Plan de recuperación y conservación de aves esteparias

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Ampliar imagen: Tres avutardas sobre la hierba

Avutardas

Andalucía cuenta con 25 especies de aves esteparias, entendiendo por tales aquellas que mantienen la totalidad o la mayoría de sus efectivos en hábitats esteparios, así como las que aún ocupando de forma significativa hábitats distintos alcanzan sus mayores densidades en la estepa. Ello significa que es la Comunidad Autónoma con mayor número de especies, lo que la convierte, al ser España el país europeo con mayor riqueza de aves esteparias, en la región europea más rica en este tipo de avifauna.

En enero de 2011 el Consejo de Gobierno aprobó el "Plan de Recuperación y Conservación de Aves Esteparias" (Acuerdo de 18 de enero de 2011, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueban los Planes de Recuperación y Conservación de determinadas especies silvestres y hábitats protegidos) que incluye a 2 especies en peligro de extinción (avutarda y torillo andaluz) y 5 especies vulnerables (aguilucho cenizo, alondra ricotí, ganga ibérica, ganga ortega y sisón) según el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas.

El Acuerdo de 18 de enero de 2011, del Consejo de Gobierno, establece que los Planes de Recuperación y Conservación serán ejecutados mediante Programas de Actuación, que concretarán en el tiempo y el espacio las actuaciones necesarias para el desarrollo de las medidas previstas en los correspondientes Planes.

El Plan de Recuperación y Conservación de Aves Esteparias, aprobado mediante la Orden de 20 de mayo de 2015, es el elemento orientador de los trabajos para alcanzar o mantener un adecuado estado de conservación de las especies objeto del mismo y para ello establece la Finalidad y Objetivos Generales, el Ámbito de Aplicación y las Medidas de Conservación. Tanto las Medidas del Plan como las Actuaciones se han establecido tomando como base los trabajos que la Junta de Andalucía ha llevado a cabo para la conservación de la biodiversidad andaluza, las previsiones relativas a la evolución del estado de conservación de las especies derivadas de la experiencia acumulada en la gestión de aves esteparias y las aportaciones de otras entidades que colaboran para dicho fin y que han participado en la elaboración del Plan.

La Comunidad Autónoma de Andalucía, a través del Decreto 23/2012, de 14 de febrero, por el que se regula la conservación y uso sostenible de la flora y fauna silvestre y sus hábitats, actualiza el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas aprobado por la Ley 8/2003 , de 28 de octubre, de 28 de octubre, y cataloga a las especies amenazadas incluidas en el presente Plan de la siguiente forma.

Listado de especies amenazadas
ESPECIE NOMBRE CIENTíFICO CATEGORíA DE AMENAZA
Avutarda Otis tarda En peligro de extinción
Torillo Andaluz Turnix sylvatica  En peligro de extinción
Aguilucho cenizo Circus pygargus Vulnerable
Alondra Ricotí Chersophilus duponti Vulnerable
Sisón Tetrax tetrax Vulnerable
Ganga Ibérica Pterocles alchata Vulnerable
Ganga ortega Pterocles orientalis Vulnerable
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Avutarda común

Se distribuye por el Valle del Guadalquivir, con un núcleo principal en las campiñas de Sevilla y otro de menor entidad entre las provincias de Córdoba y Jaén. La otra zona de distribución importante se localiza en el noroeste de Córdoba, íntimamente relacionada con la población extremeña; finalmente, también se localiza en otros pequeños enclaves de las provincias de Sevilla y Huelva, de menor consideración. Se definen, por tanto, dos subpoblaciones en Andalucía: una asociada al valle del Guadalquivir y otra, al norte, ligada a Extremadura.

Con el tiempo, ha ido desapareciendo de muchos enclaves donde su presencia ha estado documentada, como Guadix, Baza, El Temple, Doñana, Jerez o Bobadilla.

Los trabajos de seguimiento de la avutarda se llevan a cabo en dos periodos de tiempo, uno de ellos durante el invierno y otro durante la reproducción de la especie. Para ambos, en general, se puede decir que están experimentando un aumento, aunque la tasa de incremento es distinta para cada periodo. Esta mejoría puede verse debida a dos causas principalmente, una de ellas es consecuencia del aumento de la productividad en los últimos años y la otra a los trabajos que la Junta de Andalucía está llevando a cabo mediante diferentes programas de actuación para la conservación de aves esteparias.

Ampliar imagen: Técnico inspeccionando el ala del pájaro

Torillo andaluz

Su situación es incierta, no se tiene constancia de su presencia desde 1981, con un ejemplar abatido que se conserva en la colección científica de la Estación Biológica de Doñana. Según los registros históricos hasta la actualidad, la distribución peninsular del torillo andaluz ha estado restringida a Andalucía, localizándose los primeros datos por prácticamente todas sus provincias. Sin embargo, la información recopilada durante la mitad del siglo XX, indica que la especie sufrió una disminución, encontrándose en esta época tan sólo en Huelva, Cádiz y de forma incierta en Málaga. La última observación directa de la especie fue en 1981, desde entonces únicamente se han recogido algunos registros, aún sin confirmar, en Málaga (en 2005) y en Doñana (en 2002 y 2007).

La detección actual más próxima de la especie se sitúa en Marruecos, en donde se han utilizado métodos de localización aún no usados en Andalucía, además los lugares donde se encontró presentan características diferentes a las consideradas como su hábitat para el torillo andaluz, lo que conlleva a que se amplíe el área de prospección de la especie y probablemente la posibilidad de encontrar esta ave de tan difícil detección.

Especie muy selectiva en cuanto al hábitat, ocupando solo estepas leñosas con nula o escasa pendiente, una proporción alta de suelo desnudo y dominancia de caméfitos, tolerando densidades bajas de esparto y albardín. Solo está presente en la Península Ibérica, donde se ha descrito una tendencia regresiva, con extinciones locales constatadas en las últimas décadas, fundamentalmente debido a la pérdida de hábitat: cambios del uso del suelo, instalación de cultivos, reforestación e implantación de parques eólicos.

Portada de la publicación

Díptico del Programa del Aguilucho Cenizo

Se reproduce en todas las provincias andaluzas, si bien es más abundante en el Valle del Guadalquivir, un espacio ocupado, en gran parte, por la estepa cerealista, hábitat seleccionado por los aguiluchos. Allí suele formar colonias de cría que oscilan entre 2 y 40 parejas.

Descarga el "Díptico del Programa del Aguilucho Cenizo":

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Sisón

Nidifica en todas las provincias andaluzas, si bien concentra los efectivos más numerosos en el Valle del Guadalquivir, Andévalo y estepas de Granada. En invierno realiza movimientos migratorios, agregándose en bandos que pueden ser ciertamente numerosos, ocupando hábitats abiertos: cultivos cerealistas, pastizales y dehesas con baja densidad de arbolado, e incluso espartales en las provincias más orientales.

Los principales problemas de conservación tienen que ver con la desaparición de la estepa por el incremento de la superficie de olivar y de regadíos, así como por la reducción de barbechos. La especie se adapta bien a los medios cultivados aunque selecciona aquellos con una mayor diversidad de mosaico paisajístico; prefiere espacios con plantas que no superen los 20 cm de altura, si bien necesita parcelas con cierta cobertura vegetal para refugiarse, y terrenos despejados para alimentarse y desarrollar el cortejo.

Ampliar imagen: Tres polluelos

Ganga ortega

Nidifica tanto en llanuras cerealistas como en estepas de vegetación natural, tomillares, espartales o saladares, si bien requiere escasa cobertura vegetal, una cierta heterogeneidad espacial y preferentemente zonas con enclaves de cereal de secano, eriales, pastizales y barbechos. Esto hace que se vea amenazada por los cambios de uso: desaparición del barbecho, expansión de olivares y regadíos, forestación de tierras agrarias y por la intensificación agraria.

La especie está casi circunscrita, en el contexto andaluz, al entorno de Doñana, ligada a los arenales y saladares de las marismas del Guadalquivir. No es positivo, desde el punto de vista de la conservación, que la población andaluza se concentre en un sólo núcleo ya que cualquier evento catastrófico podría dar al traste con la especie en Andalucía.

  • Transformaciones de regadío e intensificación de cultivos. Suponen una modificación profunda del hábitat que hace que su uso sea inviable para las aves esteparias, las cuales suelen desaparecer totalmente de los terrenos transformados en regadío. Los regadíos implican un uso de productos agroquímicos mucho más intensivo, y un mayor número de labores que requieren una presencia humana más frecuente, con las consiguientes molestias a la fauna.
  • Colonización de vegetación leñosa. Los terrenos agrícolas cerealistas pueden dejar de ser aptos para las especies esteparias si la vegetación leñosa prolifera en exceso. Existen diversas causas que pueden provocar dicho crecimiento, como el abandono de zonas de cultivo o la desaparición del ganado que mantiene controlado el desarrollo de la vegetación en zonas de pastoreo.
  • Cambio hacia cultivos leñosos. En tiempos recientes, algunas áreas tradicionalmente cerealistas han sido plantadas con cultivos leñosos, olivos, almendros o frutales, reduciendo con ello, cuando no eliminando, la disponibilidad de hábitat para aves. El olivar en la campiña no es aprovechable para las esteparias, de hecho se ha observado que las avutardas únicamente lo visitan cuando las plantas tienen poca altura, o en el caso de los árboles bien desarrollados sólo en las primeras filas para buscar refugio del sol en las épocas de calor excesivo. Esta transformación en el oriente andaluz está teniendo una gran repercusión sobre la ganga ortega, alondra ricotí y otras especies.
  • Abandono de prácticas agrícolas tradicionales. Históricamente las especies esteparias se han visto beneficiadas por los sistemas agrícolas tradicionales, pero su posterior desaparición progresiva ha repercutido muy negativamente. El mantenimiento de superficies de barbecho en los terrenos agrícolas contribuye a mantener la biodiversidad y la disponibilidad de alimento, al tiempo que constituye un excelente lugar de refugio y reproducción de muchas especies como gangas, sisones y avutardas.
  • Sobreexplotación ganadera. El mantenimiento de una cabaña ganadera óptima facilita condiciones adecuadas para el establecimiento de especies como la alondra ricotí. El pastoreo impide el desarrollo excesivo de la vegetación bien por la acción directa del ganado o por el manejo que los ganaderos hacen de los pastizales para evitar el exceso de vegetación leñosa. No obstante, algunas zonas esteparias se ven sometidas a una carga ganadera excesiva, que afecta a la calidad del hábitat.
Cosechadora recogiendo trigo

  • Cambios de cultivos e incremento de la superficie parcelaria. Los sistemas agrícolas actuales tienden hacia la monoespecificidad, el aumento del tamaño parcelario y la sustitución de determinados tipos de cultivos, como los cereales de ciclo largo, las leguminosas o los cultivos energéticos. Este tipo de cambios disminuye la diversidad del paisaje al desaparecer los linderos parcelarios, los setos o las vaguadas, lo que afecta a los ciclos biológicos de las aves.
  • Productos agroquímicos. El uso inadecuado de los productos agroquímicos tiene un importante efecto sobre las aves. A corto plazo, la presencia de fertilizantes, fitosanitarios y demás, reduce de forma drástica la disponibilidad de insectos y de plantas nutricias, que conforman el grueso de la dieta de estas aves. El uso excesivo de insecticidas puede ocasionar la intoxicación. A largo plazo, la presencia de estos productos en las poblaciones de aves esteparias puede afectar a las tasas de fertilidad y, por tanto, al éxito reproductor.
  • Cosechadoras. Durante la fase de la recolección del cereal, la maquinaria agrícola supone un considerable impacto sobre la pérdida de nidales. La mortalidad de especies como el aguilucho cenizo está bien documentada y se estima que las pérdidas medias de nidadas por esta causa rondan el 60%. En otras, como la avutarda y el sisón, no existen estimas similares pero se sospecha que el impacto también es una causa significativa de pérdidas de nidos fundamentalmente durante la henificación.

Diversos elementos contribuyen a la alteración de las características ecológicas de los hábitats esteparios, contribuyendo a fragmentar las poblaciones de aves esteparias, al actuar como barreras que limitan el movimiento de los animales y el intercambio genético. Algunas especies más sensibles, como la avutarda, sisón o aguilucho cenizo, evitan las áreas próximas a cercados, carreteras, autopistas, parques eólicos y las instalaciones industriales fotovoltaicas. Las infraestructuras representan, además, una causa de mortalidad directa:

  • Tendidos eléctricos. Se ha estimado que la colisión con tendidos eléctricos es la principal causa de mortalidad no natural de la población adulta de avutarda y una de las principales entre la población juvenil.
  • Aerogeneradores. La reciente expansión de los parques eólicos representa un aumento del riesgo de colisión y de lesiones para las aves. Estas colisiones ocurren con los aerogeneradores y con las infraestructuras asociadas, además las turbulencias generadas por los rotores son los responsables de lesiones sobre las aves.
  • Instalaciones industriales fotovoltaicas. Afectan mayoritariamente a las especies que ocupan los cultivos tradicionales puesto que son en estos lugares, las zonas agrícolas menos productivas, donde suelen ser instalados.
  • Edificaciones. El aumento del número de edificaciones aisladas y urbanizaciones, implica una extensión de la red de vías de comunicación y, por tanto, un incremento del riesgo de atropellos y de aislamiento.
  • Molestias por actividades recreativas. Algunas especies como la avutarda y el sisón son sensibles a la presencia humana, por lo que se ven afectadas por actividades de uso público, deportes con vehículos todo terreno, vehículos aéreos con y sin motor, entre otros.
  • Incremento de las tasas de depredación. Las aves esteparias presentan unas tasas de depredación bastante altas, aunque cuentan con mecanismos biológicos para compensar el alto grado de mortalidad durante las fases juveniles. Sin embargo, pequeños incrementos en la tasa de depredación pueden desestabilizar la dinámica poblacional de una forma significativa.
  • Caza furtiva. La caza furtiva y el expolio supuso en el pasado una amenaza para aves como la avutarda, el sisón, el aguilucho cenizo y las gangas. Actualmente esta amenaza ha disminuido considerablemente aunque aún no se ha erradicado en su totalidad.
  • Cambio climático. Supone una amenaza a tener en cuenta a medio y largo plazo. Las variaciones en el régimen pluviométrico y el calentamiento global pueden traducirse en nuevas modificaciones de los sistemas agrícolas cuyos efectos sobre las aves esteparias son imprevisibles.

El ámbito del presente Plan se define como la totalidad del área de distribución actual de las especies objeto del mismo, así como aquellas áreas potenciales que sean consideradas necesarias para cumplir con los objetivos que se establecen por este Plan para la Comunidad Autónoma de Andalucía.

(Para acceder a la Leyenda, pulsar en el icono "+" situado arriba a la derecha).

Este mapa se ha elaborado a través Web Maps Service.

El Plan de recuperación de las aves esteparias se lleva a cabo mediante su programa de actuación. El Programa de Actuación de las Aves Esteparias, aprobado mediante la Orden de 20 de mayo de 2015, concreta en el tiempo y en el territorio las actuaciones necesarias para desarrollar las medidas previstas en el Plan.

Ver Programa de Actuación de las Aves Esteparias (2015-2019). PDF (7,69 Mb)

Otra serie de actuaciones que se han llevado a cabo en el marco del proyecto Life Esteparias,  durante sus cuatro años de duración (2010-2013) fueron poner en marcha una serie de medidas para mejorar la situación en la que se encontraban las aves esteparias en las que se centra el proyecto: avutarda, sisón, cernícalo primilla, aguilucho cenizo, alcaraván común, canastera, ganga ortega y carraca europea.

Dentro del plan de recuperación de aves esteparias se encuentran las actuaciones desarrolladas para el Aguilucho Cenizo.