Materiales necesarios:
- 2 frascos pequeños.
- 1 cuenco grande transparente.
- Agua.
Paso a paso
Tenemos que llenar hasta la mitad los dos frascos. Los ponemos al sol. Después cubrimos uno de los frascos con el cuenco boca abajo y los dejamos una hora.
Cuando pase el tiempo quitamos el cuenco. Mojamos un dedo en cada frasco y comprobaremos que el agua del frasco que estaba cubierto estará más caliente.
¿Cómo explicamos esto?
El cuenco funciona atrapando el calor. Deja entrar la energía e impide que salgan los rayos infrarrojos que producen calor. En la atmósfera, el dióxido de carbono y otros gases actúan así.