Los ejemplares se seleccionan siguiendo criterios como la cantidad y calidad de leche.
Miembros de la Asociación de Criadores de la raza caprina payoya eligen a sementales payoyos para su envío al Ifapa, teniendo en cuenta una serie de criterios productivos como cantidad y calidad de leche, rendimiento quesero de los padres y madres o incluso de abuelos y abuelas, así como determinadas características morfológicas.
Para desarrollar la inseminación artificial, técnicos del Ifapa han preparado un sistema de trazabilidad que permite realizar un seguimiento minucioso del esperma producido, desde su colecta en el centro hasta el momento de inseminación en la explotación. Los sementales ingresan con cuatro, cinco o seis meses de edad para someterse, en la zona de cuarentena, a los controles sanitarios pertinentes. En concreto, se chequean de brucelosis, tuberculosis, paratuberculosis, virus de artritis y encefalitis caprina, enfermedad de Border y agalaxia contagiosa.
Posteriormente, pasan a la fase de entrenamiento, donde se ejercitan con ayuda de una vagina artificial para recoger muestras de semen dos veces a la semana. Cuando las extracciones son regulares, se analiza la calidad seminal y, en el caso de machos aptos, se congelan y conservan en nitrógeno líquido, hasta almacenar 1.000 dosis por semental, que son enviadas a la asociación de criadores de la raza caprina payoya.