
Autora: H. Schwarzer
Propios del sureste ibérico, son matorrales espinosos, caducifolios, que se distribuyen en el espacio de manera agregada, formando islas de vegetación y ocupando depresiones, ramblas y zonas de corrientes de aguas superficiales. Este hábitat está formado por arbustos intrincados, de unos 3 metros de altura, de hoja caduca y pequeña como Ziziphus lotus.
Son matorrales muy interesantes por la abundancia de taxones de origen tropical o subtropical como el cornical (Periploca angustifolia) o el arto negro (Maytenus senegalensis), de especies catalogadas como el jopo de lobo (Cynomorium coccineum) y Linaria nigricans.
Crecen desde el nivel del mar hasta los 300 metros de altitud, instalándose sobre gran variedad de sustratos, preferentemente los calcáreos (calizas en costra, pedregosas, salinas o arena entre otros), en ambientes semiáridos y sin heladas (piso termomediterráneo).
Estas formaciones son muy interesantes para la fauna y flora, no sólo por sus frutos carnosos, sino porque estas islas de vegetación arbustiva enriquecen el suelo y crean en su interior un microhábitat que suaviza las condiciones secas y tórridas del entorno, sirviendo de refugio a numerosas especies de plantas, roedores, reptiles y aves.
En el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo se encuentran las formaciones de cambrones costeros (Maytenus senegalensis y Lycium intricatum) mejor conservadas, siendo un nicho ecológico único en la región, aunque en Andalucía las mayores extensiones de este hábitat se localizan en Almería.
A nivel europeo, este hábitat se encuentra en la región mediterránea.
A nivel estatal, se localiza en el litoral mediterráneo, zona sureste.
Y, a nivel andaluz, este hábitat aparece en el litoral mediterráneo (provincias de Granada, Málaga y Almería).
- Su distribución natural original se ha reducido por la implantación de cultivos bajo plásticos, la presión urbanística y limitación de recursos como el agua subterránea.
- Uso público no regulado.
- Presencia de exóticas invasoras.
- Ausencia de regeneración.
- Alto riesgo de incendios.
- Control de las especies exóticas invasoras.
- Identificación de formaciones fragmentadas que pueden ser interconectadas.
- Establecimiento de una red de monitoreo.
- Protección legal del hábitat.
- Regulación del uso de los acuíferos.
- Mejorar el conocimiento y percepción por parte de la ciudadanía.