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El suelo, la tierra que pisamos
Pérdidasde sueloenAndalucía
El carácter mediterráneo de nuestra región es un elemento diferenciador respecto a otras regiones de países del
centro y norte de Europa. Esamediterraneidad explica una problemática común y diferenciada en relación con los
procesos erosivos y de desertificación que afectan, demanera notable, a ciertas partes deAndalucía. De ahí que la
lucha contra la erosión seaunobjetivoglobal que en las regionesmediterráneas seha venido concretando enpolíti-
cas específicas ydiferenciadas.
Desde que enAndalucía se asumieran las competencias enmedio ambiente, la pérdida y degradaciónde los suelos
ha sidounaprincipalespreocupacionesde los andaluces, considerando su repercusiónendiferentes ámbitos (fores-
tal, agrícola, investigación e información ambiental, paisaje…). Hoy sabemos que la erosión, en ciertomodo, es un
problema estructural enAndalucía que necesita, tanto omás que otros déficits ambientales, una gestión informada
y vigilante.
A lahoradedesarrollar políticas adecuadasde conservación
y protección del suelo, frente a los riesgos derivados del
cambio climático y las actividades humanas, sabemos que
las principales amenazas a las que se enfrenta este valio-
so recurso natural son la salinización de las zonas fluviales,
la desforestación, la excesiva erosión del terreno y, como
consecuencia más dramática, la posible desertificación de
ciertas áreas de la geografía andaluza.
En 2013, Andalucía tiene un 29% de su superficie afectada
por pérdidas de suelo entre moderadas, altas y muy altas
(más de 12 toneladas por hectárea y año). Asimismo, unas
980.000 hectáreas del territorio andaluz están sometidas a
unas pérdidas altas o muy altas (más de 50 toneladas por
hectárea y año), lo que supone el 11,2% de la superficie
regional.
Las pérdidas de suelo registradas en 2013 han sido ligera-
mente superiores a las acaecidas en2012 aunquehanman-
tenido un comportamientomás estable y por debajo de los
niveles considerablemente altosque se registrabanen años
excepcionales como 1996, 1997, 2009 ó 2010. En el contex-
to regional losvaloresdepérdidasdesueloacaecidasduran-
te el año 2013 se hanmantenido ligeramente por debajo de
los valoresmedios del periodo1992-2012.
Este nivel de pérdidas está en consonancia con el compor-
tamiento de las precipitaciones ya que, aunque 2013 fue un
año húmedo, el total de precipitación anual se situó en 543
mm, sólo algomás de 50mm por encima de lamediana de
la serie de referencia (1971-2000), y lejos de valores alcan-
zados en los años en los que se registran lasmayores tasas
de erosión.
Apesar de la regularidadde lasprecipitaciones a lo largodel
año, la evolución interanual de las mismas reveló contras-
tes importantes destacando las elevadas precipitaciones
del mes demarzo y lasmuy escasas que se produjeron en
el mes de noviembre. Las áreas en las que las anomalías
pluviométricas fueronmás relevantes son los sistemasbéti-
cos, y amplias zonas del medio y altoGuadalquivir. En cam-
bio, las áreas del litoral y algunas zonas de la sierra en las
provinciasdeHuelvayJaénsufrierondéficitspluviométricos
significativos. En líneasgenerales, el comportamientode las
precipitaciones tuvo un reflejo en la erosividad de la lluvia,
la cual alcanzó los nivelesmás bajos (muy por debajo de la
media) en la provincia deAlmería.
En2013seproducendescensosde laerosividadde la lluvia,
respecto de lamedia, en todas las provincias. Sin duda, los
más significativos se producen en la práctica totalidad de la
provincia de Almería y en amplias zonas de las de Huelva,
Cádiz yMálaga. No obstante, en líneas generales, los peo-
res resultados de pérdidas de suelo se localizan territorial-
mente en las provincias de Jaén, Cádiz y Málaga (22,4%,
19,5% y 19,2% de pérdidas altas y muy altas, respectiva-
mente). Como en años anteriores, las campiñas olivareras
y cerealistas de Jaén y Cádiz contribuyen especialmente a
estosnivelesdeerosión, frente al papel protector que juega
la vegetación natural en las zonas de sierra.