Teatro “Mínimo”, no tanto por la extensión de las piezas como por su faceta de búsqueda de lo esencial que subyace a cualquier representación (o presentación) teatral, la búsqueda de la porción más pequeña provista de significación escénica. En este sentido, esta propuesta cobra su mayor sentido y pertinencia, marcada indefectiblemente por la necesidad de mantener viva una voz que desde las instituciones se ha querido silenciar sin descanso, ahora que prohibir y censurar se vuelve tan poco democrático y políticamente incorrecto. En este contexto, Teatro Mínimo arranca con una premisa temática que define la circunstancia social a la que debe, probablemente, su razón de ser. Las piezas, como suele ser habitual en el teatro andaluz, respiran una gran variedad de estilos y personalidades y un componente de riesgo que demuestra lo valiente y comprometido de nuestra dramaturgia. Una vuelta al teatro en estado puro, con imaginación, de riesgo, cercano, y necesario.