Seguimiento de la anidación de la tortuga boba

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Ampliar imagen: pequeña tortuga boba nadando en una zona poco profunda del mar, con agua cristalina

Tortuga boba

La tortuga careta o tortuga boba (Caretta caretta) es una especie de tortuga marina, que puede vivir hasta 50 o 60 años y alcanzar un peso de 150kg. El Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas (Decreto 23/2012) recoge a esta especie con el estado de conservación “Vulnerable” (VU), aunque su estado global acorde a criterios de la UICN es “En peligro” (EN).

A lo largo de su vida, puede poner hasta 60 nidos en playas arenosas, cada uno de los cuales puede llegar a tener hasta 100 huevos que entierra a unos 40- 50 cm de profundidad. Sin embargo, en la actualidad la puesta de huevos en las playas de arena se ve amenazada por varios factores de origen antrópico (recolección de sus huevos, capturas accidentales durante la pesca y, más recientemente, a la proliferación de actividades de ocio en las playas donde anidan).

Tendencia creciente en el número de nidos

Desde comienzos de este siglo, se constata un paulatino incremento de los eventos de anidación de tortuga Caretta en el Mediterráneo occidental, especialmente a partir de 2012 hay una tendencia creciente en el número de nidos, alcanzándose los 84 en el conjunto de los países ribereños en 2019; aún sería pronto para hablar de causas concretas que expliquen este fenómeno, pudiendo deberse entre otras, al aumento de la temperatura del mar y a la implementación de medidas de protección de esta especie.

En este contexto en Andalucía tenemos una población nidificante emergente, registrándose eventos e intentos de nidificación de tortuga boba desde 2001: Vera (2001), Pulpí (2015), Fuengirola (2020), Marbella (2023), Mojácar (2021, 2023 y 2025, más un rastro de intento en 2024) y Roquetas de Mar (2025).

Gracias a las campañas de información y formación llevadas a cabo por las diferentes administraciones, cada vez son más los avisos de hembras nidificantes o rastros de nido que se reciben a través del 112.

Una vez se constata la anidación se procede a evaluar la idoneidad del lugar, procediéndose a su traslado a una playa segura en caso se considere existe riesgo de inundación por mareas o temporales u otras eventualidades que pudieran hacer peligrar la viabilidad del nido; igualmente, un porcentaje de los huevos son trasladados a incubadora, tanto para diversificar las condiciones de incubación como para un mejor seguimiento del desarrollo embrionario.

Tras la eclosión de las crías, éstas son trasladadas en primer lugar al Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz de Algeciras para su valoración veterinaria y primeros cuidados; las crías son mantenidas durante su primer año de vida en condiciones controladas de crecimiento con temperatura y alimentación óptimas (headstarting), lo que mejora sus posibilidades de supervivencia una vez se liberen en el medio natural al año siguiente de su nacimiento.

Además de procurar una población nidificante en nuestras costas a medio y largo plazo, los eventos de anidación de tortugas marinas tienen diversos aspectos de interés, como son:

  • La coordinación entre las administraciones públicas, donde los Ayuntamientos costeros juegan un importante papel.
  • La implicación social en la conservación de esta especie, con la participación de asociaciones locales de voluntariado en las tareas de seguimientos de rastros, custodia de nidos y el desarrollo de actividades de sensibilización y educación ambiental sobre la problemática que aquejan a nuestros mares y la conservación de las tortugas marinas en concreto.
  • La participación de entidades como los acuarios y núcleos zoológicos especializados de Andalucía que participan acogiendo en sus centros huevos para su incubación controlada o crías en el proceso de headstarting, y de centros de investigación que aportan un mejor conocimiento científico de la población del Mediterráneo occidental.

Debido a lo excepcional del caso, y para asegurar su supervivencia, los huevos fueron trasladados a la Estación Biológica de Doñana (CSIC), donde permanecieron en las incubadoras casi dos meses hasta su eclosión en septiembre de 2015. Para aumentar sus posibilidades de supervivencia, las 26 tortugas nacidas permanecieron durante un año en las instalaciones del Acuario de Sevilla y del Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz (CEGMA) del Estrecho de la Junta de Andalucía, siendo alimentadas y supervisadas por los especialistas de ambos centros.

En junio de 2016 se produjo la suelta de 12 tortugas con aproximadamente un kilo de peso (nacieron con aproximadamente 14 gramos), en la playa de San Juan de los Terreros en el término municipal de Pulpí (Almería). En agosto de este mismo año se soltaron cinco ejemplares y en septiembre las nueve restantes. La liberación se realizó desde la misma playa.

Durante el 2021 se produjeron varias puestas naturales de tortuga boba a lo largo de la costa mediterránea española. En Andalucía, el 5 de julio de 2021 se detectó una nueva puesta de tortuga boba en una cala de Mojácar (Sopalmo) en Almería. Tras la valoración de los expertos, se consideró que el lugar elegido por la hembra era óptimo decidiéndose no traslocar el nido y sólo procurarle protección y vigilancia. El 22 de agosto, tras 49 días de incubación,  eclosionaron un total de 20 tortugas. 

Tortuga boba con transmisor

Para poder realizar el seguimiento de sus desplazamientos vía satélite, a algunas de estas tortugas liberadas se les acopló un transmisor. Esta información es muy interesante ya que muchos aspectos de su biología y comportamiento son aún desconocidos para los científicos. Estos emisores se desprenden al cabo de unos meses sin que la tortuga sufriera el más mínimo daño ni se alterara su comportamiento.

El itinerario que siguieron las tortugas puede consultarse en este enlace.

Tortuga boba entrando al mar

La ciudadanía puede colaborar activamente en la conservación de esta especie al tener en cuenta unas pautas: 

Si localizas en algún momento a una tortuga boba en la playa con un comportamiento claro de salida o entrada al mar, llama al 112 e intenta que no sea molestada. Sobre todo, si identificas que la tortuga está en ese momento entrando en la arena, ya que si la tortuga siente que hay una situación de riesgo se detendrá, y podría volver al mar sin haber realizado la puesta.

Si identificas rastros como el de la fotografía que provengan desde el mar o hacia el mar, llama al 112. Estos son los rastros típicos que una hembra deja en la arena tras haber realizado una puesta. Con esta información seremos capaces de localizar el nido, y traslocar los huevos para garantizar la puesta en caso que la playa no sea segura.

Estudios realizados con individuos jóvenes de tortuga boba indican que el 15% ingieren plásticos, que en muchas ocasiones suponen la causa su muerte. A través del Programa Cuidemos la Costa, se han realizado actividades de limpieza de playas con alumnos de centros educativos de la zona.