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Camaleón común, un saurio muy particular

Un virtuoso del mimetismo, cazador singular y presa del cemento y el ladrillo.

De niño escuché que si uno de estos bichos se ponía sobre un fondo de color rojo se producía una especie de reacción en su organismo que lo hacía estallar. Afortunadamente nunca tuve que asistir a semejante espectáculo pirotécnico. El animal del que voy a hablar es algo rarito, un ser mimético, un virtuoso en “andarse por las ramas”. Aunque de torpes y lentos reflejos es un maestro del escondite. Es una miniatura de dinosaurio que posee una “lengua muy larga y afilada” y una divergente e inquietante mirada. Nuestro protagonista es el camaleón. Este saurio es el único reptil arborícola de la Península y su estrategia de supervivencia está enfocada al mimetismo. Un maestro de la evolución siempre atento a cazar y no ser cazado. Lo más llamativo de este ser es, paradójicamente, la capacidad de pasar desapercibido. Para ello cambia a su antojo el color de su piel y se pasea por las ramas con sus dedos en forma de pinza y con su larga cola prensil, siempre a cámara lenta y entre el follaje, con el fin de camuflarse.

Un cazador experimentado

Principalmente come insectos que caza al acecho encaramado a los matorrales. Sus extraños ojos cónicos se mueven de manera independiente, detectando de inmediato la presencia de una presa. Como un francotirador hace complejos cálculos mentales sobre la trayectoria, el ángulo y la distancia de su objetivo. El incauto bicho es incapaz de detectar su presencia, y si se percatara, no tendría tiempo de reaccionar ante el ultrasónico disparo certero que le amenaza. La lengua de este reptil es tremendamente larga, con una maza pegajosa en su extremo, y sale disparada como una bala, directa hacia su banquete, casi nunca falla... “donde pone el ojo pone la lengua”. El camaleón es un habitante del matorral mediterráneo de nuestras costas. En Andalucía, desafortunadamente para la especie, se distribuye por toda la franja litoral, siempre y cuando se conserve la vegetación natural y no se haya sustituido por el cemento y el ladrillo de urbanizaciones turísticas, su principal y mortal amenaza. Por cierto, no duden, que siendo un chiquillo lo intenté… me refiero a exponerlos a un fondo de color rojo intenso. Y por fortuna para mi salud mental, se trataba de una leyenda urbana, un chascarrillo que corría de boca en boca sobre este misterioso y camaleónico saurio.

Más información

Para conocer más sobre este enigmático reptil puedes consultar:

  Texto y foto (Chamaeleo chamaeleon): Francisco Marín. 

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