TIEMPO Y DESIGUALDADES DE GÉNERO


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Tiempo y desigualdades de género

El análisis del tiempo y las desigualdades de género descansa sobre tres ideas principales :

1El tiempo es un recurso universal pero limitado

El tiempo es una dimensión fundamental para la organización de la vida en la sociedad. Horarios y calendarios regulan nuestro día a día y establecen los ritmos colectivos de las ciudades y los pueblos, dando lugar a una pluralidad de distribuciones y dinámicas que configuran diferentes comportamientos y hábitos sociales. No obstante, la percepción del tiempo y el uso que hacemos de él, descansan sobre una profunda paradoja. El tiempo es un recurso universal, del que todas las personas disponen, independientemente de sus características (sexo, edad o estatus social, por ejemplo). Pero, paralelamente, es un recurso limitado, porque el día consta de 24 horas para todo el mundo, ni una más ni una menos.

 

2La estructuración, distribución y las jerarquías temporales reflejan las desigualdades

No todas las personas ni todos los grupos sociales emplean su tiempo de la misma forma y, en este sentido, se establecen desigualdades entre los diferentes grupos según la finalidad y las prioridades que marcan sus experiencias vitales. La estructuración, distribución y las jerarquías temporales reflejan las desigualdades sociales, entre ellas, las de género. El tiempo es un indicador privilegiado para medir las desigualdades de género porque, atraviesa todos aspectos de la vida cotidiana. Las desigualdades de género en la distribución social del tiempo diario pueden ser estudiadas a través de los resultados de las Encuestas de Empleo del Tiempo (EET).

 

3 El tiempo es una construcción social sobre la que se puede intervenir

El tiempo es una construcción social sobre la que se puede intervenir, de modo que se pueden cambiar sus pautas de organización y jerarquización a través de intervenciones que se enmarcan dentro de las Políticas del Tiempo.