Málaga entra en la historia de al-Andalus el año 713, en unmomento de crisis comercial, figurando
desde fines del siglo IX como capital de la
cora
o provincia de
Rayya
. En la primera mitad del siglo
XI
Malaqa
es sede del efímero Califato hammudí, muy vinculado al Magreb, pasando luego a
estar controlada por la taifa zirí de Granada. El auge de Málaga se produce a partir del siglo XII
con la llegada de los almohades, cuando experimenta una importante remoción urbana.
Bajo los Nazaríes, Málaga se convierte en el gran puerto del reino de Granada, con una
actividad mercantil de alcance internacional en la que participan de manera muy intensa los
genoveses. Los productos con denominación de origen
Malaqa
o
Maliqa
, como la cerámica
dorada o los higos secos, le dan gran celebridad no sólo en el ámbito islámico, sino también en el europeo. La población
mantendría su pujanza hasta la conquista por los Reyes Católicos en 1487.
La ciudad andalusí llega a formar un amplio entramado cuyo núcleo es la
medina
amurallada, en la que resaltan la
mezquita mayor, en el solar de la catedral, y las atarazanas, junto al puerto. Flanqueada por un arrabal al norte, se extiende
entre la Alcazaba, la fortaleza donde reside el poder político, al pie del castillo de Gibralfaro, y el
Wadi l-Madina
, “el río de
la ciudad”, dotado de un puente que conecta con otro arrabal en la orilla opuesta. La ingente demanda de agua para una
población de tal envergadura (consumo doméstico, baños, mezquitas, industrias…) se cubre sobre todo mediante pozos
y aljibes, evacuándose los vertidos por una red de alcantarillado.
Malaqa
andalusí
Cerámica de Málaga de
reflejo metálico con una nave
portuguesa y peces, mediados
del siglo XV. Victoria and
Albert Museum.
Dinar de oro de
la ceca Madinat
Malaqa, siglo XI.
A la izquierda,
corán manuscrito en
pergamino, hallado en
Cútar, época almohade,
siglo XIII. Archivo
Histórico Provincial de
Málaga.
A la derecha, entrada de
la Alcazaba de Málaga,
en una litografía de
mediados del siglo XIX.
Pieza cerámica de cuerda seca
conocida como “orza de los leones”,
hallada en la Alcazaba, siglos XI-XII.
Museo de Málaga.
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] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D
MÁ L A G A I N D U S T R I A L Y P O R T U A R I A . 1 8 8 0 [
25
]
El poblamiento se multiplica por el
valle del Guadalhorce, convertido en
un vergel de frutales y hortalizas hacia
Qartima
(Cártama) y Coín.
Entre los montes y las vegas
prosperan los secanos, con
almendros, vides, olivos,
higueras y cultivos herbáceos.
Las huertas forman un cinturón
verde alrededor de
Malaqa
.
Suponen un cambio cualitativo
en el paisaje, con nuevas
especies traídas de Oriente.
La
medina
está delimitada en
su mayor parte por elementos
acuáticos: al sur, el mar; al
oeste, el Guadalmedina, y
al norte, el foso, utilizado
también como alcantarilla.
Fuera de la
medina
hay dos
arrabales, amurallados:
Funtanalla
,
al norte, donde abundan los
alfares, y
al-Tabbanin
, o “de los
mercaderes de paja”, al otro lado
del Guadalmedina.
La mayor parte del agua potable
se obtiene de una multitud de
pozos excavados en los terrenos
aluviales cada vez más extensos.
Las necesidades funcionales y rituales
de baños y mezquitas trazan una densa
geografía del agua en
Malaqa
.
Se realizan repetidas obras en la muralla y
las fortalezas de la Alcazaba y Gibralfaro,
que se conectan entre sí en el siglo XIV.
Una franja de terreno discurre al pie
de los promontorios de la Alcazaba y
Gibralfaro, que ya han dejado de ser
acantilados marinos vivos.
El comercio marítimo se sustenta en
productos de la tierra, como higos,
pasas o azúcar, y manufacturas de lujo,
como tejidos, sedas y cerámica.
Málaga comercia tanto con el
mundo musulmán del norte
de África y Oriente como con
tierras cristianas, sobre todo a
través de los genoveses.
Junto al puerto están las atarazanas,
edificio para construcción naval y
arsenal de origen al menos almohade
muy reformado por los Nazaríes, que le
añaden una gran portada.
La colmatación de los
estuarios prosigue,
aunque desde el
Guadalmedina al
Guadalhorce persisten
los humedales.
La costa se eriza de
torres y enclaves
defensivos, como
el castillo de
Sohail
(Fuengirola).
En dirección al Guadalhorce (
Wadi
l-Kabir
) se desenvuelve un rico
espacio agrario poblado de almunias,
alquerías, molinos y huertas.
La agricultura de regadío, de honda tradición
en la cultura musulmana, se extiende por
la hoya de Málaga, surtiéndose del agua de
arroyos, norias y pozos.
Pileta de abluciones de una mezquita
malagueña, siglo XIII. Museo de Málaga.