Es por ello que la Salud Pública pasa a jugar un nuevo papel, convirtiéndose en la única posibilidad real para alcanzar mejoras importantes, con incrementos reales y cuantificables en la salud de la población a través de la promoción de hábitos de vida saludables, lo que requiere la implicación directa de la ciudadanía y el establecimiento de líneas de trabajo conjunta con el resto de las instituciones.

Para hacer de esta intención una realidad, la Consejería de Salud ha elevado el rango de responsabilidad de esta área, facilitándole así el liderazgo necesario para impulsar políticas intersectoriales y de participación ciudadana que afronten decididamente los determinantes de salud.

Con ello, en el organigrama de la Consejería de Salud pasó a ostentar la posición de Secretaría General, tal y como recoge el decreto de Estructura Orgánica Básica aprobado por el Consejo de Gobierno en mayo de 2008, y que sitúa a Andalucía como la única comunidad autónoma del territorio nacional en posicionar a la Salud Pública con rango de Viceconsejería.

A partir de ese momento, la Salud Pública comienza a jugar un papel nuevo en Andalucía en tanto pasa a ser el órgano de gobierno para la coordinación y el impulso de las políticas ciudadanas orientadas a promover y proteger la salud, así como a garantizar la seguridad ciudadana frente a los riesgos emergentes y trabajando en el logro de las alianzas necesarias con las corporaciones locales, y agentes sociales y económicos. En definitiva, con la propia ciudadanía.

Los retos son muchos: implicar a la ciudadanía en su propia salud, integrar las políticas de Salud Pública de forma transversal en todas las políticas sectoriales (medio ambiente, empleo, urbanismo…), obtener el compromiso de las instituciones y organizaciones de trabajar por el derecho de la salud y formar a los profesionales, entre otras.

Muestra de ello es la Red Local de Acción en Salud (RELAS) que ha comenzado a andar en Andalucía y que cuenta, para sus primeros pasos, con la colaboración de diez municipios: Aracena en Huelva; La Carlota, San Sebastián de los Ballesteros y La Victoria en Córdoba; Mijas en Málaga; Vícar en Almería; Alcalá la Real en Jaén; Alcalá de Guadaíra en Sevilla; Baza en Granada; y Algeciras en Cádiz.

La elección de estas localidades se ha basado en criterios que reflejan las distintas realidades de los gobiernos locales de la comunidad, tales como la magnitud (número de habitantes y de colectivos ciudadanos), tipo de población (urbana y rural), ubicación geográfica y características particulares (inmigración). Y el objetivo no es otro que el de poner en marcha una innovadora iniciativa que busca potenciar la intersectorialidad entre la Administración regional y local, y conferir a los consistorios más protagonismo en la promoción y prevención sanitarias dada su mayor proximidad con los ciudadanos.

Los convenios suscritos tienen como meta el abordaje de los distintos problemas de salud del municipio a través de la convergencia de los sectores implicados, integrándose todos ellos en una red local que dé respuesta a las necesidades detectadas. En la segunda fase del proyecto, las estrategias previstas se recogerán en un plan integral de salud de carácter municipal ajustado a las necesidades concretas del municipio y su población.

La apuesta que realiza el Gobierno andaluz traduce la prioridad que la Junta de Andalucía concede a la Salud Pública, fruto del trabajo realizado durante estos años por los profesionales que desarrollan su labor en este ámbito de actuación y, que este año, se ve reforzado por ser Andalucía la comunidad elegida para acoger, por segunda vez, el Congreso de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS 09).