¿Qué causa el cambio climático?
El efecto invernadero y los cambios en el clima son procesos naturales y necesarios de nuestro planeta que en el último siglo se están viendo influenciados, y potenciados, por la acción humana.
Para sustentar esta afirmación, la comunidad científica ha constatado la relación entre las concentraciones atmosféricas de los gases de efecto invernadero de origen antropogénico y los cambios observados en las últimas décadas en el clima terrestre.
Este consenso, recogido en el Cuarto Informe de Evaluación del Cambio Climático elaborado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), pone de manifiesto que la mayor parte del calentamiento observado durante la segunda mitad del siglo XX ha sido causado por actividades humanas y que el calentamiento del sistema climático es real e inequívoco.

El calentamiento global está directamente asociado a la emisión incontrolada de gases de efecto invernadero
Otra de las evidencias observadas por la comunidad científica es que el calentamiento global está directamente asociado a la emisión incontrolada de gases de efecto invernadero provenientes del uso de los combustibles fósiles, que son la base de nuestro modelo energético actual; el petróleo, el carbón y el gas natural.
Los gases de efecto invernadero son los encargados de retener el calor solar en nuestro planeta. La ausencia de estos gases convertiría la Tierra en un solar sin vida y cuyas temperaturas medias rondarían los 30 grados bajo cero.
En cambio, su presencia abundante en la atmósfera provoca un excesivo calentamiento que deriva en cambios drásticos en el clima mundial, haciéndolo cada vez más impredecible.
Los principales gases de efecto invernadero son:
- Dióxido de carbono (CO2), producido principalmente por la quema de combustibles fósiles –carbón y petróleo fundamentalmente-, la actividad industrial y el tráfico.
- Vapor de agua (H2O), imprescindible para mantener la temperatura de la Tierra dentro de unos límites que, hasta ahora, han permitido el desarrollo de la vida en ella.
- Ozono (O3), que actúa como capa protectora de la Tierra frente a los efectos adversos de la radiación ultravioleta sobre la salud y el medioambiente.
- Metano (CH4), producido a través de la agricultura (en cultivos de arroz y a partir de la digestión animal), la minería de carbón o los escapes en los gaseoductos, entre otros.
- Óxidos nitrosos (N20), provocados, por ejemplo, por la combustión de combustibles fósiles (gasoil, petróleo y gas) y de biomasa, así como el uso de fertilizantes.
- Clorofluorocarbonos (CFCs), producido por disolventes o propelentes para aerosoles, se utilizan para refrigerar, aislar y empaquetar.
Químicamente estos gases son muy estables, por lo que pueden permanecer en la atmósfera durante varias décadas. Además de influir decisivamente en la potenciación del efecto invernadero, algunos de ellos como los clorofluorocarbonos, son los principales causantes del denominado agujero de la capa de ozono.
El dióxido de carbono es el gas de efecto invernadero más abundante de nuestro planeta, y uno de los principales causantes de los cambios observados en el clima
El dióxido de carbono (CO2) es el gas de efecto invernadero más abundante en nuestro planeta. La mayor parte de las emisiones de CO2 de origen antropogénico se debe a la quema de combustibles fósiles, principalmente en los sectores transporte e industrial. El resto proceden de los cambios en el uso del suelo y, especialmente, la deforestación.
Pero también los océanos y los suelos están absorbiendo aproximadamente la mitad de las emisiones antropogénicas de CO2. A pesar de todo esto, las concentraciones de CO2 en la atmósfera siguen aumentando en torno a un 0,4 % anual.
En Andalucía, el área de desarrollo sostenible publica anualmente el Inventario de emisiones a la atmósfera de la Comunidad Autónoma de Andalucía. En 2020 publicó la serie 2003-2017:
TABLA 7.1. EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO 2017 | ||||||
CH4(t) | CO2(kt) | HFC(kg) | N2O(t) | PFC(kg) | SF6(kg) | |
PLANTAS INDUSTRIALES |
1.725 |
28.274 | 630 | 305 | 0 | 11,6 |
---|---|---|---|---|---|---|
Producción de energía eléctrica | 785 | 17.609 | 164 | 11,6 | ||
Industria petroquímica | 145 | 4.261 | 74,1 | |||
Industria química | 10,3 | 695 | 1,41 | |||
Industria papelera | 4,35 | 171 | 1,74 | |||
Cementos, cales y yesos | 23,2 | 4.121 | 28,1 | |||
Industria de materiales no metálicos | 27,5 | 318 | 5,02 | |||
Industria del aceite | 53,9 | 509 | 8,39 | |||
Industria alimentaria | 39,4 | 265 | 630 | 12,1 | ||
Industria del metal | 20,1 | 307 | 9,56 | |||
Otras actividades | 615 | 17,5 | 0,687 | |||
PLANTAS NO INDUSTRIALES | 59.094 | 512 | 0 | 803 | 0 | 0 |
Tratamiento de residuos sólidos | 50.975 | 512 | 197 | |||
Tratamiento de residuos líquidos | 8.118 | 606 | ||||
FUENTES DE ÁREA MÓVILES | 577 | 15.108 | 549 | |||
Tráfico rodado | 484 | 12.763 | 462 | |||
Tráfico aéreo | 14,39 | 1.195,4 | 52,30 | |||
Tráfico marítimo | 3,70 | 54 | 1,48 | |||
Tráfico ferroviario | 69,48 | 752,4 | 19,851 | |||
Maquinaria agrícola | 2,5 | 44 | 0,3 | |||
Otros modos de transporte y maquinaria móvil | 3,48 | 298 | 12,9 | |||
FUENTES DE ÁREA ESTACIONARIAS | 149.697 | 5.595 | 721.688 | 10.871 | 161 | 1.615 |
Sector doméstico | 3.628 | 2.605 | 50,3 | |||
Sector comercial e industrial | 773 | 735 | 4,70 | |||
Actividades extractivas y tratamientos de minerales | 232,3 | 125,4 | 1,288 | |||
Distribución de combustibles | 2.216 | 0,0453 | ||||
Limpieza en seco | 0,0603 | |||||
Uso de disolventes | 54,2 | |||||
Empleo de refrigerantes y propelentes | 721.688 | 206 | 1.615 | |||
Agricultura | 7.349 | 842 | 8.094 | |||
Ganadería | 109.131 | 549 | ||||
Biogénicas | 21.323 | 1.831 | ||||
Incendios forestales | 5.043 | 1.233 | 134,5 | |||
Incineración de residuos | 0,124 | 0,0222 | 0,0002 | |||
TOTAL | 211.092 | 49.489 | 722.318 | 12.527 | 161 | 1.627 |
El modelo energético de nuestro planeta depende del petróleo, el carbón y el gas, cuya quema libera grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera
Actualmente, nuestro modelo energético depende del petróleo, el carbón y el gas. La quema de estos combustibles fósiles libera grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, uno de los principales gases de efecto invernadero y el más abundante en el planeta.
Por ello, los expertos abogan por reducir la dependencia energética de los recursos fósiles y cambiar de inmediato el actual modelo de abastecimiento de energía, puesto que su transformación y uso final son los responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero. De esta forma, se produciría un considerable ahorro energético y conllevaría a preservar los recursos naturales del planeta, haciéndolo más sostenible.
En Andalucía, a pesar de que el abastecimiento energético continúa ligado a los combustibles fósiles, fundamentalmente al petróleo y sus derivados, en los últimos años se viene apostando por fuentes de energías alternativas que reducen tanto las emisiones de GEI como las energías renovables. En este sentido, nuestra Comunidad Autónoma cuenta con un potencial indiscutible por las condiciones climáticas de la región.
Así mismo, en 2021 el Consejo de Gobierno ha aprobado la formulación de la Estrategia Energética de Andalucía 2030, que tiene como principal finalidad impulsar la transición a un modelo energético neutro en carbono, más eficiente mediante la incorporación de las premisas de la economía circular, que garantice el acceso a una energía segura y sostenible para todos, y que impacte en el crecimiento económico y la generación de empleo.