cerca de los 800 millones de euros, un desarrollo en el que hay que creer, yo siempre cuando hablo con el alcalde de Loja, con Miguel, le veo apasionado cuando habla de estos temas, es un convencido y un apasionado y a mí, he de decir que también me ha contagiado.

Es verdad que exija más la participación de todos los ciudadanos, porque las políticas realmente productivas son aquellas que hacen posible aprovechar al máximo las capacidades y los recursos de los pueblos, es decir, nuestro potencial cultural, la capacidad de nuestras gentes, su juventud o su vejez, su atrevimiento, su conservadurismo, pero sobre todo su fuerza creativa. El patrimonio rural es un pilar básico de la diversidad cultural andaluza, la cultura y el patrimonio de nuestros pueblos es nuestra riqueza.

Por ello es importante el fomento de todas las iniciativas que tiendan a difundirlo y sobre todo que tiendan a activar, y cuando digo a activar digo convertir lo que es importante, lo que es necesario, lo que es interesante, lo que la gente quiere conocer en una demanda de relevancia económica.

Las jornadas que ahora comienzan tienen, sin duda, ese objetivo, estamos hablando de Desarrollo Rural, mañana hablaremos de Plan Forestal, hay a quien no le gusta, hay a quien no le gusta que cree que todo el mundo se reduce al entorno de Sevilla, de la capital o de las capitales.

Hay un mundo que entendemos que está siendo, y lo tenemos aquí en Loja -que es casi el corazón de Andalucía- y donde podemos empezar a que se vea, no solamente a que se diga, qué es el modelo sostenible, la alternativa a un modelo depredador del capitalismo que ha arruinado a tantas familias, que ha destruido tantos sueños, que ha hundido a tanta gente y frente a eso la confianza en nosotros mismos, saber que la riqueza está aquí y que lo único que tenemos que hacer es no especular con la riqueza, sino potenciarla y darle valor añadido.

Yo les deseo a ustedes un buen trabajo y de nuestro saber hacer, de nuestros recursos específicos dependerá nuestro futuro.