El pinsapo, una especie de otra época
El origen de las masas de pinsapos que podemos encontrar en Andalucía se remonta a las épocas frías...
El origen de las masas de pinsapos que podemos encontrar en Andalucía
se remonta a épocas frías del Cuaternario, periodo de tiempo en el que
la cuenca del Mediterráneo estaba jalonada de un bosque de abetos
primitivos, que se había ido extendiendo desde el norte al abrigo de
las bajas temperaturas. Pero hace unos 20.000 años, el clima empezó a
hacerse más suave, dando paso gradualmente a la época postglaciar en
la que ahora nos encontramos. A medida que el clima se hacía más
cálido, los abetos quedaron relegados a las cumbres más altas (donde
las condiciones climáticas posibilitan su supervivencia), quedando
aislados unos de otros y evolucionando separadamente y de distinta
forma, dando lugar a las especies actuales que conforman el genero
Abies , (cita del libro Guía de los Paisajes del Pinsapar ).
Situación actual y actuaciones
La superficie actual en Andalucía con presencia de pinsapo se
establece en 8.146 hectáreas, lo que ha llevado a la especie a estar
incluida como "en peligro de extinción" en el Catálogo
Andaluz de Especies Amenazadas (Ley 8/2003, de 28 de octubre de la
flora y fauna silvestres ). Por ello, el Consejo de Gobierno
aprobó en 2011 el Plan de Recuperación del Pinsapo , cuyas zonas de
actuación se muestran en el mapa del siguiente enlace .
Aproximadamente la mitad de la superficie actual de pinsapo
corresponde a formaciones en las que está presente de forma aislada o
con un porcentaje de cobertura muy baja. En la otra mitad la cobertura
es siempre superior al 5%. Las principales masas de pinsapar de
nuestra región se sitúan en la Sierra de las Nieves, con los
pinsapares de Ronda, Parauta, Tolox e Istán-Monda, en Sierra Bermeja,
con el pinsapar de Los Reales, Los Realillos, Estepona y Casares y en
Sierra de Grazalema.
Pinsapo
Incremento
de la población
De forma general, se está registrando cierta tendencia al incremento
de la población del pinsapo. Los trabajos que más han aportado a su
conservación han sido de protección frente a la presión ganadera
mediante la instalación de protectores o cerramientos. También son
destacables los trabajos de reforestación, especialmente en aquellas
áreas donde la regeneración se hace prácticamente imposible, como son
los terrenos incendiados, en los que también se ha trabajado en
actuaciones para su prevención.
El control de patógenos (el escolítido Cryphalus numidicus es el
principal causante de las plagas en el pinsapo) ha sido otra cuestión
clave, llegándose, en la última década, a un “equilibrio ecológico”
donde los daños moderados permiten niveles aceptables de regeneración
natural. Así se contribuye a la presencia de ejemplares con distintas
clases de edad.
Tipos de pinsapares según su estado de conservación :
PINSAPARES REFUGIO. Representan una superficie de 915 ha de
pinsapo estables y maduras que no han sufrido variaciones
importantes en los últimos 40 años y, por tanto, el principal
objetivo es su conservación mediante tareas de seguimiento,
vigilancia y mantenimiento de infraestructuras básicas que aseguren
su estabilidad.
PINSAPARES EN TRANSFORMACIÓN. Son 7.232 ha de pinsapar donde se
vienen produciendo procesos de cambio en sus densidades
poblacionales, llegando incluso a la sola presencia de pies aislados
que requieren actuaciones de densificación. Además del mantenimiento
de las infraestructuras básicas que permitan su estabilidad natural.
PINSAPARES DESAPARECIDOS. Se trata de una superficie de 709 ha no
incluidas en las 8.146 ha reseñadas anteriormente, que presentan
condiciones potencialmente aptas para su reforestación. Son
principalmente de rodales desaparecidos por causa de los incendios
forestales y por tanto situados en zonas aptas dada su anterior existencia.
El futuro de la especie en Andalucía
En 2014 se puso en marcha un modelo de incidencia
solar que explica la aparición de pinsapos aislados, y, que
en función de unos parámetros como la pluviosidad, la temperatura, la
altitud y la evaporación ayuda a identificar “oasis orográficos”, es
decir, zonas con condiciones muy particulares y diferentes a las de su
entorno y propicias para la supervivencia del pinsapo. Este modelo
supone un gran avance en el proceso de recuperación del pinsapo, pues
permite concentrar esfuerzos en repoblar zonas que son muy favorables
para la especie.
Se podría decir que la especie se ha aclimatado a su entorno, prueba
de ello es que hay ejemplares de varios cientos de años. El más
conocido y emblemático, catalogado como monumento natural es
el Pinsapo de la Escalereta , situado en una vía que
unía Ronda con el valle del Genal, en el término municipal de Parauta.
Con una edad estimada entre los 457 y los 660 años, este ejemplar, que
se encuentra en declive debido principalmente a su edad, tiene un
diámetro de 1,62 m y una altura de 26 m y proyecta una sombra de 200 m2.
Con respecto al cambio climático, este conlleva un aumento global de
la temperatura que, unido a condiciones de sequía y pérdida de
humedad, hace que se pierdan ejemplares en cotas bajas, entre los
1.000 y 1.200 mts. En paralelo, en estas cotas está surgiendo un
bosque autoregenerado de pinsapo mezclado con otras especies como
pinos, quejigos, enebros encinas, etc, de manera que se puede afirmar
que el cambio climático está favoreciendo o provocando la convivencia
del pinsapo con otras especies.
Para saber más...
04 de noviembre de 2020
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