Buenas prácticas en casa, en la comunidad de vecinos y el barrio

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Grifo abierto corriendo agua

Buenas prácticas medioambientales: ahorra energía, disminuye el consumo de agua y gestionan adecuadamente tus residuos

La incorporación del PC a la vida doméstica y el traslado de actividades de estudio o de trabajo a la vivienda han convertido a los ordenadores en unos componentes comunes de nuestros hogares. Según una encuesta realizada por el INE, en el 81,4% de los hogares con al menos un miembro de 16 a 74 años dispone de algún tipo de ordenador (de sobremesa, portátil, tablet…).

A continuación, encontrarás buenas prácticas para reducir el consumo en estos  productos:

  • Las pantallas planas (TFT y LCD) son más eficientes energéticamente y cansan menos la vista que los monitores convencionales (CRT). De hecho, actualmente,  al comprar un nuevo equipo de sobremesa generalmente nos lo ofrecerán con monitores TFT, la opción más extendida.  No obstante, cuando cambies de monitor plantéate adquirir uno de pantalla plana de tipo LCD, porque son los más eficientes al consumir una media de entre 50 y 70% menos energía en modo encendido que el monitor convencional.  Esto puede suponer un ahorro de hasta 20 euros anuales y de hasta 100 euros a lo largo de la vida útil del monitor (dependiendo de la tasa de factura eléctrica)
  • Puedes modificar la configuración del sistema de ahorro de energía de tu ordenador. Ten en cuenta que puede variar según el sistema operativo, pero a grandes rasgos, puedes ajustar el periodo de tiempo que trascurra hasta el paso automático al modo de hibernación o suspensión, el apagado del ordenador, y el del monitor. Respecto al monitor, ajusta el salvapantallas para que se active a los 10 minutos de inactividad, y recuerda que el único que ahorra energía es negro sin imágenes. La mayoría de los ordenadores utilizan el doble de energía habitual para activarlo. Ten en cuenta que un monitor gasta un 70% del consumo energético total del equipo, usando de media 60W cuando está encendido, 6,5W en modo de espera y 1W apagado.
  • Reducir el uso de papel en la impresión (piensa que cada tonelada de papel que se recicla evita que se talen 3,14 toneladas de árboles y se consuman algo más de 0,5 toneladas equivalentes de petróleo. Además, teniendo en cuenta el ciclo total de fabricación, la incorporación de fibras recicladas en lugar de la utilización de fibras vírgenes, supone emitir un total de 1,5 toneladas de CO2 equivalente menos por cada tonelada de papel producida). Para  reducir:
    •  Imprime a dos caras o en folios usados por una cara y emplea el papel reciclado mayoritariamente. Actualmente el coste de un paquete de papel blanqueado es el mismo que el reciclado y no da problemas en las impresoras domésticas o de oficina. Los posibles problemas en la impresión suelen darse cuando en una misma máquina se utilizan papeles con distinto gramaje y calidad, no depende del tipo (blanqueado o reciclado).
    • También puedes ajustar los márgenes, el tamaño de letra o incluso imprimir varias páginas por hoja, sobre todo en el caso de archivos con mucho espacios en blanco (por ejemplo presentaciones). En cualquier caso, se trata de adaptar la calidad del papel al uso que se va a hacer, por ejemplo, utiliza papel usado por una cara para documentos a borrador y papeles de más alta calidad para impresiones con fotografías o presentaciones.
  • Cuando cambies de equipo asegúrate de que posea certificado "Energy Start", pues cuando un ordenador está calificado con dicha etiqueta, es responsable de hasta un 70% menos de emisiones de CO2, derivadas del consumo eléctrico, en comparación con uno convencional que no cuente con un sistema de ahorro de energía. En cualquier caso ten en cuenta que los portátiles, aunque un poco más caros,  son más cómodos y eficientes que los de mesa. De la misma forma, cuando cambies de impresora, adquiere una con el mismo certificado "Energy Star"; que son un 25% más eficientes energéticamente que las convencionales y cuestan aproximadamente lo mismo. También puedes preguntar por el consumo en tinta o toner y su compatibilidad con recambios recargables. Y, por supuesto, comprueba que permita la impresión a dos caras.
  • Una forma fácil de ahorrar energía es conectar varios equipos y periféricos (monitor, CPU, impresora,etc.) a un mismo ladrón con interruptor. De esta forma con un simple gesto te asegurarás de apagarlos todos cuando termines de utilizarlos.
  • Si haces una parada, deja descansar a tu equipo. Para períodos cortos de tiempo puedes apagar tan sólo la pantalla, de esta forma ahorrarás energía y al volver a encenderla no tendrás que esperar a que se reinicie el equipo.
  • Para reducir el consumo de tinta y tóner a la hora de imprimir, activa el modo de impresión económica o ecológica de tu impresora. También puedes utilizar cartuchos de tinta recargable. Son un poco más caros pero a la larga salen más rentable. Pruébalos.

Los electrodomésticos son los aparatos electrónicos de mayor extensión y se estima que suponen el 20% del consumo total de energía de una vivienda. Por ello es crucial prestar especial atención a las propiedades técnicas de los productos que vayamos a comprar y realizar un uso adecuado y responsable de los mismos. En este apartado encontrarás consejos útiles para reducir el consumo de tus electrodomésticos:

Consejos Generales

  • Desenchufa el cargador del móvil cuando no lo uses. El cargador consume aunque no esté conectado al teléfono. Se estima que, si el cargador se deja siempre enchufado, se desperdicia el 95 % de la energía necesaria para cargar el teléfono.
  • Una buena idea es conectar algunos equipos (televisor, cadena musical, vídeo y DVD, decodificador digital, amplificador de antena) a "ladrones" o bases de conexión múltiple con interruptor. Al desconectar el ladrón, apagaremos todos los aparatos a él conectados y podemos conseguir ahorros superiores a 40 euros anuales.
  • Desconecta completamente los aparatos eléctricos cuando no vayan a ser utilizados durante largos períodos de tiempo y, especialmente, durante los viajes de fin de semana o en vacaciones. Cuando se quedan en stand by (con el piloto rojo encendido) siguen consumiendo energía inútilmente, llegando a suponer hasta el 10% de la factura de la electricidad, como el vídeo, el DVD, la televisión, los decodificadores y los cargadores de móviles. Por ejemplo, un televisor en stand-by utiliza un 15% de la energía que se consumiría estando encendido.
  • Optimiza el uso de tus aparatos eléctricos. Ten siempre presente que, salvo las aspiradoras, aquellos electrodomésticos que se limitan a realizar alguna acción mecánica son los que menos energía gastan. Sin embargo, aquellos que requieren de un aporte o disminución del calor son los que requieren de mayor energía para su uso.
  • Plantea la posibilidad de instalar placas solares para la obtención de agua caliente sanitaria. Estos colectores solares pueden suministrar entre el 60 y el 70% del agua caliente que necesita un hogar medio. A la larga te será mucho más rentable y amortizarás tu inversión. Infórmate.

Compra

  • Compra preferentemente electrodomésticos que se conectan a la red frente a los que funcionan con pilas, estos últimos consumen mucha más energía. Si sólo tienes acceso a los que funcionan con pilas, al menos cárgalos correctamente (preferiblemente utiliza pilas recargables) y desenchúfalos tan pronto se recarguen. Deséchalos en un punto limpio cuando dejen de funcionar.
  • A la hora de comprar un electrodoméstico, elige uno que tenga etiqueta energética de clase A. La etiqueta energética nos permite saber cuánta energía va a consumir un electrodoméstico a lo largo de su vida útil. Un aparato de clase A+ llega a consumir un 70% menos de energía que otro de clase G. No elijas aparatos más grandes y potentes de lo que realmente necesitas, estarás tirando el dinero y malgastando energía.

Frigorífico

  • Comprueba que las puertas del frigorífico cierran correctamente y ábrelas tan sólo el tiempo necesario, sobre todo en verano. Unos pocos segundos bastan para perder todo el frío acumulado.
  • La eficiencia energética del frigorífico depende en gran medida de dónde lo coloques. Por un lado mantenlo unos 15cm separado de la pared para que la parte de atrás esté bien ventilada. Por otro lado, si lo colocas en un lugar fresco alejado de fuentes de calor como el horno, la cocina o los rayos de sol directos, se puede evitar la emisión de hasta 150 kg de CO2/año. Cuando están expuestos a una temperatura de 30-35 ºC trabajan más tiempo para mantener la temperatura baja y el consumo de energía se multiplica casi por dos y determina unas emisiones extra de 150 kg de CO2 al año en el caso de una nevera y de 320 kg en el de un congelador, comparado a su traslado a un lugar situado a 20 °C.
  • La limpieza exterior del frigorífico también importa. Limpia el serpentín una vez al año siguiendo las especificaciones del fabricante. De esta forma facilitarás el intercambio de calor y necesitará menos energía para enfriar lo mismo.
  • Nunca metas los alimentos calientes directamente en el frigorífico, déjalos que se enfríen primero. Ahorrarás energía. Y si tienes que sacar comida del congelador para el día siguiente, mételo en el compartimento de refrigerados, en lugar de hacerlo en el exterior. Así tendrás ganancias de frío gratuitas.
  • Ajusta el termostato para mantener una temperatura de 6ºC en el compartimento de refrigeración y de -18ºC en el de congelación. Cada grado que reduzcas la temperatura, aumentará, innecesariamente, un 5% el consumo de energía.
  • Si se forma escarcha en el congelador, descongela antes de que la capa de hielo alcance 3 mm de espesor: podrás conseguir ahorros de hasta el 30%.
  • Si te ausentas de casa por más de dos semanas, sería buen momento para realizar la limpieza de la nevera y el congelador, de esta manera puedes dejarlos desconectados y evitar el consumo y la emisión innecesaria de CO2. Recuerda que este electrodoméstico supone el 21% del consumo eléctrico del hogar

Cocina

  • Las placas de vitrocerámica que no son de inducción pueden ser apagadas antes del tiempo previsto y terminar de cocinar con el calor residual. Acostúmbrate a apagarla un poco antes de terminar y ahorrarás energía.
  • No desperdicies el calor; utiliza cacerolas y sartenes con una base ligeramente superior a la de la placa o el fogón. Habitúate a poner la tapa a los recipientes que utilices para cocinar y utiliza sólo el agua justa para hervir los alimentos. Aprovecharás mejor la energía empleada y cocinarás más rápido.
  • Es fundamental que los materiales de los que están hechas las ollas o sartenes sean buenos conductores del calor y que lo acumulen, como el acero o el hierro. Una muy buena opción son las ollas rápidas y las ollas a presión, al no dejar escapar el vapor de agua te permiten cocinar más rápido, ahorrando tiempo y energía
  • Recuerda que no es necesario precalentar el horno para cocciones superiores a una hora. Aprovecha su capacidad al máximo y cocina el mayor número de alimentos posible de una vez.
  • Ten en cuenta que utilizar el microondas en lugar del horno puede suponer un ahorro de entre el 60 y 70% de energía y, por supuesto, un ahorro considerable de tiempo.
  • Evita abrir la puerta del horno innecesariamente. Cada vez que la abre se pierde, como mínimo, el 20% del calor acumulado en su interior. Y no olvides apagar el horno un poco antes de finalizar su cocción, el calor residual será suficiente para acabar el proceso.

Lavaplatos

  • Lavar a mano con agua caliente puede resultar hasta un 60% más caro que hacerlo con un lavaplatos moderno a plena carga. Pero no pongas el lavavajillas en marcha hasta que no esté totalmente lleno, ni lo cargue en exceso, porque si no probablemente tendrás que volver a lavar.
  • Utiliza los programas cortos o económicos si necesitas lavar la vajilla con el lavavajillas a media carga. Y si has de aclarar la vajilla antes de meterla en el lavaplatos, utiliza agua fría.

Lavadora

  • La mayor parte de la energía que consumen (entre el 80 y el 90%) se utiliza para calentar el agua, por lo que es muy importante lavar la ropa, siempre que se pueda, con los programas de baja temperatura o en frío. El ciclo de lavado a 90ºC consume casi el doble de energía que el de 60ºC. Si quieres lavar con agua caliente, puedes optar por lavadoras de modelo bitérmico, que presentan dos tomas de agua, una de ellas conectada directamente al circuito de agua caliente sanitaria, evitando de esta manera el gasto de energía en calentar el agua de lavado.
  • Procura poner la lavadora sólo a plena carga y con programas económicos. Recuerda que un lavado a carga completa consume menos energía y agua que dos lavados a media carga. Limpia periódicamente su filtro para que trabaje mejor.

Secadora

  • Si tienes opción, tiende la ropa para que se seque. Las secadoras tienen un consumo elevado de energía. Un hogar de cuatro personas que no utilice la secadora ahorrará 480 kilovatios hora – y 300 kilos de CO2 – anualmente. Se estima que cada ciclo de secado produce unos 3 kg de emisiones de CO2.
  • Si utilizas la secadora, centrifuga la colada previamente y, hazla trabajar a plena carga. Aprovecha al máximo la energía que empleas.
  • A la hora de utilizar la secadora ten en cuenta que la ropa pesada se secará mucho antes que las prendas de algodón, no las metas juntas en la secadora. Y sobre todo utiliza el sensor de humedad para evitar que se seque la ropa excesivamente. Ahorrarás tiempo y energía.
  • Una forma de mejorar el rendimiento de tu secadora y evitar averías es limpiar el filtro periódicamente y revisar el orificio de ventilación procurando que no esté obstruido.

La iluminación supone un 12% del total del consumo energético de un hogar, y es un ámbito en el que con sencillas medidas de actuación, obtendremos resultados rápidos y directos, porque el coste de la inversión es mínimo o a veces inexistente. Además de preservar el medio ambiente y disminuir el consumo de electricidad (y, por tanto, las emisiones de CO2 que ello implica), también conseguiremos un ahorro económico.

Distribución de la iluminación

  • Adapta el tipo de iluminación a cada espacio según las necesidades. Si hay luces que sueles dejar encendidas durante periodos prolongados, como el recibidor, un pasillo, la cocina, etc., es muy recomendable que pongas bombillas de bajo consumo, notarás enseguida el ahorro.
  • Opta por una iluminación localizada con interruptores independientes para iluminar zonas diferenciadas, obtendrás habitaciones mucho más confortables y reducirás el consumo. Por ejemplo, si el pasillo está dividido en varios tramos cada uno con una lámpara y sólo quieres acceder a una parte, no será necesario que se ilumine entero.
  • En zonas de paso que requieren constantes encendidos y apagados como los pasillos y zonas comunes es recomendable usar controladores de presencia (los puedes encontrar desde 30€) y lámparas de tipo electrónico en vez de las "compactas" ya que éstas últimas ven considerablemente reducida su vida útil con el número de encendidos.

Luz Natural

  • Aprovecha al máximo la luz natural, reorienta si es posible los muebles de modo que las áreas que demanden más iluminación, como la zona de lectura, estén más próximas a las ventanas y mantén subidas las persianas hasta que haya luz natural. Necesitarás menos luz artificial y cansarás menos la vista.
  • Cuando pintes tu casa utiliza colores claros en las paredes porque aprovecharás mejor la iluminación natural y necesitarás menos iluminación artificial.
  • Reduce al mínimo la iluminación exterior y ornamental. Para las zonas ajardinadas, en las paredes exteriores, o en las áreas cercanas a la piscina, puedes instalar lámparas alimentadas con energía solar que crean un ambiente más acogedor y no consumen electricidad. Existe una gran variedad en el mercado, infórmate.

Lámparas y bombillas

  • Apaga las luces cuando no las necesites. Apagar 5 luces en pasillos y habitaciones de la casa cuando no las necesitas puede suponer un ahorro de 60 € al año y puede evitar unas emisiones anuales de 400 kg de CO2.
  • Limpia periódicamente las lámparas y pantallas, a menudo el polvo que se acumula en ellas hace disminuir su efectividad y necesitarás encender más bombillas para alcanzar la misma intensidad lumínica.
  • Utiliza bombillas de bajo consumo (lámparas fluorescentes compactas), por dos factores fundamentales. Reducirás hasta en un 70 - 80% el consumo de electricidad y las emisiones de CO2, en comparación con las bombillas comunes (las incandescentes) porque una de bajo consumo con 18 W proporciona la misma iluminación que una bombilla común de 100 W. Y el otro factor esencial a tener en cuenta es su larga duración: 8 veces más, de 8.000 a 15.000 horas en algunos modelos, frente a las 1.000 horas de las bombillas incandescentes tradicionales. Las bombillas convencionales, son muy poco eficientes pues tan sólo el 5-20% de la energía que consumen se destina a la iluminación, mientras que el 80-95% restante se transforma en calor y radiación no visible.
  • Recuerda que la eficacia luminosa de una lámpara es la cantidad de luz emitida por unidad de potencia eléctrica (W) consumida. Se mide en lúmenes por vatio y permite comparar la eficiencia de unas fuentes de luz con respecto a otras. La eficacia luminosa de las bombillas incandescentes se sitúa entre los 12 y los 20 lúmenes/vatio, mientras que para las lámparas fluorescentes va desde los 40 a los 100 lúmenes/vatio.
  • Frente a una bombilla convencional de 100 W, una bombilla equivalente de bajo consumo (20 W) evita, a lo largo de su vida útil, la emisión a la atmósfera de casi media tonelada de CO2, supone un ahorro de energía de 640 kWh y de 72 € en la factura eléctrica. Así pues, si por ejemplo, en todos los hogares españoles sustituyéramos una bombilla de 60W por otra fluorescente de 11W durante tan sólo 1 hora a lo largo de todo el año, ¡entre todos evitaríamos la emisión de 172.800 toneladas de CO2 a la atmósfera y nos ahorraríamos 24,17 millones de euros tan sólo en la factura de la luz!

Un buen sistema de aislamiento en las viviendas y la elección adecuada de sistemas y aparatos han de tenerse en cuenta para garantizar un rendimiento óptimo y un consiguiente ahorro de energía en la climatización del hogar.

Aislamiento

  • Para tapar las rendijas de los marcos de las ventanas y puertas o del cajetín de la persiana, y con ello disminuir las filtraciones de aire, puedes emplear medios sencillos y baratos como la silicona, la masilla o el burlete. Ahorrarás entre un 5% y un 10% de energía. Si quieres saber dónde se producen filtraciones de aire, haz el siguiente experimento: en un día de mucho viento, acerca una vela encendida junto a ventanas, puertas, conductos, o a cualquier otro lugar por donde pueda pasar aire del exterior y cuando la llama oscile habrás localizado un punto donde se producen filtraciones de aire.
  • Utiliza láminas adhesivas de material plástico transparente para pegarlas a marcos y acristalamientos. Así disminuyes de forma considerable las pérdidas de calor (si se colocan en el interior) o las ganancias (si se colocan en el exterior).
  • Si tienes chimenea, cierra el tiro de la misma cuando no la estés usando.
  • Haz buen uso de sistemas pasivos de protección frente a la radiación solar: toldos, persianas, cortinas y ventanas. Si cierras las persianas y corres las cortinas por la noche evitarás importantes pérdidas de calor en invierno. Y en verano, instalando un toldo o cerrando las persianas lograrás reducir el calentamiento de la vivienda. Bloquear la entrada de rayos solares permite ahorrar hasta un 20 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el uso de equipos de aire acondicionado.
  • El calor que se va por las paredes, el tejado y el suelo suele suponer más del 50% del calor perdido en todo el espacio;
  • Una capa de 3 cm de corcho, fibra de vidrio o poliuretano tiene la misma capacidad aislante que un muro de piedra de un metro de espesor. Si lo instalas, evitarás las pérdidas de calor por las paredes y a la vez actúa como pantalla insonorizadora.
  • Si vives en una casa particular, ten en cuenta que la cubierta supone la mayor superficie de intercambio de calor entre el interior y el exterior: es por donde se pierde o gana más calor, si no está bien aislada.
  • Respecto al suelo, si colocas alfombras en invierno puedes evitar hasta un 30% de pérdidas de calor.
  • Aísla los focos indirectos de calor para evitar pérdidas: la caldera de agua caliente mediante una funda, y las tuberías de la calefacción central.
  • El aislamiento térmico de una ventana depende de la calidad del vidrio y del tipo de marco.
  • Durante el invierno, a través de un cristal simple se pierde, por cada metro cuadrado de superficie, la energía contenida en 12 kg. de gasóleo. Sin embargo, si colocas sistemas de doble cristal o doble ventana puedes reducir prácticamente a la mitad la pérdida de calor con respecto al acristalamiento sencillo y, además, disminuyen las corrientes de aire, la condensación de agua y la formación de escarcha.
  • En cuanto al tipo de marco, son de destacar los de perfiles de aluminio con rotura de puente térmico, que contienen material aislante entre la parte interna y externa del marco. Será necesario realizar una inversión inicial, pero reducirá notablemente la energía perdida y te compensará a largo plazo.

Ventilación

  • Ventilar la habitación durante 10 minutos es suficiente para renovar el aire del interior. En invierno no las dejes abiertas más tiempo, pues estarás malgastando energía y se enfriarán las paredes. En verano procura hacerlo cuando la temperatura exterior sea más fresca, primeras horas de la mañana y por la noche. Además de ventilar, estarás refrescando la habitación.
  • En ocasiones, puedes evitar el uso del ventilador con corrientes cruzadas de ventilación natural.
  • La función de ventilación del aparato de aire acondicionado por sí sola, o el uso de ventiladores preferentemente de techo, puede ser suficiente para mantener un adecuado confort y para mantener el frío, siendo capaces de reducir hasta 3 grados la sensación térmica. Ten en cuenta que los aparatos de aire acondicionado consumen mucha energía: un aparato de aire acondicionado en una habitación de tamaño mediano funciona a 1.000 vatios, generando emisiones de unos 650 g de CO2; y, además, supone un coste de 0,10€ por hora. Los ventiladores son una buena alternativa. Considéralo.

Refrigeración

  • Ajusta la temperatura del acondicionador al valor más alto posible que sea compatible con el bienestar. No abuses de él porque cada grado más frío supone entre un 6 y un 8% más de consumo de energía.
  • Al encender el aire acondicionado, no ajustes el termostato a una temperatura más baja de lo normal: no enfriarás antes, pero sí consumirá más energía. Desconecta el aire acondicionado cuando no haya nadie en la casa o en la habitación que esté refrigerando.
  • Coloca la unidad exterior del aparato de aire acondicionado (el condensador) protegido del sol directo mediante un sistema de ensombramiento. Si está a nivel de calle, puedes plantar árboles o arbustos a su alrededor, siempre que no obstaculicen el flujo de aire. Ahorrarás hasta un 10 % en el consumo. Si está en un piso o azotea, puedes colocar unos paneles. De esta manera, la entrada de aire a los condensadores lo hará a menor temperatura y se requerirá menos energía para su enfriamiento.
  • Si tienes intención de cambiar el color de la pintura, considera que los colores claros en techos y paredes exteriores reflejan el sol y, por tanto, evitan el calentamiento de los espacios interiores.

Calefacción

  • Cuando ventiles la habitación, apaga la calefacción o ventila únicamente cuando ésta esté apagada. No dejes nunca una ventana abierta, aunque sólo sea una rendija, cuando esté encendida. Si dejas una pequeña abertura todo el día, la energía adicional necesaria para mantener el interior caliente durante los seis meses de más frío (temperatura exterior de 10° C o menos) será de casi una tonelada de emisiones de CO2.
  • Procura no cubrir los radiadores ni colocar ningún objeto a su lado que obstaculice la difusión del aire caliente. Para compensar las pérdidas por el enfriamiento de la pared, coloca elementos reflectantes como láminas de aluminio detrás de los mismos.
  • Al comienzo de la temporada de frío, debes purgar los radiadores para retirar el aire contenido en el interior. Los radiadores acumulan aire en su interior tras estar varios meses parados, este aire dificulta la transmisión de calor en el radiador e impide que se caliente de forma homogénea. El purgado se realiza mediante una espita lateral que tienen todos los radiadores, se abre y se deja salir el aire hasta que empiece a salir agua. También existen purgadores automáticos recomendados para los radiadores de aluminio que aseguran la expulsión del aire sobrante de forma automática y el correcto funcionamiento de los radiadores. Para saber si se ha purgado de manera conveniente se ha de mirar la presión, que ha de ser de 1 Bar.
  • La temperatura a la que programamos la calefacción condiciona el consumo de energía de nuestro sistema de calefacción, de tal modo que por cada grado que se aumenta ésta, se incrementa el consumo de energía un 5 - 10 % y se emiten 300 kg de CO2 por casa y año. Una temperatura de 20 - 21º es suficiente en invierno para mantener el confort en una vivienda.
  • Ajusta el termostato a 20 °C o menos, y bájalo varios grados por la noche. Así pues, salvo en zonas muy frías, es suficiente con encender la calefacción por la mañana o por la tarde y apagarla por la noche, ya que el calor acumulado en la vivienda suele ser más que suficiente (sobre todo si se cierran persianas y cortinas) para mantener en los dormitorios una temperatura entre 15 y 17 °C, unos 3 - 5º C inferior al resto de la vivienda.
  • Si estás fuera de casa más de un día o te ausentas varias horas, apaga la calefacción o reduce el termostato a 15ºC (la posición "economía" de algunos modelos corresponde a esta temperatura). En el caso de disponer de un sistema centralizado de radiadores, cierra la válvula del radiador. Aplica el mismo consejo si en tu vivienda hay habitaciones vacías o que se usan poco.
  • La calefacción central colectiva, con medición y regulación individualizadas para cada una de las viviendas es, desde el punto de vista energético y económico, un sistema mucho más eficiente y barato que los sistemas individuales o independientes para cada vivienda. El coste de una caldera y sistema de distribución colectiva es inferior a la suma de las instalaciones individuales, y además se puede acceder a tarifas más económicas para los combustibles.
  • De la misma manera, dentro de una misma vivienda, el sistema centralizado (bomba de calor, acumulación de calor con tarifa nocturna o radiadores de agua), es más adecuado desde el punto de vista energético que los elementos individuales (estufas, convectores y radiadores eléctricos, calefactores, etc.) distribuidos por las habitaciones.
  • La ventaja de la bomba de calor con respecto a otros sistemas eléctricos es su alta eficiencia: por cada kWh de energía consumida se transfiere entre 2 y 4 kWh de calor. Además, la bomba de calor no sólo permite calentar la vivienda sino también enfriarla.

Sistema de Regulación y Control

  • El termostato es la mejor manera de controlar la calefacción o refrigeración y por tanto el consumo energético. Permite ajustar la temperatura deseada según las necesidades específicas. Por ejemplo, puedes regular la temperatura de los dormitorios y cuarto de baño a 16º C y el salón a 22º C. Además, cuando el termostato es programable puedes ajustar temperaturas diferentes para franjas horarias, fines de semana o días determinados; por ejemplo, bajando todos los radiadores a 14ºC cuando te ausentes por unas horas de la vivienda.
  • Para los sistemas de radiadores de agua caliente, puedes sustituir la válvula corriente por válvulas termostáticas, que regulan la temperatura deseada.

El agua es el elemento básico de la vida, pero también es un bien limitado. Economizar su uso es una labor colectiva primordial que no requiere grandes esfuerzos o inversiones. Ahorrar agua supone ayudar a conservar el medio ambiente, mejorar el presupuesto doméstico e incluso, reducir el consumo de electricidad y gas. Es importante tener presente que, en al ámbito doméstico, el agua, la energía y los residuos están estrechamente relacionados entre sí.

Interior

  • Sustituye la cisterna convencional por una de doble descarga o de interrupción de descarga, y en todo caso con limitador del volumen de como máximo 6 litros. Esto puede suponer ahorros de hasta un 40%. Si no puedes comprarte una nueva, una forma fácil de ahorrar agua es colocar una o dos botellas llenas de agua bien tapadas dentro de la cisterna, de esta forma reducirás su volumen y gastarás menos en cada descarga.
  • No malgastes inútilmente el agua en la cocina, recuerda que no hace falta lavar la verdura con el grifo abierto, lo puedes hacer en un cuenco. Si tienes que descongelar un alimento no lo hagas bajo el chorro de agua, tan sólo sácalo la noche anterior. Y recuerda que es más económico utilizar el lavavajillas a plena carga frente a lavar los platos a mano, ya que un lavavajillas de clase A consumirá tan sólo entre 20 y 50 litros frente a los 100 que podrías gastar tú con el grifo abierto.
  • Utiliza la lavadora y el lavavajillas cuando estén completamente llenos o en su defecto utiliza programas de media carga para no despilfarrar el agua. Pero ten en cuenta que consume más agua y energía poner dos a la media carga que si lo pones lleno. No hace falta que los programes a alta temperatura, en la mayoría de las ocasiones es suficiente con agua fría o tibia porque los detergentes de hoy en día son eficaces a baja temperatura.
  • Calentar el agua con gas en lugar de hacerlo con electricidad, evita que cada familia emita a la atmósfera una media de 500kg de CO2 al año. Si tienes un termo eléctrico, instala un reloj programador que permita conectarlo sólo cuando se necesite agua caliente.
  • Dúchate en lugar de bañarte, porque se consume 4 veces menos de agua (unos 30-40 litros de la ducha frente a los 100-130 del baño) y energía, porque al tomar una ducha evitas la emisión anual a la atmósfera de alrededor de 270 kg de CO2 en términos de la energía necesaria para calentar el agua.
  • Si tienes los grifos tradicionales de rosca, asegúrate de cerrarlos correctamente cuando no lo utilices, porque el goteo constante puede desperdiciar de 20 a 30 litros de agua al día (casi 11.000 l/año). Si vas a cambiar de grifos, adquiere sistemas monomando porque evitan el goteo y mezclan mejor el agua fría y caliente, proporcionando ahorros de hasta el 50%.
  • Una temperatura entre 30º y 35ºC es más que suficiente para tener una sensación de confort a la hora de usar agua para la higiene personal. Usa los reguladores de temperatura o termostatos, principalmente para la ducha, pueden ahorrar entre un 4% y un 6% de energía.
  • No utilices el inodoro como una papelera. No arrojes papeles, colillas, algodones, restos de pintura o aceites, además de gastar agua y dificultar la depuración puedes provocar un atasco. Es mucho más práctico colocar una pequeña papelera en el baño. Los restos de pintura y el aceite, si no se reutilizan, deben ser depositados en un "punto limpio".

Exteriores

  • En el lavado del coche, también puedes ahorrar mucha agua. Ten en cuenta los siguientes datos: lavar tu coche a mano con un cubo, esponja y bayeta puede emplear unos 50 litros, mientras que si lo haces con manguera puedes llegar a gastar hasta 500 litros. Si lo quieres llevar a un lavadero, emplea lanzas a alta presión, porque los túneles de lavado usan mucha más electricidad y agua (oscilando de 75 a 100 litros cuando el sistema recicla agua a 200 - 300 litros cuando no es así), y por lo general, el resultado es similar.
  • Para limpiar exteriores es preferible usar la escoba. Barrer con la manguera puede costar unos 20 litros/m2.
  • El mejor momento para regar es al amanecer, a primera hora de la mañana, pues el suelo aún está frío y se minimiza la evaporación. Si te resulta imposible regar por la mañana al menos hazlo al atardecer, desperdiciarás menos agua. Actualmente existen mecanismos de automatización del riego con temporizadores muy fáciles de instalar. Es la solución más cómoda y ecológica.
  • En las zonas ajardinadas planta especies autóctonas adaptadas al clima regional en lugar de especies exóticas, porque requerirán menos agua de riego y además son más resistentes a las inclemencias del tiempo.
  • La reutilización de aguas grises es cada vez más común y accesible. Las aguas grises provienen de la ducha, el lavabo, el fregadero, la lavadora y el lavavajillas. Se pueden utilizar en limpieza, riego y cisterna de inodoro. Si instalas un depósito con sistema de depuración, reutilizarás entre un 30 y un 50% del volumen de gasto general de agua. Es conveniente y fácil hacerlo en caso de edificio de nueva planta y en caso de reforma de la casa, sea unifamiliar o no.
  • Si la vivienda lo admite, plantea instalar un depósito para la recogida del agua de lluvia. Con un chubasco de 30 litros por metro cuadrado y un tejado de 140 m2, podrías recoger hasta 4200 litros. Este agua se puede utilizar para limpiar la ropa, el jardín, el coche o en la cisterna del inodoro.

Clasificar los residuos domésticos es fácil. Puedes utilizar cubos de basura divididos en compartimentos para echar en cada uno un tipo de residuo. Los hay disponibles en muchos establecimientos.

Para reciclar el papel (contenedor azul)

Ten en cuenta estas breves recomendaciones:

  • Deposita todo tipo de papeles como periódicos, revistas, bolsas de papel, cajas y envases de cartón plegados, hueveras o cartulinas.
  • No tires papeles sucios de grasa, papeles plastificados y las bolsas de plástico, que irán al contenedor normal de materia orgánica y restos de residuos.
  • Recuerda plegar las cajas y embalajes y procura no dejarlos al pie del contenedor.
  • ¿Sabías que 1 kg de papel en lugar de llevarlo al vertedero evita 900 g de emisiones de CO2?

Para reciclar el plástico (contenedor amarillo)

Ten en cuenta:

  • Depositar en este contenedor plásticos (botellas, botes, bolsas, envases o film), latas (de bebidas y conservas) y briks (de leche, zumo o refrescos).
  • No tires bandejas de poliespán, que irán al contenedor normal de materia orgánica y restos de residuos.
  • Recuerda escurrir los envases antes de echarlos en el contenedor y aplasta los briks y botellas de plástico para ahorrar espacio.
  • ¿Sabías que fabricar una lata de bebida a partir de aluminio virgen consume 2,25 veces más energía que a partir de aluminio reciclado y las emisiones de gases de efecto invernadero se incrementan en el mismo factor?

Para reciclar el vidrio (contenedor verde)

Ten en cuenta:

  • Si van en este contenedor botellas y botellines, frascos, tarros y cualquier otro objeto de vidrio o cristal, como por ejemplo un plato o una copa.
  • No tires espejos, otros objetos con partes metálicas (como bombillas), las bolsas de plástico, y los tapones y tapas, sean de plástico, corcho o metálicas.
  • Recuerda escurrir los recipientes antes de echarlos en el contenedor y asegúrate de quitar el tapón o tapa.
  • ¿Sabías que por cada kg de cristal reciclado, el ahorro es de 300 g de emisiones de CO2? Por ejemplo, por cada botella de vidrio que se recicla, se ahorra la energía que necesitan 5 bombillas de bajo consumo de 20W para funcionar durante 4 horas. El vidrio tiene muchas vidas... fabricar una botella a partir de vidrio reciclado (su ciclo completo de fabricación) consume alrededor de 1,7 veces menos energía que a partir de materias primas vírgenes y genera 2,6 veces menos emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero.

Pilas

  • Nunca arrojes las pilas en los contenedores de materia orgánica, ya que por su composición tóxica son altamente contaminantes (por ejemplo, una pila de botón puede contaminar 600.000 litros de agua). Recíclalas en los contenedores designados, que suelen ubicarse en centros educativos, supermercados o en los puntos limpios de tu ciudad.
  • En el caso de este residuo, es primordial reducir su consumo y para ello puedes tener en cuenta estos sencillos consejos:
  • Evitar comprar aparatos a pilas y si es posible optar por los que no precisen pilas de botón.
  • Utilizar pilas recargables, que pueden alcanzar hasta 1.000 usos en comparación con las baterías convencionales.
  • Utilizar pilas de marcas conocidas, ya que las ‘piratas’ suelen tener una vida útil más corta y por tanto, tendrás que desecharlas antes.

Basura tecnológica

  • La llamada ‘chatarra electrónica’ o ‘basura tecnológica’ es un conjunto de residuos considerados peligrosos, provenientes de ordenadores, móviles, televisores y electrodomésticos en general, que han sido consumidos o descartados. Deben gestionarse adecuadamente por la gran cantidad de componentes tóxicos que contienen, responsables de un serio impacto ambiental como metales pesados, y porque muchos de sus componentes tienen un alto nivel de reaprovechamiento, algunos de ellos de importante valor como el cobre de los cableados o el coltan que está presente en la actualidad en la mayoría de los dispositivos electrónicos
  • Antes de tirar tu viejo ordenador, puedes permitir que otros lo reutilicen, si lo revendes en el mercado de productos usados o lo entregas a alguna asociación local que lo destine a países del tercer mundo o a colectivos para paliar la brecha tecnológica. Si no tienes posibilidades de recuperación, recíclalo llevándolo a un punto limpio.
  • Los teléfonos móviles son residuos muy contaminantes que solemos desechar antes de finalizar su vida útil. Deposítalo en cualquier punto del programa ‘Tragamóvil’, cuyos contenedores específicos suelen ubicarse en Tiendas de telefonía, Servicios Técnicos, Universidades, Centros comerciales y en los Puntos limpios. Este programa, se puso en marcha en 2003 para recoger los teléfonos móviles, equipos y accesorios de telefonía asegurando su correcto reciclado. También puedes llevarlo a organizaciones que se ocupan de su recogida, para proporcionárselos a personas que los necesiten.

Otros residuos

  • No tires los medicamentos caducados o sobrantes a la basura o por el desagüe. Son residuos tóxicos de difícil gestión y lo mejor es llevarlos a los puntos SIGRE en tu farmacia más próxima.
  • No tires los tubos fluorescentes y similares como lámparas de mercurio o focos halógenos a los contenedores tradicionales ni al de vidrio, pues son residuos peligrosos por su contenido en mercurio (el mercurio de un tubo fluorescente puede contaminar 30.000 litros de agua). Llévalos al Punto Limpio más cercano evitando que se rompan y conserva la funda de cartón del tubo nuevo para envolver y eliminar el viejo.
  • Reduce el uso del film transparente y del aluminio para envasar o envolver alimentos que vayan a ser refrigerados o congelados porque tienen un impacto medioambiental alto, un consumo energético elevado en su fabricación y son difíciles de reciclar. Puedes sustituirlos por cualquier envase de vidrio de tapa hermética, por una fiambrera de plástico o bien puedes taparlos con otro plato, como se hacía cuando no existían los famosos 'tupperware'.
  • Deposita los aceites usados en botes y llévalos a su contenedor específico cuando quieras deshacerte de ellos. Nunca los tires por el desagüe porque son muy contaminantes y las aguas requerirán un mayor tratamiento al llegar a la depuradora, que a veces resulta insuficiente y generan las 'natas flotantes' en las aguas litorales. En muchos sitios ya existen contenedores específicos al lado de los tradicionales de vidrio, envases y papel, donde puedes depositarlos en el mismo envase donde lo almacenas en casa. También puedes llevarlos al Punto Limpio más cercano.
  • Desecha correctamente los restos de pinturas, pues contienen disolventes orgánicos generalmente tóxicos. Además, para conseguir los colores se usan metales pesados como el cadmio o el titanio, altamente contaminantes. Las plantas de tratamiento convencionales no pueden depurar estas sustancias. Para deshacerse de un bote con restos, déjalo unos días en un lugar bien ventilado para que se evapore el disolvente. Así quedará una pasta medio seca que ya puedes llevar al Punto Limpio, pero nunca lo arrojes por el desagüe. Usar pinturas ecológicas es la mejor elección tras los elementos naturales, como la cal.