Cerrar el círculo: de residuos a recursos
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Caracterización de los rechazos de las plantas de recuperación
y compostaje de residuos municipales
En los últimos años, la valorización energética, como
parte de la jerarquización en la gestión de los residuos,
va cobrando cada vez mayor interés. No en vano, la
misma está recogida entre las actuaciones prioritarias
del Plan Director Territorial de Gestión de Residuos No
Peligrosos de Andalucía 2010-2019.
Dicha valorización es una alternativa para el
reaprovechamiento de los rechazos que se producen
en las plantas de recuperación y compostaje de
residuos municipales.
El destino actual de dichos rechazos en la Comunidad
Autónoma es su depósito en vertedero. Anualmente
se eliminan en torno a 2 millones de toneladas de
rechazos (un 76,24% de los residuos de entrada en
las instalaciones de recuperación y compostaje).
A la pérdida de recursos materiales que supone
el desaprovechamiento de los residuos, hay que
añadir los impactos ambientales asociados a este
tipo de instalaciones (emisiones de gases de efecto
invernadero, generación de lixiviados, entre otros),
especialmente en el caso de los rechazos procedentes
del tratamiento de los residuos domésticos, dado el
contenido de materia orgánica aún presente en los
mismos.
Con el objetivo de reducir las cantidades de los
rechazos de las plantas de recuperación y compostaje
que acaban en los vertederos andaluces, es necesario
proponer soluciones con las que, por una parte,
se optimice el aprovechamiento de los recursos
contenidos en estos residuos, y por otra, se evite
que los vertederos de apoyo a las instalaciones de
tratamiento se colmaten a un ritmo mucho más
rápido del previsto, acortándose drásticamente sus
horizontes de vida. En este contexto, la Consejería
de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha
desarrollado un estudio para caracterizar los rechazos
y valorar las posibilidades de reaprovechamiento
de éstos, para utilizarlos como combustible en la
producción energética. El producto que se obtiene se
llama Combustible sólido recuperado (CSR), el cual
se puede comercializar a granel, o bien, en forma de
balas, briquetas o pellets.
El Combustible Sólido Recuperado (CSR) se define
como “el combustible sólido preparado a partir
de residuos no peligrosos para ser valorizados
energéticamente en instalaciones de incineración
o coincineración, que cumplen la clasificación y
especificaciones establecidas por el Comité Europeo
de Normalización (CEN)”. Los combustibles derivados
de residuos (CDR) responden a una definición más
amplia y abarcan muchas tipologías de residuos
(peligrosos, no peligrosos, líquidos, sólidos), cuyo
poder calorífico alto permite su valorización energética
y que habitualmente sólo tienen que cumplir las
especificaciones establecidas entre el proveedor del
combustible y el usuario final.
En la actualidad, en España no existe como tal una
demanda de CSR producidos bajo la especificación
técnica del CEN, sino una demanda emergente y
creciente de CDR que cumplan los requisitos técnicos
definidos por la instalación de valorización energética
de destino y los requisitos medioambientales
establecidos por el Órgano Ambiental de la Comunidad
Autónoma donde se ubica la instalación.
Hasta ahora, dicha demanda de CDR se centra
principalmente en las plantas cementeras.