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Intervención del presidente de la Junta en la entrega de los XXVI Premios Andalucía de Periodismo

12/12/2011
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Un año más nos reúne la entrega de los Premios Andalucía de Periodismo, que con esta edición superan su primer cuarto de siglo como referente del mejor periodismo de nuestra comunidad. Unos galardones, que me gustaría que fueran más significativos que nunca, ya que nos disponemos a despedir un año nada positivo para el noble oficio de informar.

Un mal año por la crisis económica mundial y, también, por esa otra crisis endogámica, de la propia profesión, derivada de la universalización de las tecnologías de la comunicación y las nuevas demandas informativas y de formato hoy posibles.

Esta doble crisis está precarizando la situación de miles de profesionales de la comunicación. Está alimentando su inestabilidad laboral, a la vez que acrecienta los riesgos de que el reflejo de la realidad que la sociedad recibe a través de los medios de comunicación sea cada vez más pobre.

El último Informe Anual de la Profesión Periodística, dado a conocer hace justo un mes, certifica, lamentablemente, que este 2011 ha sido con diferencia el peor año para el periodismo en España, con un 78% más de desempleados que en 2010.

Hace unos días, conocí a través de las redes sociales el caso de una joven periodista a la que le ofrecían escribir para una empresa cobrando 0,75 euros por artículo publicado. El hecho, denunciado ante la Asociación de la Prensa de Madrid y aireado como la pólvora en las redes sociales, se ha revelado como la punta de un iceberg de ofertas no menos esperpénticas como la de la televisión que busca reportero sin necesidad de que sea periodista, las páginas webs que ofrecen un euro a la semana por escribir, u otras empresas que ni siquiera ofrecen salario porque consideran que el profesional ya está pagado solo con situarlo en el mercado periodístico.

Es algo que esta sociedad no debe consentir, porque en la calidad de nuestros medios de comunicación reside en buena parte la calidad de nuestra democracia y nuestra libertad como ciudadanos. Y esa calidad se basa en la excelencia e independencia de sus profesionales: redactores, editores, redactores gráficos, operadores de cámaras, diseñadores, técnicos, redactores web, infografistas...

Por eso estos Premios Andalucía de Periodismo que hoy entregamos tienen más valor que nunca: por lo que representan, pero muy especialmente por lo que comportan de respaldo institucional a la profesión periodística. Una profesión que tiene obligatoriamente que salir a flote, que repuntar y rearmarse para no defraudar las exigencias del público, que no es ni más ni menos que la sociedad misma.

Como presidente de la Junta de Andalucía quiero reiterar nuestro compromiso con la dignificación de la profesión periodística y con la información independiente, plural y objetiva. Compromiso que no reside solo en el reconocimiento que suponen estos premios, sino que va más allá, vía ley, para dar respuesta a una tradicional demanda del sector: la constitución del Colegio de Periodistas de Andalucía.

El Gobierno andaluz ha pretendido así impulsar la mejora del estatus de la profesión periodística, reconocer la formación y el ejercicio acreditado del periodismo y evitar el indeseado intrusismo que tanto daño está haciendo a la calidad informativa.

La explosión de las redes sociales, que se han convertido en un incontrolable canal de información de difusión masiva, ha provocado que la función clásica del periodista como transmisor de información sea ocupada por cientos de miles de followers dispuestos a contar lo que sucede o no, allí donde estén o no. Determinar los límites entre el rigor periodístico y la saturación informativa que emana de las redes sociales, y otros medios digitales, será sin duda una interesante tarea a abordar por el Colegio de Periodistas Andaluces.

Nadie escapa al influjo de las denominadas redes sociales, que bien utilizadas ofrecen infinitas posibilidades de comunicación. De hecho, el Gobierno andaluz está incorporando paulatinamente las redes sociales a su dinámica de trabajo y a sus estrategias de comunicación, aprovechando la agilidad, fluidez y cercanía de estos medios.

Apostamos por un Gobierno abierto que tiene fijados varios hitos de importancia en fechas próximas: la nueva versión del portal de la Junta de Andalucía, un paso más en la estrategia progresiva de homogeneización y coordinación de la presencia de la Junta en Internet que ofrecerá más datos abiertos a los ciudadanos; la profundización en el servicio de imágenes para televisiones locales; o el BOJA electrónico, que permitirá la remisión telemática de documentos y la utilización de la firma electrónica.

La nueva estrategia integral de presencia de la Junta de Andalucía en internet va a aportar una nueva dimensión a nuestra relación con los medios de comunicación, con mayor transparencia y más accesibilidad a los datos para facilitar a sus profesionales la elaboración de informaciones.

Esto, sin duda, contribuirá a mejorar la relación, unas veces fluida, otras más complicada, entre dos colectivos condenados a entenderse: los periodistas y los políticos. El catedrático malagueño Bernardo Díaz Nosty, en su Libro negro del periodismo en España, nos dice que el primer mal que aqueja al periodismo es la estrecha relación entre políticos y periodistas. Y añade en su diagnóstico de la profesión otros males como la burbuja mediática y la burbuja académica.

Hay una paradoja que, por tanto, recorre la naturaleza de estos premios de periodismo. ¿Qué hace el poder político premiando a unos periodistas y qué hacen unos periodistas buscando ser premiados por el poder institucional? Resuelvo esa paradoja rápidamente: un jurado mayoritariamente integrado por periodistas es el que evalúa el trabajo de otros periodistas. No hay juicio más severo que el de quienes comparten el mismo código profesional. La prueba la tenemos, un año más, en esta edición.

De todo ello se colige que premiamos a quienes han sobresalido en su empeño por trazar un retrato de Andalucía, de su realidad, de sus ventajas y problemas, de sus aciertos y errores.

Damos por bueno el axioma de que lo que no aparece en los medios de comunicación no existe y son éstos los responsables, y vaya qué responsabilidad, de acometer a diario la compleja y delicada tarea de ir proyectando ante la sociedad el acontecer de Andalucía, de ir componiendo, tesela a tesela informativa, ese gran mosaico que cabe en sus ocho provincias y que, por aquello de la globalización, no puede limitarse a lo que acontece de Despeñaperros hacia abajo.

Y en este quehacer diario destacan, a tenor del veredicto del jurado, unos trabajos que son testimonio patente de que el buen periodismo siempre se abre paso.

Lo evidencia el especial publicado por el diario 'El País' para conmemorar el vigésimo aniversario de su implantación en nuestra comunidad y que simboliza su compromiso con Andalucía. Dos décadas de cita con los lectores y de compromiso por ofrecer un retrato fiel de Andalucía, con sus claroscuros.

Este cuadernillo, por utilizar la jerga periodística, tiene mucho de reivindicación de un lugar en la historia del periodismo impreso en Andalucía, hecha en gran parte por el empuje de cabeceras locales pero también de los grandes grupos de comunicación nacionales que descubrieron la necesidad de ocupar un espacio propio en un mercado potente y difícil como Andalucía. Potente porque somos la comunidad más poblada de España y difícil por la complejidad de lograr la vertebración informativa de un territorio extenso y poliédrico.

La vertebración informativa se conquista cuando el contenido que se ofrece al lector es común, es el mismo de un extremo a otro de Andalucía. Y ese mérito podemos atribuírselo, sin dudar, a la edición andaluza de El País. Enhorabuena a todo su equipo por estos veinte años de buen periodismo.

Felicidades también a Diario Jaén por una iniciativa que trasciende las fronteras del trabajo estrictamente periodístico y se adentra en la función social de los medios de comunicación. Una iniciativa que puso en marcha para chequear la vitalidad de un proyecto empresarial y periodístico que cumple 70 años.

El 12x12 de diario Jaén ha supuesto, entre otras iniciativas, llevar agua a una población de Kenia, promover el hermanamiento con Jaén de Bracamoros, una población peruana capital de la provincia de Jaén, o convocar a los jiennenses a hablar de Jaén e inundar el periódico con esos comentarios.

Es gracias a estos proyectos como el periodismos emerge como potente palanca de movilización social, de concienciación y de educación.

Felicidades, asimismo, a la Asociación de Emisoras Municipales de Andalucía, por su ambición de diseñar un informativo en cadena que demuestra una firme determinación, un objetivo estratégico que es a su vez el emblema de toda su programación.

Del lema de su web: "Un proyecto andaluz de comunicación para el emponderamiento ciudadano", nace una filosofía de trabajo, un modelo que es la información por la información, como servicio público, dejando por el camino otros aspectos como la pelea por las audiencias.

La EMA demuestra capacidad y empuje para superar las limitaciones técnicas y las dificultades de coordinar el trabajo de un equipo que trabaja en las diferentes provincias bajo la tutela de emisoras de titularidad municipal.

Felicidades al programa Parlamento Andaluz, de los Servicios Informativos de Canal Sur Televisión, por la emisión de un especial sobre la figura de Blas Infante con motivo del 125 aniversario del nacimiento de su nacimiento.

El programa aporta un completo tratamiento sobre la figura del padre de la Patria andaluza, que trae a la actualidad el perfil histórico de quien sembró los cimientos de nuestra autonomía política. Un tratamiento informativo ágil para abordar un periodo muy concreto de la historia andaluza que sigue estando muy presente en la actualidad.

Además del documento histórico que supone el programa, su narración se reforzó con el lenguaje de signos, garantizando de esta forma su máxima difusión.

Otra demostración, en definitiva, de la función social de los medios públicos, de la valía de sus profesionales, y de la necesidad de seguir apostando por medios de comunicación públicos como la Radio Televisión Andaluza.

Felicidades también a Juan Carlos Vázquez, redactor gráfico de Diario de Sevilla, por su capacidad para condensar en una imagen dos historias que transcurren en paralelo. Una es la historia del amor de una madre hacia un hijo que ha superado una intervención quirúrgica de envergadura.

Y la otra historia que refleja Juan Carlos Vázquez es el trabajo inconmensurable de los profesionales que propician el primer trasplante de cara de la sanidad andaluza.

Es una imagen de gran valor pedagógico (de lo micro y de lo macro) ya que va desde una historia personal al retrato de unos servicios públicos sanitarios que ofrecen un hito dentro de su cartera de servicios a la sociedad.

Estos servicios sanitarios públicos, de vanguardia, innovadores, son fiel reflejo de la realidad actual de Andalucía.

Enhorabuena a Ideal.es por su especial sobre Luis Portero. Ahora que estamos asistiendo al final del episodio más negro que han teñido de sangre el impecable tránsito de España desde la dictadura hacia la democracia, el terror de ETA, cobra una dimensión mayor este trabajo presentado por la web de Ideal.

La memoria es frágil y selectiva y tiende a arrinconar los episodios más dolorosos. Este trabajo de Ideal.es es un monolito multimedia a la memoria del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, una década después de ser asesinado por ETA.

Un trabajo sólido, un producto sensible e inteligente, que sirve de testimonio contra el olvido, posiblemente en uno de los ejercicios más nobles que se puede aguardar del periodismo.

Éste es el balance de la XXVI edición de los premios Andalucía de Periodismo. Ahora toca alzar la vista y pensar en la próxima edición, la XXVII, que servirá de tribunal sobre los trabajos que se han difundido en este ejercicio 2011.

Quisiera concluir con una llamada a la participación porque si este premio sigue vivo, más allá del soporte económico, es gracias al esfuerzo de los muchos profesionales del periodismo que lanzan su candidatura a estos premios. Sin el concurso de los periodistas estos premios perderían su sentido.

Al igual que pierde su sentido el periodismo que no busca informar, o conformar opinión, sino manipular y acomodar el sentir ciudadano a los intereses de unos pocos. En estos meses son muchas las ocasiones en que me habréis oído decir que esta crisis debe sacar lo mejor de nosotros mismos, que es el tiempo de la Política con mayúsculas.

Pues bien, el periodismo, como fiel reflejo de lo que acontece, también debe esforzarse por salir de la crisis de identidad y de reputación que lo atenaza, como a la política, y que lo denigra ante los ojos de los ciudadanos. Es el momento del Periodismo con mayúsculas, y los premiados de hoy marcan el mejor camino a seguir.