La instalación de ascensores mejora la calidad de vida de los vecinos al incrementar la accesibilidad.

• Consejería de Obras Públicas y Vivienda

Salir de casa para hacer las compras diarias o simplemente para pasear son dos acciones que pueblan la vida cotidiana. Sin embargo, lo que para la gran mayoría de la ciudadanía es una rutina, para Antonio Mulero -de 71 años- y su mujer, Ana María Moreno –de 69-, se había convertido en un privilegio. Viven en una segunda planta de la calle Escoberos, en el centro de Sevilla, y hasta hace no mucho tiempo estaban acostumbrados a medir la distancia que les separa de la calle en escalones. Sus dificultades y las del resto de los vecinos para bajar las escaleras se incrementaban a medida que iban cumpliendo años y aparecían nuevos achaques, sobre todo en el caso de Ana María, que padece de úlceras en las piernas. Esa situación cambió hace algo más de un año cuando pudieron instalar un ascensor en el edificio donde residen. Antonio Mulero expresa su satisfacción con esta actuación y lo resume afirmando que les ha "tocado la lotería".

La ausencia de ascensor en edificios residenciales constituye uno de los principales obstáculos que dificultan la vida diaria de personas de edad avanzada o con algún grado de discapacidad. Su instalación conlleva una mejora considerable de la calidad de vida de los residentes; por eso, la Junta de Andalucía destina cada año una importante inversión a través de subvenciones para desarrollar las obras necesarias.

En la zona de Puerta Tierra en la capital gaditana, las 84 familias que residen en el bloque de la calle Lepanto aún celebran el montaje de los dos ascensores que dan servicio a toda la comunidad. Rafael Rodríguez es su representante y rememora los gestos de agradecimiento de los vecinos cuando finalizaron las obras hace ahora un año y medio. En este edificio, las personas mayores representan más del 50%. Según Rafael, "con la perspectiva del tiempo transcurrido desde que se pusieron en marcha, no es una exageración decir que los ascensores han devuelto la vida a quienes no podían bajar".

En ambos casos, la subvención aportada por la Junta de Andalucía para instalar el ascensor ha posibilitado que estas personas de edad avanzada o con algún grado de discapacidad hayan mejorado su calidad de vida y hayan recobrado mayor autonomía y la ilusión por retomar actividades casi olvidadas para ellos. Antonio Mulero y Rafael Rodríguez ponen voz a las casi 80.000 personas, residentes en 26.622 viviendas que se han beneficiado desde 2005 del montaje o mejora de 1.669 ascensores en toda la comunidad andaluza. De ese cómputo general, 1.413 actuaciones corresponden a la implantación de una nueva instalación, mientras que las restantes 256 hacen referencia a la adecuación de las ya existentes.

Todas estas familias suelen tener unos ingresos económicos no superiores a los 2,5 veces el Iprem -Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples-, es decir, unos 20.000 euros netos anuales. Con ese nivel de renta, la aportación económica de la Junta de Andalucía es, en la mayoría de los casos, imprescindible para acometer este tipo de obras que, aunque no son de gran envergadura, sí tienen una incidencia social muy importante para los beneficiarios.

Adecuar el parque residencial

Estas actuaciones se han desarrollado en el marco del programa de Rehabilitación Singular, una de las numerosas líneas con las que cuenta la Consejería de Obras Públicas y Vivienda para adecuar el parque residencial ya existente. Este programa específico, que es uno de los más demandados por la ciudadanía y está gestionado por la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA), está destinado fundamentalmente a mejorar la accesibilidad de los edificios mediante la instalación de ascensores. No obstante, también emplea parte de los recursos a la eliminación de las barreras arquitectónicas en los espacios comunes con la construcción de rampas, la renovación de las instalaciones de agua, gas o electricidad y la supresión de humedades o estanqueidad.

El Gobierno andaluz ha invertido desde 2005 y mediante este programa un montante de 268,9 millones de euros para incrementar las condiciones de habitabilidad de edificios de la región. Gran parte de ese presupuesto -220,5 millones- se ha empleado en obras ya finalizadas, lo que ha permitido instalar o mejorar 1.420 ascensores. Los restantes 48,4 millones están comprometidos en la implantación o reforma de otros 249 elevadores que están actualmente en ejecución. Por su parte, las comunidades de propietarios han abonado 37 millones.