Javier Bozalongo

Granada

(Tarragona, 1961). Ha publicado los poemarios Líquida nostalgia (2001), Hasta llegar aquí (2005), Viaje improbable (2008, Premio Surcos de Poesía), La casa a oscuras (2009, Accésit del Premio Jaime Gil de Biedma) y Todas las lluvias son la misma tormenta (Libros del Aire. Santander, 2018, Premio Blas de Otero de Majadahonda) publicado en Italia por Raffaelli Editore, con traducción de Giovanni Darconza. Antologías de su obra han aparecido en Costa Rica, México, Ecuador y Argentina. En 2016 publicó su primer libro de relatos, Todos estaban vivos (Esdrújula Ediciones). En 2017 publicó el libro de aforismos Prismáticos (Trea Ediciones, Gijón) y en 2019 Cóncavo y Convexo (escrito “a dos voces” con Carmen Canet). Su último libro de poemas es Este país, publicado en la colección Juancaballos de Poesía. En 2021 ha publicado la plaquette Los días generosos dentro de la colección Nexos de Sonámbulos Ediciones, así como el libro de haikus Todo es azar, publicado por el C. Cultural Generación del 27, de Málaga.


Localidad Residencia: 

Obras:

'Todas las lluvias son la misma tormenta' (Editorial Libros al Aire) ha sido galardonado con el XXVIII Premio de Poesía Blas de Otero que impulsa la Concejalía de Educación, Cultura y Juventud del Ayuntamiento madrileño de Majadahonda.

Digo que el poemario es una «celebración de la experiencia» no tanto por la corriente estética de la que Bozalongo participa sino también y sobre todo por lo que tiene de revisión vital y ajuste de cuentas con uno mismo. Ya en el título se advierte esa suerte de sentencia, esa deriva natural hacia el resumen de quien, como decía Cervantes, «viaja mucho y lee mucho». Sólo quien ha estado sin paraguas debajo de numerosos aguaceros puede saber que todas las lluvias son la misma tormenta.

ALEJANDRO PEDREGOSA

Los Diablos Azules - InfoLibre

 

Ocho años después de que viera la luz su última entrega, “La casa a oscuras”, el lector hallará entre estas páginas un cartografía vital donde alma y cuerpo pugnan por ganar su particular batalla. Ya refería Aristóteles en su “Moral a Nicómaco” que “Los padres y los dioses nos han hecho el mayor de los beneficios, porque son los au- tores de nuestra existencia”. Y desde esa intimidad, desde esos lazos sólidos que abundan en la múltiple unicidad del ser, pa- recen vertebrarse buena parte de estos poemas que cantan y cuentan de lo cotidiano y lo nostálgico, de lo verdadero y lo anhelado.

JORGE DE ARCO

Granada Cultural

 

 Desde el despertar de su escritura, Javier Bozalongo muestra su sensibilidad desde una estética de línea clara, un decir contenido y sereno que hace del intimismo y de la temporalidad núcleos argumentales básicos. Quien ocupa el mirador del poema siente la necesidad de pensarse a sí mismo y recubre los enunciados con una cálida dermis emotiva.

 Todas las lluvias son la misma tormenta muestra un avance orgánico dual, cuya primera sección sitúa como preludio unos versos elegíacos de Miquel Marti i Pol, magisterio atemporal de la lírica reflexiva. La palabra responde a la necesidad de cuestionamiento y sentido de un transitar por el ahora que convierte ilusiones y sueños en papeles amarillos, en viejos recuerdos enmohecidos por lo innecesario.

 

 

JOSÉ LUIS MORANTE

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Poesía

La realidad está hecha de pequeñas esquirlas y en Nombrar la herida Javier Bozalongo las hace visibles con una naturalidad y una crudeza admirables. Retorcer el lenguaje para que esa realidad salga a flote no es una tarea sencilla, sin embargo, Bozalongo nos conduce de la mano y nos insta a caminar a través de las vidas de más de una quincena de mujeres cuyos destinos, además de dolorosos, resultan admirables por la humanidad con la que el autor nos las presenta. “A veces no es preciso añadir leña al fuego / para que el humo cubra el cielo del futuro”, casi nos grita Mathilde. Y es precisamente ese humo el que Nombrar la herida pretende disipar. Y lo consigue. Porque en muchas ocasiones, si no somos capaces de desenredar los nudos del presente, se hace necesaria una voz que los encarne. Una voz que, a su vez, resucite el silencio y nos devuelva a todos la memoria.

Poesía
Adulto

Desde Platón y antes, el diálogo ha sido fuente de literatura reflexiva. Lo que uno dice estimula la respuesta del otro, y viceversa, aguzándose la inteligencia en esas justas dialécticas. Así, muchos de los mejores poemas de Shakespeare son los toma y daca de los personajes de sus obras de teatro. Carmen Canet y Javier Bozalongo han compuesto aquí un libro de aforismos que, en un momento en que estos proliferan, no es una colección más. Aporta una danza y contradanza de la que brotan muchas chispas, como de piedras que se frotan. Cada voz matiza la otra, sin que nunca sepamos quién dice qué, en un dual anonimato. El lector está de acuerdo con uno o con el otro, o con ninguno o con los dos. Antonio Machado escribió en Los complementarios: «Nunca estoy más cerca de pensar una cosa que cuando he escrito la contraria».

Antonio Rivero Taravillo

 

Adulto