
Aunque la mayor parte de los procesos de producción dependen de sustancias y preparados químicos, algunos representan un riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
Los productos que requieren mayor atención son:
- Los que causan cáncer o mutaciones o dañan el sistema reproductivo.
- Los que no se descomponen en el medio ambiente, sino que se acumulan en los organismos de personas y animales.
- Los que interfieren en el sistema hormonal de personas y animales.
Con el fin de proteger la salud y el medio ambiente frente a este riesgo, la Unión Europea reformó la normativa sobre sustancias y preparados químicos, mediante la aprobación del Reglamento REACH (CE) nº 1907/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, que entró en vigor el día 1 de junio del 2007.
El Reglamento REACH obliga a demostrar la seguridad de las sustancias químicas presentes en el mercado a las industrias que las fabrican o importan.
Otras implicaciones del Reglamento REACH:
- Para resolver la falta de información sobre estas sustancias se crea una base de datos central que pone a disposición del público la información sobre estos productos.
- Surgen normas específicas para la retirada de las sustancias químicas más peligrosas, limitar o supeditar su uso a una autorización previa.