Espectáculo 'En la memoria del cante: 1922', del Ballet Flamenco de Andalucía

Espectáculo 'En la memoria del cante: 1922', del Ballet Flamenco de Andalucía

En la memoria del cante: 1922

Producción del Ballet Flamenco de Andalucía con la dirección artística de Rafaela Carrasco.

El Concurso de Cante Jondo celebrado en Granada en 1922 es sin duda un acontecimiento relevante en la historia del flamenco y que marcaría un antes y un después para este arte. El certamen, celebrado en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra, fue el primero de cante flamenco de ámbito nacional que se celebraba. Liderado por Manuel de Falla, seguido de Zuloaga, el concurso contó con el impulso de un joven Federico García Lorca y una larga lista de personajes pertenecientes a la intelectualidad de la época. En él se dieron cita no sólo intelectuales españoles sino también personajes influyentes de la escena cultural europea con el propósito de poner de manifiesto la riqueza del arte flamenco, dignificarlo y otorgarle a este arte el reconocimiento cultural que conllevara una preocupación por su renacimiento, conservación y difusión, poniéndolo a la altura de las otras artes consideradas cultas en la época. El jurado estaba presidido por Antonio Chacón y el premio recayó en D iego Bermúdez Cala 'El Tenazas', teniendo una mención especial del jurado el entonces adolescente Manolo Caracol.

En la memoria del cante: 1922 es un homenaje a las figuras que allí se dieron cita para ensalzar el cante jondo y que hicieron posible la continuidad de este arte tan andaluz, muestra genuina de nuestra identidad. El espectáculo consiste en una reflexión de aquel hito del flamenco 90 años después, otorgándole bajo un prisma personal, la visión de lo que allí aconteció y lo que para el flamenco supuso.

A lo largo de una hora y cuarto de espectáculo se homenajea a los artistas que marcaron aquel momento crucial para el flamenco, recuperando cantes y piezas de las que fue testigo la Plaza de los Aljibes. Así, se recupera la soleá de 'El Tenazas', la seguiriya de Manuel Torre, la toná de Caracol o la saeta de la Niña de los Peines. En las coreografías se juega incorporando parte de las grabaciones originales que de la época se conservan pero añadiendo elementos que hacen de este espectáculo una visión personal y contemporánea de una cita que marcó el rumbo del flamenco.

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