El pinar de pino piñonero

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Pinar de pino piñonero

El pino piñonero (Pinus pinea L.) es una conífera autóctona de la familia de las Pináceas muy común en la cuenca mediterránea y especialmente en Andalucía, donde se localiza fundamentalmente en zonas arenosas litorales, así como sobre batolitos graníticos de Sierra Morena. Se asocia frecuentemente con especies como el lentisco (Pistacia lentiscus), el espino negro (Rhamnus oleoides), el torvisco (Daphne gnidium), la olivilla o labiérnago (Phillyrea angustifolia), el palmito (Chamaerops humilis), la sabina mora (Juniperus phoenicea), el enebro de la miera (Juniperus oxycedrus), el mirto (Myrtus communis) o el jaguarzo blanco (Halimium halimifolium), entre otras.

Las masas de piñonero juegan un destacado papel en la lucha contra la erosión, la fijación de arenales, el modelado de paisajes emblemáticos como los pinares enanos costeros, la práctica de actividades recreativas y de uso público, la restauración de ecosistemas vegetales mediterráneos con un mayor grado de madurez o singularidad dado su papel de cobertura nodriza, la conservación de especies en peligro de extinción como el águila imperial o el lince ibérico, la fijación de CO2 y la generación de productos tan apreciados como el piñón, la madera, la biomasa, la caza o las setas, lo que supone una importante fuente de recursos para las poblaciones rurales. En definitva, un perfecto ejemplo de la multifuncionalidad de nuestras formaciones forestales y de la compatibilidad de usos y aprovechamientos.

Todas estas características han hecho que fuera una de las especies más favorecidas por la actividad forestal andaluza del siglo XX, ampliando de manera importante su área de ocupación merced a las repoblaciones forestales que fueron llevadas a cabo. Tanto es así, que Andalucía cuenta actualmente con más del 50% de la superficie nacional de pino piñonero, siendo Huelva la provincia que mayor extensión aporta.

La gran importancia de esta especie se traduce en las diversas líneas de trabajo que la Consejería está desarrollando dirigidas a la conservación, mejora y puesta en valor de estas masas, como la redacción del plan estratégico del sector del piñón andaluz; la naturalización de pinares procedentes de repoblaciones mediante la selvicultura adecuada; la mejora genética a través de un programa de ensayos clonales, progenies de familia e injertos para aumentar la producción de fruto; un proyecto de I+D+i de recogida mecanizada de la piña para aumentar los rendimientos y disminuir los riesgos; la aplicación de tratamientos preventivos contra incendios forestales; el cálculo de las existencias de biomasa en los pinares y la optimización de su aprovechamiento; la ejecución de tratamientos selvícolas que favorezcan la implantación de otras formaciones vegetales mediterráneas como enebrales costeros, alcornocales o encinares; la ordenación de los montes de pinar, situados mayoritariamente en terrenos públicos; el seguimiento del estado fitosanitario con especial atención a la procesionaria, los perforadores y nuevas amenazas como la chinche o el nematodo de la madera del pino; la celebración de jornadas científico-técnicas de divulgación; la edición de publicaciones monográficas; etc.