Existe en la actualidad un amplio consenso en las sociedades democráticas en torno a la importancia de llevar a cabo la evaluación de las intervenciones públicas en base, entre otros, a los principios de transparencia y rendición de cuentas a la sociedad a la que dichas intervenciones deben servir y aportar valor. La evaluación sistemática es también un importante recurso para orientar la toma de decisiones de los responsables de diseñar e implementar las políticas así como un instrumento para maximizar el uso de los recursos públicos y para el aprendizaje de las organizaciones.

El II Plan Estratégico de Igualdad de Género en Educación 2016-2021, aprobado por Acuerdo del Consejo de Gobierno, de 16 de febrero de 2016, incorpora las sustanciales modificaciones legislativas en materia de igualdad, no discriminación por motivos de identidad de género y prevención de la violencia de género aparecidas con posterioridad a la publicación del I Plan de Igualdad entre Hombres y Mujeres en Educación, y se concibe como “el marco de actuación y la herramienta para continuar impulsando la igualdad dentro del sistema educativo”, desde la constancia de que la igualdad es un proceso social lento que requiere replantear periódicamente las condiciones y la dimensión y eficacia de las medidas propuestas para avanzar hacia la igualdad real entre hombres y mujeres.

Una vez finalizado su periodo de vigencia, ejecutadas las actuaciones previstas, procede, por tanto, abordar la valoración de los resultados obtenidos por el II Plan de Igualdad en la Educación, ofreciendo a la Comunidad Educativa, y a la sociedad en general, una aproximación a los logros alcanzados así como una reflexión sobre aquellos aspectos que puedan servir para mejorar la eficacia de futuras intervenciones en materia de igualdad y prevención de la violencia de género en el ámbito educativo, orientando así la elaboración del III Plan de Igualdad de Género en la Educación.