
Mapas de fauna amenazada en las formaciones adehesadas de Andalucía

Elanio azul (Elanus caeruleus)
El valor ecológico y económico de estas formaciones ha llevado a su incorporación dentro de la Red Natura 2000 y a su declaración como Hábitat de Interés Comunitario (HIC) por la Directiva 92/43/CEE con la denominación “Dehesas perennifolias de Quercus”, enmarcadas en el Grupo 6: "formaciones herbosas naturales y seminaturales". Este tipo de hábitat ocupa grandes extensiones en el el suroeste y centro-oeste de la península ibérica y se considera parte del ecosistema de numerosas especies amenazadas de Andalucía (como el lince ibérico, el águila imperial o el buitre negro) para las que han sido aprobados varios Planes de Recuperación y Conservación.
Formaciones adehesadas perennifolias de Quercus spp (Dehesas perennifolias de Quercus spp)
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Las dehesas albergan una gran biodiversidad. En ellas pueden encontrarse en torno a 60 especies de aves nidificantes, más de 20 de mamíferos, y otras tantas de reptiles y anfibios.
Esto se debe a varios factores, pero el más importante es la heterogeneidad horizontal y vertical de las dehesas. Estas masas se presentan en diversos estratos o pisos –arbóreo, arbustivo, herbáceo–, con un tipo de fauna asociado a cada caso. La estructura, además, puede variar mucho en un área relativamente pequeña: se conjugan zonas con diferente densidad de arbolado, manchas de matorral más o menos espeso, pequeñas vaguadas, y terrenos de labranza.
Todo esto se traduce en una importante diversidad de micro-hábitats o nichos:
- En zonas donde el arbolado es más disperso, con predominancia del estrato herbáceo, pueden aparecer especies propias de medios abiertos o de áreas agrícolas. Tal es el caso del elanio azul (Elanus caeruleus), el triguero (Miliaria calandria), la avutarda (Otis tarda), o la grulla común (Grus grus).
- En zonas de transición aparecen especies como la abubilla (Upupa epops), el rabilargo (Cyanopica cyana) o el chochín (Troglodytes troglodytes).
- Las zonas con matorral y arbolado más denso, comúnmente llamadas “monte”, constituyen el refugio de especies de nicho arbustivo y de mamíferos de muy diverso porte, como el conejo (Oryctolagus cuniculus), gato montés (Felis silvestris), ciervo (Cervus elaphus) y jabalí (Sus scrofa), entre otros.
- Los árboles más altos permiten nidificar a especies emblemáticas como la cigüeña común (Ciconia ciconia) o la cigüeña negra (Ciconia nigra).
También las características del propio arbolado contribuyen a aumentar la diversidad. Suele tratarse de árboles maduros, que fruto de los tratamientos a los que han sido sometidos –podas, extracción de corcho, vareos–, presentan multitud de huecos, irregularidades y heridas, donde no sólo encuentra cobijo una abundante fauna invertebrada, sino también aves, tales como el cárabo (Strix aluco), pito real (Picus viridis), herrerillo (Parus caeruleus) y reptiles, como el lagarto ocelado (Lacerta lepida) y culebra bastarda (Malpolon monspessulanus).
Por otro lado, la estructura abierta favorece a ciertas comunidades, especialmente a las rapaces: a la abundancia de presas se une la posibilidad de cazar dentro de la masa. Numerosas especies campean en la dehesa: entre ellas, el águila imperial (Aquila adalberti), el águila calzada (Hieraaetus pennatus), el milano real (Milvus milvus) y el cernícalo primilla (Falco naumanni). Ocasionalmente aparecen las carroñeras, como el buitre negro (Aegypius monachus) o el buitre leonado (Gyps fulvus).