Reducción del desperdicio alimentario

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El desperdicio alimentario (o food waste) es una prioridad específica de la prevención, reconocida en la Ley 7/2022 como un problema ambiental, ético y económico.

Obligaciones según la Ley 7/2022 (y futura legislación específica):

Aunque el desarrollo detallado se espera de una ley específica de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, la Ley 7/2022 ya establece obligaciones claras para los principales actores:

  • Jerarquía de Prioridad: todos los agentes de la cadena alimentaria (producción, distribución, restauración y consumo) deben seguir una jerarquía para la gestión de excedentes, priorizando:
    1. Donación de alimentos y otros usos sociales.
    2. Transformación de alimentos no vendidos para su uso como subproductos (ej. piensos o cosmética).
    3. Valorización material (ej. compostaje o biodigestión para biorresiduos).
    4. Eliminación (solo como última opción).
  • Donación: se establecen obligaciones para que la distribución y la restauración gestionen sus excedentes fomentando la donación de alimentos aptos para el consumo humano, estableciendo convenios con entidades sociales.
  • Prácticas de Venta: fomentar prácticas que reduzcan el desperdicio, como la venta de productos con la fecha de consumo preferente cercana a precios reducidos.
  • Medición y Control: los grandes agentes (distribución y restauración) deben llevar un registro de sus excedentes y desperdicio para su control por parte de las administraciones.

La Prevención, por tanto, va desde el diseño del producto (ecodiseño) y la eficiencia industrial, hasta la responsabilidad social y ética en el uso de los alimentos.