¿Qué hacer si te encuentras con un animal herido o enfermo?

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Protocolo de actuación para la recuperación en los Centros de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA)

Información obsoleta, en proceso de actualización
  • Llama al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de la provincia donde se encuentre el animal. Los teléfonos de los CREAs están operativos 24 horas todos los días del año, ya sea de forma personalizada o como buzón de voz. Si contesta un buzón de voz, deja el mensaje junto con tu nombre y número de teléfono o dirección y un Agente de Medio Ambiente se podrá en contacto contigo a la mayor brevedad posible y te indicará cómo se va a gestionar tu aviso:
  • El tiempo de recogida es de hasta 48 horas en especies amenazadas  (catalogadas así en la legislación : En peligro o Vulnerable), y de hasta 72 horas en otras especies no catalogadas, pero raras o de especial interés. Las demás especies son comunes o muy comunes, y no tienen servicio de recogida si bien serán recepcionadas en los CREAs.
    La Red de Creas atiende una enorme cantidad de pacientes cada temporada, con una media anual de 7500 individuos, muchos de ellos pertenecientes a especies amenazadas, cuya atención clínica inmediata es una prioridad al estar así determinado en la normativa. Estas cifras implican que, la Red de CREAs de Andalucía atiende a una media de 20 pacientes al día, con el agravante de que los ingresos no son lineales, multiplicándose hasta por 4 y 5 en los meses de verano, por lo que en junio y julio los ingresos diarios son de 80 o 100 pacientes; lo que puede motivar que cuando se registra un aviso, en ocasiones, los equipos de asistencia y recogida se encuentren ocupados y no se pueda dar una respuesta inmediata.
  • Hasta su recogida, puedes colaborar manteniendo el animal o, si lo prefies, trasladándolo al CREA de la provincia, no sin antes contactar primero por teléfono.
Camaleón sostenido por una mano

Camaleón sostenido por una mano

  • Recógelo envuelto con una manta, con cuidado de que no te hiera con las garras o el pico, o con la boca si es un mamífero. Piensa que el animal se encuentra nervioso, tiene miedo al hombre, e intentará defenderse. Para evitar que nos ocasione daños lo mejor es colocarse a su espalda y cubrir su cabeza suavemente con una manta, paño o cualquier prenda de vestir. El animal quedará inmóvil y será fácil recogerlo.
  • Introdúcelo en una caja de cartón previamente agujereada. Retira la manta que lo cubre y no pongas comida, agua, paja u otros materiales que puedan ensuciar las heridas.
  • No apliques desinfectantes ni le des de comer, ya que podría causarle daños irreparables.
  • Mientras llega el personal especializado para recoger el animal, mantenlo aislado del ruido y de la gente. Una habitación oscura puede servir perfectamente.
  • No lo entregues a una persona ajena a los Agentes de Medio Ambiente
  • Si el animal se muere mientras lo mantenías, sus restos deben incinerarse. Si no es posible, pueden abandonarse en el campo cerca del lugar donde se encontró o en un paraje parecido.

 

  • Los recursos de los CREAs son limitados, no todas las especies están amenazadas de extinción y que éstas son objeto de atención preferente debido a su delicado estado de conservación.
  • La muerte de un animal silvestre es un proceso natural que, por lo general, no afecta a la supervivencia de las especies, sobre todo de las comunes, que son las que con más frecuencia encontramos desvalidas precisamente por ser comunes. Además muchas especies están perfectamente adaptadas a soportar altas tasas de mortalidad. La mortalidad afecta principalmente a los animales jóvenes, lo que explica que sea en verano cuando más animales desnutridos, enfermos o heridos encontramos en el campo.
  • Por tanto, no deben recogerse todos los animales que encontramos en apariencia desvalidos, no siempre lo necesitan realmente. Los camaleones, tortugas y galápagos, por ejemplo, transitan despacio y se dejan coger sin precisar por ello los cuidados de un CREA. Y algunas crías aparentemente abandonadas están en realidad cuidadas por padres que no vemos.